DANGER DANGER: LA CALLE ONLINE

 

Imagen tomada de internet

*Por Ludmila Chalón

La ministra Bullrich ha anunciado la creación de una Unidad de Inteligencia Artificial aplicada a la Seguridad (UIAAS) para patrullar redes sociales, aplicaciones y la deep web, con el objetivo de investigar y anticipar delitos. Esta unidad, que estará autorizada a revisar todas las expresiones digitales de los ciudadanos argentinos, aún no ha hecho público su reglamento interno, límites, ni sus funciones.

Esta medida ha generado alarma por la clara amenaza a la privacidad y la libertad de expresión que podría significar que un organismo del Estado, realice tareas de investigación masiva que se parecen mucho a tareas de espionaje.

La falta de transparencia sobre su funcionamiento, aumenta los riesgos y varios expertos en seguridad informática y en derecho advierten, con temor, sobre lo peligroso que sería crear perfiles de sospechosos que recojan una cantidad enorme de datos personales más un legajo infinito con toda la presencia web de una persona, sin una orden judicial.

Pero, más allá de la amenaza constitucional que esto representa, poco se ha hablado de la transformación negativa y regresiva que puede tener en algunos de los espacios de opinión pública más utilizados hoy en día.

Hace un tiempo, quienes frecuentamos Twitter (ahora X), nos reímos con un concepto que un seguidor de Milei introdujo en la jerga de esta red: “la calle online”.

La calle online

Aunque inicialmente ese concepto pareció gracioso, captura perfectamente una dinámica muy resonante que hoy atraviesa la opinión pública. Las redes sociales se han transformado en el equivalente moderno de las charlas cotidianas; son espacios virtuales donde discutimos política y, de alguna manera, llevamos un diario de vida, una parte de nuestra cotidianidad. Este traslado de la opinión pública al ámbito digital ha permitido una forma de expresión y diálogo más amplia, federal y accesible.

Más allá de los peligros jurídicos y constitucionales ya mencionados, la creación de la UIAAS podría representar una transformación en cómo nos relacionamos en este espacio público “online”. Las redes sociales han suplantado en muchos aspectos a la conversación en la calle, en los cafés o con vecinos, y la implementación de una unidad de vigilancia masiva en estas plataformas podría convertir este espacio en una zona mega vigilada, donde cada interacción, opinión y publicación podría estar bajo escrutinio constante.

A diferencia de las redes, la conversación física no puede ser registrada y monitoreada las veinticuatro horas, y esa es la razón por la cual, incluso en momentos oscuros de la historia, la censura fue derrotada por las dinámicas humanas. Pero el control exhaustivo sobre las redes sociales hoy afectaría profundamente la libertad de expresión y la dinámica de construcción política existente. Esta vigilancia podría inhibir no solo las expresiones en sí mismas, sino la espontaneidad y la franqueza que caracterizan a esta "calle online", transformando un espacio de libre intercambio de ideas en uno de autocensura o, incluso, de miedo.

Hazte la fama…

Frente a esta situación, es crucial recordar que Patricia Bullrich, quien tendrá bajo su órbita la UIAAS, siendo ministra de Seguridad durante el gobierno de Mauricio Macri, promovió la detención de ciudadanos que se expresaban contra el entonces presidente en redes. Estás detenciones, sin ningún sustento legal sólido, terminaron todas en sobreseimientos.

Con esa “fama”, no sorprende encontrarnos pensando en la peligrosidad que representa otorgar mayores poderes de vigilancia a la misma figura oscura y megalómana, que podría ahora tener mucho más margen para actuar que aquella vez.

Pero lo que sí sorprende es cómo el actual gobierno, que se llena la boca con discursos de libertades y valores republicanos, parece sentirse tan seducido por adoptar medidas que no solo avasallan las funciones de uno de los tres poderes de la república (la justicia), sino que sueña, casi húmedamente, con un sistema de control social que recuerda a las prácticas de vigilancia del régimen conducido por el Partido Comunista Chino.

 

*Politóloga

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