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Imagen tomada de internet |
*Por Eliana Valci
Esta mujer ha sido la excepción a muchas reglas,
incluso, a la muerte. Trascendió las fronteras de lo etéreo. Cumplió su misión
en vida, y por eso, fue, es y será recordada y venerada por el Pueblo, como
Jefa Espiritual de la Nación.
¡No hizo magia! Venía del barro y supo interpretarlo. Tenía
el don, no solo de ayudar, sino fundamentalmente de escuchar a los más
necesitados. También de incomodar a los contrarios, sin importar su rango o
estatus.
Fue la Gran Madre de una sociedad carente de casa, trabajo,
alimento y afecto. Logró revertir estos aspectos dando vida a la Fundación de
Ayuda Social María Eva Duarte de Perón, más conocida como Fundación Evita.
Tuvo una visión socialmente
justa y humana de sus pares, más nunca se sintió superior a nadie. Por el
contrario, logró ganarse el odio de sus adversarios. No les temía, en sus
discursos a ellos se refería: "Les molesta que haya una mujer que trate de
amparar a los ancianos, a los desvalidos, a los niños. Les molesta todo lo que
se haga en bien del pueblo".
En honor a su memoria,
no vamos a poner palabras en su boca, que no sabemos si diría. Pero sí podemos
inferir, que los anti-patria del pasado son los del presente y seguirán siendo
los del futuro si no se toman cartas en el asunto.
A ellos les sigue
molestando la justicia social, por eso el actual presidente dice que “es una aberración”, que “es violenta, no es justa”. Odian todo lo
que se haga para que reine en el Pueblo el amor y la igualdad. Por eso se
apropian de conceptos como la “libertad” y se presentan como los salvadores de
una humanidad pecadora.
Es por esto que Evita
nos recuerda que “más abominable aún que los imperialistas son los hombres de las
oligarquías nacionales que se entregan vendiendo y a veces regalando por
monedas o por sonrisas la felicidad de los pueblos”.
*Directora Ida & Vuelta Medios
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