![]() |
Imagen tomada de internet |
*Por Eliana Valci
Los datos se convierten en relato. El pan nuestro de
cada día, con el que se alimenta a una sociedad dormida, anestesiada por el
consumismo y la espectacularidad.
Es como si parte de la población estuviese sumida en
una especie de amnesia autoinfligida, que les permite asentir, aplaudir y
convalidar las barbaridades que dice el
presidente y quienes están por debajo de él en la escala del poder.
Falsean tanto la realidad como la historia argentina.
Garpa más entrar en la “lógica” hollywoodense y autopercibir que un topo es
superior a una rata, para declarar abiertamente que vienen a destruirnos.
Así, en tu cara, es como vienen a gritarte “viva la
libertad, carajo”. Lo que no te dicen es que esa libertad es condicional. Sí,
de esa que infunde miedo. Y sino, pregúntenle a los ciudadanos y ciudadanas que
detuvieron por manifestarse en contra del régimen.
Pero ¡ojo!, no somos el ombligo del mundo. El
“fenómeno barrial” se extiende a Europa, donde al parecer sobran medallas y
pintores con mal gusto. No es joda, esto en verdad está pasando. Condecoran a
un tipo que reprime y hambrea a su pueblo. Claro, cómo no hacerlo, si son del
mismo bando.
En Madrid, Milei sostuvo: “La verdad que la justicia social es
profundamente injusta y profundamente violenta, porque la justicia social lo
primero que hace es violentar la
igualdad ante la ley, porque a unos le quita y a otros les da”.
Si esto no es la instalación de un relato, es negación de la realidad histórica,
cuanto menos.
Desinformación,
violencia, discursos de odio. Ese es el nuevo lenguaje en los tiempos que
corren. El quid de la cuestión es, si se los deja seguir avanzando con su plan
macabro, o si esta “novela” tendrá un giro épico que despierte a las masas
durmientes del letargo.
*Directora Ida & Vuelta Medios
Comentarios