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Imagen tomada de internet |
*Por Eliana Valci
Primero los perros, después Moisés y ahora el futuro.
Al parecer y hasta el momento -porque no sabemos hasta dónde puede llegar-
estas son las “revelaciones” con que el presidente de la Nación ilumina al
pueblo argentino y por qué no, al universo mismo.
Delirios varios entran en este plan donde la mentira
es la verdad. Por aplicación de los principios lógicos, es sabido que a la
negación de una negación corresponde a una afirmación. Y se hizo la luz.
Es claro que asistimos al fin -o al funeral- de una
era, donde las cosas se hacían de determinada manera para mantener tranquila a
la población. Se pasaron de rosca con la “anestesia”, y he aquí las
consecuencias.
“Votamos por algo distinto”, “queremos un cambio”, “dice
la verdad”. Esas fueron algunas de las bases del voto de diciembre del 2023. Y
acá estamos, en el más distópico de los
escenarios.
Muchas de las personas que dijeron esas frases, hoy se
arrepienten porque padecen en carne propia las consecuencias del proyecto de
muerte del Estado, tal cual lo conocíamos. Sin embargo, muchos otros siguen
comprando el show y bancando el pánico.
Es iluso y hasta irresponsable pensar que esta gente
vino a sacarles el velo a los mortales para convertir al país en la potencia mundial
que nunca fue. Pero más reprochable, es la pasividad con la que se reacciona a
semejante atropello, salvo las muy pocas excepciones a la vista.
Estamos cayendo en las profundidades del abismo.
Estamos a oscuras. Rogando alguien o “algo” nos libre del mal. La fe es necesaria,
pero no suficiente si no hay acciones conducentes. ¿A quién estamos esperando?
*Directora Ida & Vuelta Medios
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