“VAN A LA UNIVERSIDAD PARA HACER POLÍTICA”

 

Imagen tomada de internet

*Por Alejandro Gimeno

Escribo estas líneas a horas de haber terminado la MARCHA FEDERAL EN DEFENSA DE LA UNIVERSIDAD PÚBLICA Y GRATUITA (podemos para agregar, Libre, Laica, Democrática, Federal e Inclusiva), donde más de un millón de personas se manifestaron en el centro de la Ciudad de Buenos Aires; a los que debemos sumar los cientos de miles, que se movilizaron en las capitales provinciales, y en cada ciudad donde hay una Universidad Nacional.

En los días previos a la marcha, ríos de tinta corrieron a favor y en contra de la educación superior argentina; las plumas de los acólitos del León, fueron las que más nos deben sorprender… “Van a la universidad para hacer política”, “le van a dar más puntos a los estudiantes que fueron a la marcha”, “hay que auditar las universidades porque son cuevas de corrupción” y otras cosas más…

Habría que recordarles a estos esbirros que, desde la fundación de la Universidad de Córdoba a comienzos del 1600, hasta la fecha, las universidades argentinas fueron un espacio de amplia participación política. El modelo universitario argentino es reconocido mundialmente, por el nivel de formación académica, la amplia oferta de investigación, y el compromiso en la extensión, y si a ello le sumamos los componentes, gratuidad y la ubicación geográfica de cada una de las 54 casas de altos estudios, entenderemos porque son tan respetadas nuestras Universidades Nacionales. 

A estos señores libertarios, habría que recordarles que el sistema de educación superior (público y gratuito) único en el mundo, dio como resultado cinco premios nobeles; profesionales y científicos que trabajan en los más prestigiosos centros de investigación y desarrollo del mundo; Debemos reconocer, también, aquellas instituciones que vienen caminando a la par y se nutren del sistema universitario argentino, el Instituto Balseiro, INVAP, el CONICET, la CONEA,  por citar algunos, que fueron creados con los hijos de la Universidad pública y gratuita. La comunidad científica internacional respeta con altos honores a la educación superior argentina.

Sin la participación política, no hubiera existido la Reforma Universitaria de 1918, con la participación de los militantes radicales y el apoyo del presidente de la Nación, Don Hipólito Yrigoyen. A la gratuidad universitaria no se la puede separar del gobierno justicialista del Gral. Juan Domingo Perón; y obviamente que la creación de universidades nacionales, cerca de las casas de las y los pibes de las barriadas populares, como fueron las llamadas universidades del Bicentenario, están íntimamente vinculadas al gobierno de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. El aporte de profesionales y estudiantes universitarios, de extracción radical, a todos los gobiernos, democráticos y de facto, desde comienzos del Siglo XX, nadie lo puede negar. Es casi imposible, querer despolitizar a la universidad argentina, porque ahí radica el corazón de su prestigio y éxito mundial.

Expresiones como “Van a la Universidad para hacer política”, esconden en su interior las pulsiones inconfesables de los partidarios del anarco capitalismo gobernante, que discursivamente desprecian a las instituciones del Estado Nación, y las Universidades Nacionales (públicas y gratuitas) no son la excepción. Todos los discursos de los libertarios están atravesados por expresiones xenófobas o aporofobicas, prueba de esto son los ataques (de los cobardes y anónimos trolls) que sufrió Flor del Alba Cruz Valdez, nacida en República Dominicana y crecida en la República Argentina, que se desempeña como presidenta de la Federación de Centros de estudiantes de la Universidad Nacional de Rosario, afrodescendiente y mujer.

Les molesta la política como herramienta de conquista de derechos, y claramente que el poder estudiar en una universidad gratuita y federal, es un derecho adquirido por las y los argentinos; ellos quieren la política para una minoría, porque ellos defienden los privilegios de las elites extranjerizante, porque no dejan de ser “gatitos sumisos de los poderosos”.

Recorriendo la MARCHA FEDERAL EN DEFENSA DE LA UNIVERSIDAD PÚBLICA Y GRATUITA, pudimos ver cientos de remeras con los logos de tantas casas de altos estudios, también vimos los carteles con consignas, contestatarias, reflexivas, y graciosas; vimos la  solidaridad de las pibas y pibes de universidades privadas, para con sus pares de las universidades públicas; pero también vimos lo más bello que se puede ver en el pueblo argentino, la sonrisa en los rostros de todos los que marchaban, la alegría de encontrarse en el otro, como nos enseñó Don Arturo, el pueblo está alegre cuando disfruta los derechos conquistados, en cambio los seguidores libertarios, solo pueden mentir y agredir, destilando su odio por los privilegios perdidos.

Por una universidad nacional, publica, gratuita, inclusiva para todas las personas que habitan el suelo de la República Argentina, y que nunca más nos quiten las sonrisas.

 

*Periodista. Responsable Periodístico en Agencia de Noticias Clandestina ANCLA

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