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Imagen tomada de internet |
El eco del 2017 que resuena no sólo en los oídos sino
en las vísceras de trabajadores y trabajadoras, al son de: “poné la
fecha la puta que te parió”, se refleja en una especie de Alzheimer
voluntario en otros.
Llevamos 4 meses de gobierno libertario. Desde el
momento de su asunción supimos que era la sentencia de muerte del Estado y la
cosa se pone cada vez peor.
No obstante, y continuando con la tradición de no escuchar a las bases, la CGT hizo el
primer paro a la administración Milei un mes después de haber asumido, el 24 de
enero. Estamos de acuerdo en que la medida de fuerza fue masiva, incluso hasta
en los lugares tildados de “más gorilas”. Pero no fue suficiente.
¡El pueblo entero se está
cagando de hambre! Ya
no importa si es trabajador/a registrado, informal, monotribustista, etc. Son
personas de carne y hueso, que amén de su situación fiscal, tienen derecho a
vivir una vida digna porque así lo garantiza nuestra Constitución Nacional.
Son las mismas personas que vienen reclamando un paro
por tiempo indeterminado, porque hay despidos masivos en casi todos los rubros.
Y si un trabajador/a registrado/a no puede hacer frente a eso con la fuerza de
sus sindicatos, ¿qué queda para el
resto?
Nadie come con comunicados de repudio o solidaridad
por más breves que sean. No se puede ir tanteando qué onda con la necesidad de
la gente. Lo que menos tenemos es tiempo, porque esto sí es necesario y urgente.
Pero para no cortar la tradición, la CGT hará un nuevo
paro el 9 de mayo, ¡sí dentro de un mes! ¡Ah no, igual tranqui!, porque el 23
de abril se suman a la movilización de la comunidad universitaria y el 1° de
mayo se movilizaran en honor al día del trabajador/a.
En definitiva, los
de arriba siguen sin escuchar a los de abajo. Después nos preguntamos
-sorprendidos (?) - cómo llegamos a esto.
Insisto en la necesidad y urgencia de re-plantear no sólo las políticas de
comunicación de nuestras instituciones, sino también de sus mecanismos de
acción frente a embates como los que estamos viviendo.
Hay medidas que no pueden aguardar, porque el hambre,
la pobreza, la destrucción y el saqueo de nuestros recursos no esperan. No están llevando puestos.
*Militante peronista del campo nacional y popular
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