INTERNAS LIBERTARIAS

 

Imagen tomada de internet

*Por Pablo A. Vázquez

Como no hay problemas en este bendito país, se desató una interna en el seno del libertarianismo. El cruce entre el ex presidente de la bancada oficialista en Diputados de la Nación, el referente del M.I.D (sí, es otrora partido de Arturo Frondizi y Rogelio Frigerio), don Oscar Zago, quien fue desautorizado por la Señorita Karina Milei, Secretaria General de la Presidencia y gurú espiritual de su hermano, el presidente Javier Milei, precipitando la renuncia del citado diputado para seguir presidiendo el bloque oficialista, y siendo reemplazado por el cordobés Gabriel Bornoroni, aliado del presidente de la Cámara Baja, Martín Menem.

Todo esto escaló por la decisión de constituir la comisión de juicio político, donde en apariencias el oficialismo no hubiese tenido ningún problema, ya que iba a ser nominada como presidenta de ésta, la diputada libertaria Marcela Pagano, todo esto con un supuesto aval del primer mandatario twittero.

Pero no, Martín Menem protestó por la constitución de dicha comisión, se “borró” su existencia, sea la censura explícita en Diputados Tv, de las redes oficiales y de toda referencia con logo de Diputados de la Nación.

Ello precipitó el enfrentamiento entre ambos sectores, dejando de lado a Zago y su mandíbula, para que haga rancho aparte y se junte con un par de diputados para crear un bloque propio, que seguramente tributará en las huestes del oficialismo, pero por otros carriles que con Martincito, Lule (el otro Menem) y la Tarotista.

Las internas son propias de todo partido o fuerza política, sea en el gobierno o en la oposición, sea por cuestiones ideológicas, de manejo de poder, de ego, o las tres cosas juntas. Aún se recuerdan, ya que hay tanto Menem suelto en el gobierno, entre los “celestes” y los “rojo punzó” en la época de don Carlos Saúl, por no decir de las última en el gobierno de Alberto/Cristina y Sergio.

Toda interna es propia de la existencia de los partidos políticos, desde el momento mismo de su origen en el sistema parlamentario británico y en la revolucionaria Asamblea en Francia.

Veremos quién gana la pulseada, en una lucha que parece seguirá. A su vez Karina Milei anda esbozando apetencias de armadora política, proponiendo – algo lógico – tener una fuerza mileista propia y no depender de otras fuerzas políticas, las que “compran con llave en mano”, para luego descolgarse con algún planteo que incomode al presidente de incontables premios internacionales.

Para el alemán Max Weber los partidos políticos son “formas de socialización que, descansando en un reclutamiento formalmente libre, tienen por fin proporcionar a sus dirigentes dentro de su asociación y otorgar por este medio a sus miembros activos determinadas probabilidades ideales o materiales”. Más elemental, el italiano Giovanni Sartori dirá que un partido político es “cualquier grupo político que se presente en las elecciones, y pueda hacerse un lugar a través de las elecciones, colocando a sus candidatos en los cargos públicos”. Mientras que el argentino Juan Manuel Abal Medina (h) sentenció: “Un partido político es una institución, con una organización que pretende ser duradera y estable, que busca explícitamente influir en el Estado, generalmente tratando de ubicar a sus representantes reconocidos en posiciones del gobierno, a través de la competencia electoral o procurando algún otro tipo de sustento popular”.

Tomando la última, y más completa, definición del compañero Abal Medina (h), aún LLA tiene que institucionalizar su fuerza, que vaya más allá que el carisma de don Milei y los efluvios de doña Milei, tener una dirigencia preparada para gobernar, y que el “sustento popular” – aunque evidente en estos días – no se le transforme en una multiplicidad de sectores desencantados por los perjuicios que les ocasiona este ajuste brutal.


* Politólogo

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