 |
| Imagen tomada de internet |
*Por Pablo A. Vázquez
La frase, de la obra “Julio César” de William Shakespeare, viene a cuento de los sinnúmeros de desafíos que enfrentará este mes de marzo la administración Milei, que pueden generar zozobra en su gobierno.
A la suba casi frenética de productos de la canasta familiar, del transporte, de los servicios públicos y demás impuestos se le homologa a la par la pérdida de poder adquisitivo, pérdida de empleo y pérdida de esperanza de un futuro mejor.
Si bien los gremios docentes ya han empezado sus justos reclamos y el paro de CTERA y otras fuerzas de la CTA se sintió el lunes pasado, el próximo lunes 4 de marzo pararían los sindicatos docentes adheridos a la CGT, léase UDA, AMET y SADOP, mientras los sectores universitarios (autoridades, docentes y alumnos) están en alerta por los recortes previstos.
El drama mediático de los escolares de primaria sin clases, que parece es lo único que importa, en la medida que los padres no tienen con quien dejar a sus hijos menores, sería el detonante, suponiendo que no opere la consabida estigmatización del cuerpo docente por los medios adictos al régimen liberticida.
El viernes 8 de marzo, en tanto, se anuncia paro y marcha por el día de la mujer, donde seguramente todos los dardos y críticas recaerán en la administración nacional que perjura de la temática de género y todo lo que tenga que ver con los derechos de las mujeres.
Para luego, el domingo 24 de marzo, día
de la memoria, verdad y justicia, ver como por primera vez se unifican las
marchas entre la izquierda, el peronismo y los grupos de derechos humanos,
donde las consignas seguramente serán refractarias a quienes desde la Rosada y
la presidencia del Senado niegan los 30.000 desaparecidos, el terrorismo de
Estado y el rol de los militares en el golpe de 1976.
Eso si no sumamos las movilizaciones y protestas sectoriales en las provincias por recortes de fondos, con los cruces entre el presidente twittero e Ignacio “Nacho” Torres, gobernador de Chubut, y el surgimiento de “las Provincias Unidas del Sur”, como planteo de los gobiernos patagónicos ante el destrato del centralismo mileista.
Pero la frutilla del postre será este viernes 1° de marzo en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso, donde diputados y senadores esperarán, en horario nocturno del presidente, con – seguramente – un sinfín de efectivos policiales de ideas cortas y bastones largos. Si el mensaje presidencial es grabado y transmitido en diferido, en 3D con inteligencia artificial y proyectado con holograma, o Fátima Flórez va disfrazada de Milei para soportar los improperios que desde las bancas propinarán aquellos tratados como “ratas” ya sería lo de menos.
Hay un quiebre institucional y cultural en la política local, donde un señor que ostenta el mayor cargo en la administración nacional, sospechado – justa o injustamente - de incesto y aconsejado desde el más allá por su perrito, que usa la plataforma X para eyacular precozmente ataques virulentos – orquestados junto a sus acólitos, trolls y periodistas adictos - a quienes no se someten a sus caprichos, y que haya normalizado la banalización de la vejación y la denigración por tener síndrome de Down, como se vio en sus posteos y reposteos que atacaban al gobernador chubutense, es quien mejor refleja los signos de los tiempos de una sociedad argentina cada vez más individualista, intolerante y violenta.
Con una oposición entre ausente y desfazada en el tiempo, la cual no encuentra liderazgo, organización y proyecto superador concreto, con sectores “colaboracionistas” que son basureados en cada oportunidad por el primer mandatario, con nuevos actores y sectores políticos que aún no se muestran como alternativa concreta, y – es justo decirlo – con una porción importante de la ciudadanía que apoya el plan de ajuste oficialista, es difícil predecir cual serán los pasos siguientes del gobierno.
Por ahora Milei parece sortear los
problemas con audacia y desparpajo, pero, en política, una no puede confiarse,
y menos en momentos donde cualquier chispa puede provocar un incendio.
* Politólogo
Comentarios