#8M – LOS FEMINISMOS, LA CASTA DE LA "LIBERTAD"

 

Imagen tomada de internet

*Por Florencia Bravo Heller

En el borrascoso contexto político de Argentina, el ascenso disruptivo de Javier Milei a la Presidencia, genera estupor y desconcierto en los distintos núcleos identitarios de nuestra matriz cultural, pero de singular manera en los feminismos.

El país de la ampliación de derechos, el de los pañuelos blancos y verdes, el de la salud y la educación pública y gratuita, el de la puja distributiva a favor de los asalariados. La Patria transformada por el Peronismo y organizada. Quién hubiese dicho que sería un desacierto imaginar que podríamos ser el dique que contuviera la ola conservadora solo por nuestra tradición movilizadora.

La adhesión de Milei tiene un fuerte componente de masculinización con posicionamientos reaccionarios y antifeministas, dignos de una derecha radicalizada, mundialmente en auge. No dimensionar que este triunfo ha sido en parte una respuesta patriarcal en desacuerdo a los derechos conquistados los últimos años, sería un error.

En el marco electoral y desde los sectores más progresistas, fue creciendo la idea de que el feminismo es “piantavotos”. Que ese sujeto político dinámico y provocador, que incomoda e invita a pensar las contradicciones, es en gran parte responsable de la derrota. En ese sentido, a criterio personal, considero que esto en absoluto nos hace culpables del presente, pero sí nos otorga una perspectiva necesaria para no realizar análisis estáticos de la historia. Los feminismos tienen una larga trayectoria de intransigencia y la institucionalización en políticas de Estado, es solo una parte.

Indistintamente de la coyuntura, las mujeres siempre representamos la resistencia y estuvimos en la línea del frente cuando de luchar por nuestros derechos se trata. Este 8M no será la excepción. Saldremos nuevamente a las calles a defender lo conquistado, bajo entre otras consignas indudable la del Aborto Legal, Seguro y Gratuito, hoy en peligro

En tan solo meses, Argentina pasó de ser referente internacional (por la participación política de las mujeres y diversidades), a un país donde se desprecia, se evade la agenda y la narrativa progresiva de estos movimientos.

Un Gobierno que ha tenido la habilidad para explotar las vulnerabilidades y capitalizar la insatisfacción popular con tácticas engañosas, ha permeado también sorpresivamente en sectores feministas. Es así que con la ultraderecha en el poder y las corporaciones moldeando y dando coherencia a discursos incoherentes del gobierno, estamos asistiendo a la institucionalización de una parte de los feminismos, que instan deliberadamente por la pérdida del carácter y la esencia de un movimiento con agenda centenaria y diversa, instalándose como la única voz autorizada y en total consonancia y yuxtaposición con las políticas de ajuste; porque así como algunos sectores económicos se disfrazan de liberales para impulsar proyectos de destrucción estatal, existe una mirada liberal asociada al feminismo que se limita a creer que cuestionan las desigualdades entre varones y mujeres, desatendiendo así las transformaciones estructurales.

Durante toda su campaña electoral, Milei nunca dejó lugar a dudas de que la equidad de género no sería tema en su gestión. Las primeras medidas y decisiones resultaron una muestra contundente del retroceso en materia de igualdad. Comenzando por asumir el compromiso de cerrar el Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad, desfinanciándolo, desjerarquizándolo y hasta hoy acéfalo, justificando tal eliminación en su discurso poco plausible en Davos con declaraciones biologicistas y vetustas.

¿Cómo se pretende ser ciudadanos del mundo si despreciamos nuestra Patria? profetas en tierra ajena. ¿Cómo se pretende ser globalizado y sumarnos a la mesa de los países desarrollados, si nuestro país tiene malos indicadores de participación económica de mujeres? Frente a estos anacronismos pujantes, necesitamos democratizar los espacios con lo que el Presidente repele, más justicia social.

Por añadidura, el punto de inflexión de tales medidas regresivas, se espeja en el proyecto de la Ley Ómnibus, invisibilizando a identidades disidentes, yendo a contramano de leyes como la Ley de los 1000 días, instando por la modificación de la Ley Micaela, y re discutiendo las bases de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo.

No obstante, también hablamos de un Presidente cuyo sostén principal son mujeres, (las jefas que lideran a una Argentina patriarcalizada) y empero, banaliza las desigualdades salariales, se manifiesta en contra de la paridad. No tener perspectiva de género y análogamente, visibilizar la presencia de mujeres en espacios de poder, es su paradoja, pero eso sí, de la mujer casta y fálica, sometida y antifeminista, sino ¡afuera!

No es casualidad que una de las pocas dignas de su respeto y admiración sea nada más y nada menos que Margaret Thatcher, aliada de guerra, neoliberal y para quien el feminismo es “un veneno”, o su Vicepresidenta, quien demoniza la Educación Sexual Integral, una “libertaria” de cartón en contra de la libertad de las mujeres; y sin olvidar, por supuesto su hermana, a quien invalidando su condición, decide apodar como “el jefe”, una especie de López Rega al mando.

La estigmatización de los feminismos no es actual, se asocia a un fenómeno global como el conservadurismo o autoritarismo, que elige determinados sectores como enemigos. Quienes defienden acérrimamente un modelo de concentración de la riqueza, ven como una amenaza a los feminismos porque se meten en el corazón de las desigualdades, porque frente a su individualismo corporativo construimos colectivamente.

Este gobierno construye una narrativa de destrucción, porque la violencia es el último recurso del incompetente. Construye un discurso sexual, discriminatorio y repudiante, retwitteando imágenes sexuales explícitas; que no son groseras por ser imágenes sexuales, sino por ser usadas por señores que desdeñan el derecho de las mujeres y diversidades al placer sexual, pero se lo adueñan para ellos. El sexo, también entonces tiene una mirada de propiedad privada porque mostrar imágenes sexuales y condenar a las mujeres por abortar es decir que el sexo es solo de hombres para hombres y que las mujeres son muñecas de carne en las que depositar su poder, sin darles derecho al goce ni a las decisiones sobre su cuerpo y sus camas. Demasiadas prohibiciones para ser un gobierno a favor de la libertad y que respeta el proyecto individual irrestricto de las personas, ¿no?

En resumidas cuentas, las mujeres son un enemigo, no solo de Milei en Argentina, sino de quienes quieren un poder sin repartos ni cuestionamientos.

Por consiguiente, podemos aducir que Milei es ignorante y como si fuera poco, también peligroso, porque si continua desconociendo el problema, seguirán faltando herramientas para reducir brechas y acrecentarán la pobreza en un contexto de brutal devaluación que vulnera especialmente a las mujeres, disidencias e infancias. Un Gobierno que quiere eliminar la pobreza y la perspectiva de género es contradictorio, pues la pobreza está repleta de mujeres y diversidades.

Pareciera ser que posterior a la conquista del Aborto Legal, los feminismos hubiésen perdido la agenda y junto con ella, el norte. Habrá entonces que volver a habitar los territorios, y los servicios públicos para reconfigurar un movimiento tan plural como transversal, porque si algo sabemos demostrar es la organización, para materializar nuestras demandas concretas. Volver a las calles para tomar impulso, pero antes permitámonos habitar el enojo y el dolor para encausar la lucha, que será larga. Los gobiernos pasan, pero este movimiento siempre persiste y resiste. Urge aglutinarnos frente al adversario con una narrativa que vuelva a interpelar a grandes mayorías. Necesitamos que se restablezca el acuerdo democrático que se ha conseguido en estos 40 años, y para eso necesitamos empezar dejar de ser vistas como madres y ser reconocidas como sujetas de derecho afectadas por las desigualdades estructurales.

En Argentina, las feministas, hicimos un cambio muy profundo con cambios sociales que llevan mucha construcción y eso no va a desaparecer porque se pretendan proscribir o dejar de nombrar. No nos olvidemos que todo lo que se prohíbe, se potencia.

Ya tendremos tiempo de ganar más derechos, es momento de hacer cumplir los que obtuvimos.

Indignadas, organizadas y movilizadas, porque la única libertad posible es la que se aprende ejerciéndola.

No creemos en las fuerzas del cielo, creemos en la fuerza del pueblo.

 

*Analista política

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