VOLVER A LA POLÍTICA

 


*Por Gabriel Erviti

Nos encontramos sin dudas ante una extrañeza, pero de ninguna manera ante una novedad.

Esta película ya la vimos. Con otros caras, otro idioma, otra voz, pero las mismas escenas y el mismo desenlace.

La no política, la casta. La política como mala palabra.

Y las recetas ya las conocemos. Ajuste, privatizaciones y todo lo que vino después.

Pero no somos inocentes en eso.

La política es quien hace descreer de la política porque todo está bien, no hay grises, no hay sombras.

Todo está bien.

Y nada está bien.

Peronismo con hambre no es peronismo.

Peronismo con trabajos de hambre tampoco es peronismo.

Se hace necesario hacemos cargo de lo que pasó y de lo que no pasó, de la falta de diálogo entre los distintos sectores y por consecuencia la soledad y ausencia de un proyecto consensuado y claro,  y por lo tanto un gobierno débil y sin rumbo.

Sin una autocrítica profunda pero constructiva, no vamos a poder comprender por qué llegamos hasta acá y así no volver a repetirlo.

Milei es un invento nuestro.

Claro q sostenido, empujado y económicamente solventado por el poder económico. Pero sin fisuras no hay espacio para que crezca.

La casta política existe. No es un inventó de Milei.

La inventó la política.

Dirigentes que nadie eligió, pero que con una lapicera nos imponen y votamos.

Armadores territoriales que no son del territorio, pero que nos los ponen desde arriba.

Dirigentes sociales que no atienden la demanda social.

Y por sobre todas las cosas, Políticas públicas insuficientes.

Nosotros inventamos la casta y abrimos el espacio para que tenga lugar.

Por un lado mirando cómo compañeros que fueron funcionarios públicos toda su vida se dan una vida de lujos, mientras el pueblo la pasa mal.

Pero sobre todo políticas públicas escasas. Si el pueblo tiene todo lo que necesita para vivir dignamente, la casta es lo de menos.

Claro que tenemos que discutir y cuestionar, claro que tenemos que exigir que nuestros representantes sean honestos, austeros y dignos.

Pero de dirigentes pulcros e inmaculados está llena la historia Argentina, pero en cambio son pocos aquellos dirigentes que realmente defendieron los intereses de nuestro pueblo y nuestra Nación.

Volver a la política es volver al debate interno, a las ideas, al Proyecto de país, de ciudad, de comunidad.

Volver a la política es volver al Estado.

Nuestro país necesita más política y no menos.

Más Estado y no menos.

Y claramente, también hay que decirlo, más peronismo y no menos.

Pero guarda!!! Peronismo no significa más de lo que nos trajo hasta acá.

No es posible seguir sin cambiar muchas cosas, muchas caras, muchas ideas y sobre todo muchas políticas.

Las sociedades necesitamos de la política y la política necesita del Estado.

Es necesario una política que proteja al empresariado Nacional para que no sea aplastado por el empresariado multinacional, y que proteja al trabajador para que pueda alimentarse, vestirse, tener una casa, un vehículo. Vivir dignamente.

El liberalismo es la promesa que nunca llega.

En 20 años nos promete el Presidente que vamos a estar bien.

El peronismo es otra cosa.

Es ya. Es ahora.

Será desprolijo y desordenado, pero es ya.

Las viviendas del peronismo de Perón no eran mansiones europeas pero eran dignas, sólidas y sobre todo ya.

El peronismo es la satisfacción inmediata. No la promesa que nunca llega.

Pero todo esto solo se consigue con más Estafo. Con un estado fuerte.

Sin un estado que intervenga; qué impide a los grandes comercializadores de alimentos que cobren lo que se les ocurra? Comer tenemos que comer igual.

La ley del mercado que tanto reclaman ahora es en realidad la ley de la selva.

Sobrevive solamente el más fuerte, En este caso económicamente más fuerte.

Al resto nos condenan a una vida de miseria, alimentando los privilegios que ellos, los dueños de todo, quieren seguir llevando en sus vidas.

El peronismo es otra cosa.

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