SOBRE UNA CARTA NECESARIA (E INÉDITA) DE CACHO EL KADRI A FERMÍN CHÁVEZ: LAS VÍSPERAS DEL EXILIO.

 


*Por Julián Otal Landi

Durante estos días se han conmemorado 40 años de democracia en un contexto donde primó la indiferencia, mientras el reluciente nuevo gobierno reniega de aquella democracia para ellos viciada de estatismo e intervención de políticas sociales. En realidad, la democracia recuperada hace 40 años venía a legitimar e institucionalizar las políticas desregularizadoras, la timba financiera, la política industricida acompañado de una política cultural que renegaba de aquellas ideas nacionalistas que vinculaba como el germen del autoritarismo y el responsable de la inestabilidad política (1). En definitiva, de lo que este nuevo gobierno reniega es de las políticas graduales, aventando un shock que elimine lo que pretendieron hacer los socialdemócratas hace 40 años. Unos de los tantos debates álgidos que surgieron durante el proceso de transición de la dictadura a la recuperación de la democracia fue la cuestión del exilio. Ya por entonces primaban diversos mitos que se habían construido en torno a los exiliados, empañados por la prensa y la mentada “opinión publica” luego de la fatídica política aparatista llevada a cabo por la Organización Montoneros que provocase la trágica Contraofensiva en 1979. Envar “Cacho” El Kadri no era de la “Orga” pero fue un pionero en la política guerrillera. Fue un guerrillero peronista. Un guerrillero que, como dijo su biógrafo Alejandro Tarruella que “dejó las armas”. Y las había dejado porque sus motivaciones no eran grandilocuentes y entristas como Montoneros que pretendían superar al líder popular sino, por el contrario, su lucha siempre fue por el regreso de Perón. Fue uno de los primeros integrantes de la Juventud Peronista gestada en los turbulentos tiempos de la Revolución Libertadora. 

La carta que compartimos a continuación es inédita y consideramos oportuna su publicación para que podamos reflexionar en los desafíos que tenemos que proponernos no solo como Movimiento sino, principalmente como comunidad. La amenaza que padecemos es esa: aniquilar todo lazo comunitario. Venimos golpeados no solo económica y socialmente desde el Proceso sino que también el mayor mal es el cultural. Recuperar el legado de nuestros compañeros es clave.

Cuando Cacho le escribía al gran pensador nacional Fermín Chávez éste dirigía casualmente la primera época de la revista Movimiento. Se llamaba Movimiento de la Revolución nacional y popular. El responsable político de dicha revista era el dirigente peronista Antonio Cafiero quien por entonces dirigía el MUSO (Movimiento Unidad, Solidaridad y Organización) y era precandidato presidencial en la interna peronista. Movimiento que apenas había salido seis meses atrás y su impronta periodística militante padeció numerosas amenazas. En sus páginas se publicaron por primera vez la lista de los prohibidos por la dictadura. Se denunciaba no sólo la política económica sino que también se visibilizaba la denuncia ejercida durante años bajo el terrorismo de estado con la represión y desaparición de personas. Precisamente en junio de 1983 (en el número al que hace alusión Cacho en la carta) se publicaba una carta abierta donde los dirigentes del Partido Justicialista advertían sobre la política del miedo.

“(…) En este tramo final del proceso de facto se está creando la sensación de que un gobierno constitucional no será garantía para la sociedad argentina. Sobre todo si ese gobierno es peronista. Todos los medios de comunicación masiva, controlados por la “familia dinástica”, están siendo utilizados en esta dirección, al mismo tiempo que intenta desacreditar a la dirigencia política no uniformada, para la cual son todas las exigencias. Se trata, en suma, de generar la desconfianza de los sectores medios hacia la alternativa política…”

En dicho número, Fermín Chávez entrevistaba a Fernando “Pino” Solanas, quien regresaba al país luego del forzoso exilio y reflexionaba en torno a eso:

“(…) En general todo lo que hice fue puesto al servicio de un objetivo: rescatar la memoria histórica y popular; una identidad cultural en un tiempo en que ha debido vivir exiliada dentro de su propio contexto. Me parece muy importante hablar sobre los exilios de los argentinos, dentro y fuera de su espacio geográfico. Forma parte de un todo que es el exilio del pueblo nación en gran parte de su historia, salvo en tres momentos excepcionales de lo que va del siglo

Más adelante, afirma un planteo que retomaría El Kadri en la carta:

Tengo la impresión de que la realidad del exilio peronista no ha sido motivo de reflexión, ni ha tenido la correspondencia de una política por parte del Movimiento, más allá de las urgencias que dominan el accionar político del presente(2)

Envar transitó por diversos países su exilio, padeciendo casi un periplo tragicómico sufriendo detenciones y secuestros incluso por cuestiones ajenas a la política terrorista de la dictadura argentina. Finalmente encuentra refugio en París, pasando los primeros tiempos junto a su novia en la casa del actor (por entonces militante montonero) Norman Brisky (3). Desde allí, bajo el nombre de Monsieur Cachó (para disimular su procedencia siriolibanesa) organizó diversos emprendimientos de denuncia sobre la política dictatorial. Ya por entonces, Cacho El Kadri no sólo era una figura mítica del peronismo sino que también reunía elogios por parte de todos los que lo conocieron por su generosidad y templanza, abogando por la defensa de los valores democráticos. Aunque vale destacar que la defensa era de una democracia social, no liberal.

El tema del exilio formó parte de diversos debates que, como afirma El Kadri, no alcanzaría a formar parte de la agenda pública remitiendo solamente a diversas revistas de la época como la radical Humor quien tuvo un cruce con la peronista Crear en la cultura nacional de Oscar Castellucci (4).

Fermín Chávez conocía a Envar El Kadri desde los tiempos de la Resistencia, “cuando él padecía en la cárcel de Caseros una de sus primeras prisiones, junto con un montón de compañeros de la resistencia peronista. Años después anduvo por Taco Ralo y cayó nuevamente en las garras de la dictadura, como participante en la segunda experiencia de guerrilla rural salida del seno del peronismo. En 1969 recibí algunos de sus textos, enviados desde la cárcel N° 9 de La Plata, en que aquellos muchachos prisioneros me informaban que habían hecho un curso de historia argentina sobre la base de un libro mío hacía poco editado. Y también un saludo de Navidad con palabras que quiero reproducir: “Dios se hace pueblo y nace en un establo de pobres pastores. Nos alegra que nazca. Dios vuelve a nacer siempre entre los pobres(5).

No contamos con la carta de Chávez a El Kadri, pero suponemos que haya sido motivada por la linea editorial que pretendía endilgarle a su revista: una idea de organicidad y reflexión que envuelve a Movimiento posicionándose en una posición intermedia entre Crear en la cultura de Castellucci y la ortodoxa pero mítica Línea, dirigida por José María Rosa.

Paris, 6 de julio de 1983

Recibí su carta y me emocionó mucho saber que Ud. me recuerda con tanto cariño, porque la verdad es que en esta vida de “matreros” no hay nada que nos reconforte más que el reconocimiento de los compañeros.

Por otra parte, la manera en que Ud. se hace eco de nuestras preocupaciones demuestra que no andamos tan alejados de la realidad. Aun de una realidad como la nuestra, en que hasta los almirantes van presos y no precisamente por motivos patrióticos sino por problemas de botines mal distribuidos, de mujeres codiciadas, de avaricias inconfesadas… cuanto deshonor en estos próceres de la patria financiera, que sacrificaron miles de compañeros, que incluso podrían haber estado equivocados, pero a quienes jamás se les pudo comprobar que hubiesen luchado por su enriquecimiento personal… No es que me extrañe tanta impudicia, porque ¿Qué otra cosa podía esperarse de este lodo? Lo que me extraña es que esos sinvergüenzas y asesinos todavía puedan presentarse como “políticos” o “correos” o “candidatos”, sin que se oiga tronar el escarmiento de toda la clase política argentina.

Lo que me extraña es que se acepte, de alguna manera, esas lacras asesinas que robaron y mataron por motivos estrictamente personales, y se tenga “miedo” o demasiada “prudencia” en levantar las banderas del retorno de miles de argentinos que ni hemos robado, ni hemos asesinado, y que si alguna vez debimos emplear la violencia fue porque no nos dejaron otro camino para expresar nuestro amor a la Patria, al Pueblo y a su Conductor, pero que jamás levantamos ni siquiera un dedo contra los gobiernos constitucionales, aún aquellos viciados de nulidad por las proscripciones del peronismo.

Yo sé que el retorno no es lo prioritario en la lucha que Uds desarrollan. Pero créame compañero que si no se levanta alta y firme esa bandera, el Movimiento estará “regalando” al enemigo una prueba de buena voluntad que no merece. No tengan “miedo” de irritarlo, no será así que lo ablandarán: al contrario, es asumiendo nuestros muertos, presos, desaparecidos y exiliados, que el enemigo sabrá que todas sus maniobras por dividirnos, debilitarnos, etc., están condenadas al fracaso. Golpeemos fuerte, bien fuerte, para obtener lo máximo, y para demostrar que no aceptaremos ningún condicionamiento, ni componenda.

El artículo de Solanas me parece un buen punto de partida, quizás a partir de ahora habría que poner un articulo sobre el exilio en cada número, ¿no le parece?

El regreso de Solari nos llena de alegría, más allá de los matices que nos diferencian… ¿Cuántos Solaris peronistas hay en el mundo, sin que al parecer nuestro Movimiento no se dé cuenta de ello? Que Humor hable del exilio en casi cada número, está bien; pero siempre será algo reservado a un sector, diría, intelectual. Nosotros queremos que Uds. , que “Movimiento” nos asuman, porque pertenecemos al pueblo y es de nuestros hermanos, de esos compañeros exiliados en el paisito, que esperamos toda la solidaridad que creemos merecer.

¿Sería mucho soñar con una comisión del Mov. Ocupándose del retorno? ¿Es un sueño creer que con los otros partidos se podría preparar un regreso masivo, un chárter del pueblo exiliado, quizás con nuestros amigos que nos dieron una mano en este peregrinar por el desierto?

Yo creo que en un país donde los almirantes están presos, así sea por motivos aparentemente secundarios, es posible reivindicar el exilio de tanto pueblo disperso, es necesario llamarlo a ese pueblo, hacerlo partícipe del gran proyecto de liberación que nuestro Movimiento representa, y terminar de una vez y para siempre con el exilio de adentro y de afuera.

Querido compañero, le reitero mi agradecimiento por su reconocimiento y su solidaridad; ojalá pueda Ud. transmitir su convicción a otros compañeros; Ud. mencionaba a Cafiero, él me conoce muy bien, de aquella época en que preparábamos el operativo Retorno y él no vacilaba en darme dinero para ir a buscar “materiales” mostrando ya entonces que “la solidaridad peronista aparece cuando es necesaria”.

Ojalá también esta correspondencia sea breve, por cuanto pronto podamos tener la  satisfacción de encontrarnos con todos los compañeros, también exiliados, como dice Solanas y también rehenes de estos largos y penosos años.

Reciba usted y esos otros hermanos en el afecto, un fuerte abrazo de 

Envar El Kadri

La carta de El Kadri continuaba con el legado del General Perón, de aquel que regresaba del exilio como prenda de paz y sentenciaba que “para un argentino no hay nada mejor que otro argentino”. De aquel que creía fervientemente en la hora de los pueblos y dentro del mismo estábamos todos los que representamos a la nación. Una nación que es vapuleada desde marzo de 1976, llevando a cabo una lucha desigual como si fuésemos David contra Goliath. Habría que volver a reflexionar en torno al exilio interno y externo de aquella Patria perdida: si no fue posible aquel sueño de Cacho de efectuar un “operativo retorno” de aquellos patriotas que nada tenían que ver con los cabecillas de la patrulla perdida, nos urge una repatriación simbólica, una operatoria de sentidos que nos sumerja en los idearios y legados nacionales. 

Fermín Chávez, un imprescindible y no sólo por su enorme obra histórica, ensayística y literaria sino también como incansable articulador y promotor cultural, fue el responsable de que se publicase en 1985 un texto (otro más) necesariamente actual: Diálogos en el exilio de Cacho El Kadri con Jorge Rulli. Allí reflexionaban no solo en torno al dolor del exilio sino sobre la democracia que debíamos recuperar para ser nación.

“…propongámonos transformar aquello que está a nuestro alcance, sin dejarnos atrapar por el espejismo de las grandes estrategias que suelen olvidar que no son más que las sumas de pequeñas tareas y de innumerables combates, el primero de los cuales es contra nuestra propia pereza…"(6)

Así sea, Cacho querido.


*Profesor en Historia. Miembro académico del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas. Autor de “El joven Fermín Chávez” (Fabro, 2021) y “Era… cómo podría explicar. Biografía musical de Leonardo Favio” (Fabro, 2022).


Notas:

1) Hernandez, Pablo. El alfonsinismo, categoría del pensamiento colonial. Buenos Aires, Russ. 1985.

2) Chávez, Fermín. “Solanas, uno de los hijos de Fierro” en Movimiento, Año 1, N° 6. Junio de 1983. Pp. 11-12.

3) Tarruella, Alejandro. Envar “Cacho” El Kadri. El Guerrillero que dejó las armas. Buenos Aires, Sudamericana. 2015.

4) Otal Landi, Julián “Las raíces revisionistas en la transición democrática: el caso de la revista CREAR” en Testimonios N°7, 2018.

5) Chávez, Fermín “A modo de presentación” en El Kadri, E. & Jorge Rulli. Diálogos en el exilio. Buenos Aires, Foro Sur. 1985.

6) El Kadri, E. & Jorge Rulli. Diálogos en el exilio. Buenos Aires, Foro Sur. 1985. P. 234.


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