APUNTES SOBRE ECONOMÍA SOCIAL y COOPERATIVISMO

 


* Por Marcelo Iglesias

La economía social, popular y solidaria trasciende al sistema capitalista porque se centra en el ser humano como prioridad. Sus valores son: autogestión, democratización, solidaridad y cumplimiento de necesidades básicas.

El cooperativismo se entrelaza con esos valores en su funcionamiento. Aunque en el imaginario social, su figura históricamente fue ligada como herramienta de contención frente a las crisis.

El presidente del  INAES (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social), Alexandre Roig, explica: “Las cooperativas y mutuales siempre fueron herramientas de transformación que pueden cumplir una función de contención, pero  también son una forma de transformación, porque tienen una forma de organizar el trabajo y la producción”.

Los movimientos sociales son en muchos casos sinónimo de cooperativismo. En América Latina adquieren diferentes características y temáticas (sin tierra, comunidad, lgtbq+, trabajo, derechos humanos, etc.). En el caso argentino, la pérdida de empleo -como en los ‘90-, y hoy ante una nueva crisis, lograron generarse empleo de forma autónoma.

Para gran parte de la sociedad esta forma de trabajo autogestivo está invisibilizada. Ocurre que la circulación de información en el discurso de los medios hegemónicos consta en demonizar las formas en que  visibilizan sus demandas: cortes, piquetes, planes sociales. Ese mensaje imperante  de la incultura del trabajo que se instala entre los consumidores de esos medios, tiene el mero objetivo de enfrentar a la clase trabajadora excluida contra los trabajadores que poseen un trabajo formal.

En términos de Eduardo Rinesi, con el surgimiento de los movimientos sociales, producto de las políticas neoliberales de los ‘90, aparece un nuevo sujeto social: el piquetero.

Un caso emblemático de movimiento social (como muchos otros) que soslaya el discurso hegemónico de asistencialismo fue el de los trabajadores desocupados de General Mosconi cuando se privatizó YPF.  Una vez concluida esa relación con el Estado, pasando de ser empleados a desocupados, los trabajadores de Mosconi se organizaron en la Unión de Trabajadores Desocupados, con el objetivo de luchar y hacer causa común por su subsistencia, para sobrevivir. La transformación de los planes sociales en proyectos productivos en la gestión comunitaria del Modelo Mosconi argumenta Rinesi: “está ligado a la acérrima defensa de una cultura del trabajo”. La UTD puso particular énfasis en el desarrollo de “emprendimientos productivos” que incluyen obra pública (construcción y re-facción de escuelas, erradicación de ranchos y letrinas, espacios recreativos), huertas, ladrilleras, una carpintería y una compactadora de plástico.

            La experiencia de la UTD como modelo de sociedad colectiva y de acción comunitaria, es un claro símbolo de que la acción colectiva, la lucha, y la organización pueden transformar la realidad social y convertirse en una fuente de promoción de empleo genuino por fuera de la economía tradicional.

 Hablamos de una economía social ya no como paliativo a la desocupación, sino como alternativa real, más allá de la tradicional fábrica recuperada por sus trabajadores devenida en cooperativa.

En la lucha de los movimientos sociales, identifico una similitud (que hasta ahora personalmente nunca había pensado y me resulta revelador), con los sindicatos.  Es que la lucha histórica y presente de éstos últimos por mejores condiciones de trabajo, hacen a que el trabajador también se organice en un colectivo por sus derechos, seguridad, salarios, etc. En ambos casos existen luchas y demandas por satisfacer, al punto que tienen una implicancia y vinculación directa, ya que muchos de estos movimientos sociales se han organizado en sindicatos. Como explica Mariano Ameghino: “Lejos de presentarse como separados, hay una retroalimentación entre los movimientos sociales, los sindicatos y los partidos políticos. Hay una relación continua entre ellos que hace que los movimientos sociales participen de actividades gremiales, sindicales, partidarias, de actividades gubernamentales. Emergen así ingredientes interesantes y ricos en pos de una democracia más participativa”.

            La lucha de los movimientos sociales resulta similar a la del movimiento obrero. El inicio de nuestros sindicatos fue marcado por injusticias, malas condiciones laborales, ausencia de derechos, y aspectos que hoy nos parecen naturales pero que fueron conquistas por las que se dieron grandes luchas y hasta se sacrificaron vidas. Los movimientos sociales están compuestos por la clase trabajadora desocupada, que fue despedida. Los sindicatos luchan por las paritarias, por la seguridad laboral, etc., y serían mucho más fuertes si articularan con los movimientos sociales.

Economía social y cooperativismo son conceptos que se presentan como un desafío para que los sindicatos tradicionales puedan salir de su esfera y vincularse con los trabajadores de la economía popular. ¿No serían más fuertes los sindicatos en la unión con los movimientos sociales? ¿Ganarían más la calle y la agenda pública? Constituye –entiendo- un verdadero desafío a implementar, tomando como base que la salida siempre es colectiva. Una verdadera comunidad organizada, como planteó Perón desde abajo hacia arriba, que imprima poder, desarrollo y calidad de vida  a las clases populares y obreras. Como explica Carlos Rodríguez, integrante de la Panadería y Cooperativa "La Obrera" en Lanús, vinculada a la Unión de trabajadores de la economía popular:

            “Aunque todavía no somos un sindicato, estamos enrolados allí, en la Unión de Trabajadores de la Economía Popular. Estamos vinculándonos con el sindicato de Panaderos. A partir de esas relaciones van surgiendo otras ideas de abajo para arriba, con lo cual podemos pensar que el día de mañana lo informal se puede llegar a organizar por ramas, que cada rama tenga un convenio con el sindicato madre y seguir avanzando. Son experiencias de momentos históricos distintos pero la realidad es que nos podemos vincular tranquilamente porque somos todos trabajadores, naturalmente debería seguir creciendo”.

 

*Lic. en comunicación social

           

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