¿APRENDER A SOLTAR, O APRENDER A AMAR?

 

*Por Natalia Jareguizahar Serra

En estos tiempos en qué las frases de autoayuda son la nueva religión, y el pseudo progresismo nos propone laxitud cómo regla, y "aprender a soltar" casi como la solución mágica a toda relación que no funciona. Me pregunto si no será una trampa.

La trampa que nos lleva al escaso compromiso con nuestros afectos, a la salida fácil, a los amores descartables.

Creo que el amor conlleva un compromiso y una responsabilidad. Será que me crie con "El Principito" y no con los autores de tanto título de autoayuda, que recuerdo la enseñanza del zorro, que le explicaba que "domesticar" es crear lazos, y uno se convierte en responsable de esos eres a los que doméstica (con lo que crea lazos).

Y hablo de amor en toda su extensión, no de amor de pareja.

Esta moda impuesta por mil medios, nos lleva a una sociedad sin compromisos, sin responsabilidades, sin esfuerzos, donde simplemente cuando algo no me sirve, o me resulta incómodo, lo resuelvo soltando.

Y se desdibuja el esfuerzo de luchar por lo que se quiere cómo mérito, porque es más fácil descartar personas que cuidarlas o acompañarlas.

Total todo es descartable. Nada pareciera necesitar esfuerzo: un amigo es un perfecto desconocido que tenemos agregado en nuestra redes sociales, tan deshumanizado que nos dan igual si está ahí o no. Hay muchos más de dónde salió ese.

Y así vamos descartando persona como si fueran un vasito de papel: bollo y a la basura.

Y ni hablemos de objetivos superiores: amor a la Patria, a una causa justa, a nuestra comunidad... Nada de eso tiene sentido.

Así fuimos forjando la sociedad que suelta, sin fijarse si lo soltado termina estrellado. Que va dejando atrás, sin notar que tampoco tiene mucho por delante.

La sociedad de los adolescentes que llegan alcoholizados al UPD, y de los docentes que deben ver cómo lidian con esa situación y con los propios padres que justifican lo injustificable.

La sociedad de las excusas fáciles y los compromisos difíciles. La que perdió el compromiso dela palabra dada y el pacto sellado con un apretón de manos.

La sociedad de los amores fugaces, de las amistades virtuales, de las luchas ninguneadas, de la poca o nula valoración de los esfuerzos.

La sociedad de soltar, de dejar ir, de reemplazar.

La sociedad que nos lleva a la ruina moral, que es donde nos quieren los que imponen estás modas, porque desde ahí podrán dominarnos.

 

Comentarios