"VIVIR EN CARNAVAL"


*Por Emma Serna

El carnaval no es una fecha más. Para la comunidad LGBTIQ+ representa mucho más que un feriado. La celebración está muy relacionada con la vuelta de la democracia. Un dicho popular sostiene que “para manipular una sociedad, lo primero que hay que quitarle es la alegría”.

 

En todas las décadas del siglo pasado, el colectivo LGBTIQ se mantuvo oculto y marginado, pero curiosamente había un pequeño momento de libertad en el cual se podía caminar por las calles o la pasarela del pueblo como queríamos ser. Era durante el carnaval cuando cada cual podía vestirse como quería, y las personas trans eran un poco más aceptadas.

¿Cómo no sentirte una diva, una vedette, una mujer con todo ese glamour con toda una sociedad aplaudiendo, riendo y tirando espuma y viéndote? ¿Cuántas personas gay tenían libertad de coser, bordar o elaborar un traje en esas fechas? Ese fue el encuentro de “dos mundos”: el de una sociedad patriarcal, machista, y el de la diversidad sexual.

Ese encantamiento terminaba finalizado el carnaval. Entonces volvía la represión, el cuidado de las formas y la vuelta al closet. Eso no cambió demasiado en democracia, yo particularmente, nací en 25 de Mayo, entre al carnaval con 13 años de edad y hoy 20 años después, 20 años de carnaval, créanme que soy testigo de esa transformación lenta.

El carnaval de 25 de Mayo, es el más importante de la provincia de Buenos Aires, se elige allí, la reina provincial del carnaval entre decenas de ciudades, y con la sofisticación de este espectáculo, la construcción de un cosmódromo, el crecimiento de las 4 comparsas y carrozas no estaba bien visto llevar a alguien como yo que año tras año estaba cada vez más travesti.

Tuve que irme de mi comparsa originaria por este motivo, lloré, pero nunca me fui del carnaval, en cuanto otros me invitaron a desfilar, allí fui, hice valer mi lugar a tal punto que ya no era raro verme en la pasarela, ya estaba “muy vista” como trans y además, el crecimiento argentino en materia de derechos LGBTIQ+ hizo que algo de todo esto cambiara en nuestro favor.

Tal es así, que personas trans diseñan las comparsas y son herreros y hombres los que acatan sus directivas. Y sobre todo, que en 25 de Mayo ya no se eligen reinas adolescentes de rasgos virginales, se eligen embajadorxs (Y CON X) sin importar edad, ni género y es gracias a la decisión política del municipio, y con ORGULLO debo decirles, que esta edición 2023, con 20 años de trayectoria, esta travesti que hoy les escribe es candidata a embajadora de la fiesta más importante de la provincia.

¿Vieron que en la vida, no todo cambia para mal?

 

Fuente: El Argentino

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