*Por Martín Ayerbe
Hacia la integración Nacional
Tierra
del Fuego es el corazón de la Patria Marítima del Siglo XXI
y nuestro pivote geopolítico de integración territorial, puesto que su
posicionamiento geográfico y potencial político la constituye en Cabecera de Puente de conexión
bicontinental, como ningún otro territorio en el planeta, porque hacia el norte
se integra al continente americano con la Patagonia Argentina, región de
riquezas naturales, biodiversidad, reserva ictícola, minera, hidrocarburífera y
espacial. Y al sur, posee la estratégica posición de vincularse con conexión
directa a la Península Antártica (Tierra de San Martín), espacio continental de
reserva espacial, de agua dulce y biodiversidad del planeta. Por otra parte,
Tierra del Fuego se vincula con los mares y regiones del Sur del planeta, a
través de la ruta circumpolar antártica, y mediante el Estrecho de Magallanes
su vinculación es directa con el océano Pacífico. De esta forma, la
-geopolítica argentina- debe orientarse hacia la propia integración desde su
“heartland”, bajo un teatro de operaciones donde la estrategia y táctica sean
direccionadas hacia la planificación del control de la logística interna,
entendida esta como la unificación de los medios de producción, distribución,
abastecimiento, de circulación monetaria y de la información, nuestro
“hinterland”.
Por ello, el Espacio Marítimo Argentino de 6.500.000
km2 circundante a la isla mayor de la Patria demanda la creación del Ministerio de Asuntos Marítimos y Navales
de la Nación que centralice la acción política bajo su mando. Es hoy el tiempo geopolítico de botaduras y
navegación nacional. Su materia naval
será entre otras: ejercer la Reserva de Cargas del flete internacional (expdte.
2965/D/2020), asignando los recursos que recaudará el Fondo de Desarrollo de la
Industria Naval Nacional (expdte. 2966/D/2020) y construir en astilleros
nacionales: 120 graneleros, 15 portacontenedores, 40 petroleros, 2400 barcazas
y 840 pesqueros, como reza el Plan Naval
Argentino. Integrar con sus transportes navales la Tierra del Fuego,
Antártida e Islas del Atlántico Sur (Ley 26.766/2012), unir la Patria Grande
del Caribe y la América el Sur por mar, y garantizar el intercambio con el
mundo mediante la Empresa de Líneas Multimodales Argentina del Siglo XXI
(expdte. 4813/D/2019). Finalmente, ejercer la Defensa Nacional y ser custodio
del recurso pesquero, la flora y fauna mediante Patrulleros Oceánicos
Multipropósito (proyecto POM Astillero Río Santiago). Trabajo programático y
parlamentario que Social 21, La Tendencia pone a disposición del Pueblo
Argentino.
Fuerzas externas como
el Plan Larkin en 1959, operaron fragmentando en tres partes nuestro
territorio, desde el paralelo 40º Sur hacia el norte, abarcando la cuenca del
Paraná hasta su desembocadura en el Río de la Plata, ruta dominada por las
multinacionales del comercio exterior. El segundo espacio abarca desde el
paralelo 40º Sur hasta el paralelo 50º Sur, es decir el 98% de la Patagonia
Argentina, cuya política ha sido el aislamiento y su despoblamiento. Por
último, la división territorial se determinó entre el paralelo 50º Sur hacia el
polo Sur, con la firma de los denominados “Acuerdos de Madrid” con Reino Unido
en 1989-1990, atomizando y desintegrando la Isla de Tierra del Fuego, la
Antártida y el Atlántico Sur del continente americano. Este último objetivo, se
ejecutó, entregando el control militar del Atlántico sur y su explotación pesquera,
conjuntamente con la paralización de la industria naval nacional y la
desactivación del servicio del Comando de Transportes Navales de la Armada.
De esta forma, se
abandonó el carácter aeronaval, que desde 1949, Juan Perón estableció para
Tierra del Fuego, particularmente en Ushuaia, y su carácter científico
proyectado por el Premio Nobel y presidente del CONICET en 1969, Dr. Bernardo
Houssay, al crear el Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC), el
cual fue desmantelado en la década del 90, con su reconfiguración haca la
“Ushuaia turística”, al inaugurarse el aeropuerto al pleno servicio de las
necesidades comerciales como terminal de pasajeros, siendo Ushuaia,
actualmente, escala del 90% de los cruceros comerciales a la Antártida. Posicionar
a la isla de Tierra del Fuego, como "Pivote de integración" requiere
planificar un control logístico-militar-científico de dicho territorio,
blindándola del ejercicio de fuerzas disruptivas que orientan sus acciones
hacia la fragmentación y posesión de los medios logísticos, que en definitiva, son
los eslabones de fusión que la constituyen.
Hacia
la reactivación de las bases aeronavales de Tierra del Fuego
A fin de consolidar a
Tierra del Fuego como Centro Geopolítico de la Argentina, con Ushuaia como
Cabecera de Puente a la Antártida y Cabo Espíritu Santo como cabecera de puente
hacia el continente americano en Cabo Vírgenes, Departamento Güer Aike,
Provincia de Santa Cruz, impulsamos el desarrollo de tres bases aeronavales:
La
“Base Espíritu Santo”: En la boca del Estrecho de
Magallanes a partir del asiento naval ordenado en la Ley 26.776/2012 de transporte marítimo mediante buques
portarodantes operando en la zona denominada "Corredor Estrecho de Magallanes" del “Cruce por Aguas
Argentinas”, debe ser la cabeza de puente al continente americano y brindar
control de vigilancia de las embarcaciones que transitan por el estrecho, con
permanente comunicación con la central de operaciones del Comando de
Adiestramiento y Alistamiento de la Armada (COAA) ubicado en Puerto Belgrano,
la Central del Comando Naval de Tránsito Marítimo y el apostadero naval de la
Armada Argentina, Puerto Parry, ubicado en la Isla de los Estados, el cual debe
reacondicionarse como centro de vigilancia marítima, constituyendo un sistema
de comunicaciones y enlaces de centralización de la información de las
patrullas que operan en el Atlántico Sur, para control de buques pesqueros,
piratas y no autorizados.
La
“Base Aeronaval Río Grande-Pioneros Aeronavales en el Polo Sur”: Creada
por Juan Perón en 1949, debe reestructurarse a fin de llevar a cabo la
construcción y reparación de buques militares multipropósito que garanticen la
operatividad del sistema científico, militar y productivo de la Isla de Tierra
del Fuego. Para ello, debe operar bajo su órbita, el Astillero Estatal
Fueguino, a crearse en la Bahía San Sebastián.
La
Base "Estación Aeronaval Ushuaia”: Creada en 1949, es la
cabeza de puente latinoamericano a la Antártida, puesto que se configura como
el territorio con mejor posicionamiento geopolítico común acceso directo con la
península Antártica (Tierra de San Martín) en donde las favorables condiciones
climáticas permitieron la instalación del 50% del total de las bases
permanentes. Allí crearemos el mayor Astillero de la Patria, para consolidarla
como centro productivo, científico y tecnológico.
Hacia
la Antártida Latinoamericana en unidad continental
La convergencia en la
planificación científica estatal es instrumento central en materia de
integración latinoamericana. La Argentina centralizada en la Isla de Tierra del
Fuego, debe crear un Polo Logístico
Antártico, siendo la Antártida
Latinoamericana el factor que podrá totalizar dicha unidad a partir de los
respectivos Institutos Antárticos de las treinta y tres (33) naciones que
componen la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), centralizadas en una Corporación Científica Antártica
Latinoamericana (CCAL), y fortaleciendo, de esta manera, los cimientos de
una supranación, cooperando y trabajando en la Antártida para un fin común.
Unidad Continental que
ya se expresa con 13 bases permanentes que operan en la actualidad (6
Argentina, 5 Chile, 1 Brasil y 1 Uruguay), con una población de 400 personas y
una presencia ininterrumpida por más de ciento quince años, es la jurisdicción
desde la cual debe renacer el espíritu de Unidad de la Patria Grande de la
América del Sur y el Caribe.
Anticipándonos al año
2041, en que finaliza el tratado antártico y renace el peligro de la
militarización de dicho continente por la OTAN, y advirtiendo que desde
Malvinas se ha iniciado la proyección ilegal del polo logístico a fin de
vincular el territorio usurpado desde 1883 con la Antártida. Por ello, la
Unidad Latinoamericana debe constituirse desde el continente blanco y proyectarse
hacia el espacio marítimo Atlántico y Pacífico de la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños en este siglo XXI.
*Movimiento de Liberación Nacional-Argentina
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