QUE LE VOY A HACER



 *Por Juan Disante

A todos los varones nos pasa.

A Carlitos, cuando soñaba, se le mezcló divinamente, su amor por los caballos con sus metejones de mujercitas coquetas y risueñas, pero que a la vez, queman en una hoguera todo lo que muestran.
Pero Carlitos era un testarudo, sigue mezclando su amor "con los pingos y las pingas" :

"Por una cabeza 
 todas las locuras
borra la tristeza
    calma la amargura"

Entonces le agarran los extremos más nobles:  "Qué le importa la vida"
Y después (seguramente por consejo de Alfredo Le Pera): "mil veces la vida, ¿para qué vivir?".
¿Cuántos desengaños habrá sufrido Carlitos? Porque ya había jurado mil veces no volver a insistir. Le pareció que los percherones y las minas andan por ahí.
Pero ¡ojo! ahí está la debilidad del varón argentino. Muchos desengaños por un pingo, pero no confundir a la mujer coqueta con un  corcel.
¿Entonces? ¿Para qué soñamos pamplinas?
Carlitos queda herido al pasar, pero... pero... su boca de fuego otra vez quiere besar.

"Yo me juego entero 
qué le voy a hacer".

(Te perdonamos Carlitos, te queremos. Qué le vas a hacer.)
Y sino escuchá a la encantadora rusita Aida Garifullina, que algo parecido le habrá pasado (pero le sonríe a Carlitos) : 



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