CUESTIONES SEMÁNTICAS Y CONFUSIONES IDEOLÓGICAS

 


*Por Víctor L. Martínez

En la actual y deteriorada política vigente, ya no sorprenden a nadie ciertos encasillamientos políticos-ideológicos a la hora de juzgar y analizar conductas de personajes a los que algunos asocian con mucha facilidad –y no por casualidad- al PERONISMO al solo fin de confundir a las nuevas generaciones.

De un tiempo a esta parte surgieron con mayor encono –pero nada nuevo- encasillamientos y calificaciones provenientes de conservadores recalcitrantes y neoliberales ultra derechosos por un lado y del progresismo auto considerado “liberales de izquierda” por el otro, personajes que se resisten enérgicamente (más si son del palo “intelectual”) a considerarse colonizados mentales.

No voy a destinar tiempo ni espacio en explicar el origen y sentido de los términos “izquierda” y “derecha” que aparecen muy seguido en boca de mediocres politiqueros PRO-CAMBIEMITA y en no pocos de los mencionados “iluminados progresistas de izquierda” además de periodistas, sicarios comunicadores mediáticos, cholulos opinadores en redes sociales acercados a las lides enjuiciadoras; y no lo haré por una cuestión de respeto para con la inteligencia del lector.

Pero vale la pena aclarar de dónde parte esta cuestión en estos pagos, muy presente en los susodichos. Por procedencia no son casuales sino realizadas generalmente y en su gran mayoría por clasemedieros -de manera repetidora por supina ignorancia-, y en menor escala en cuanto a su números -pero no por eso menos perversos-, pensadas como calificaciones ex profesamente ideadas por contumaces operadores que, aprovechando ese odio visceral hacia el peronismo existente en el medio pelaje nacional, lo esparcen como pochoclos.

Todo es parte de una total y absoluta perversión política, de una mezquindad individualista internalizada culturalmente por un lado y la incomprensión del fenómeno que significó la aparición del PERONISMO en estas tierras como prodigio político de masas en defensa de la nacionalidad y la dignidad de un pueblo sumergido en la ignominia.

Pero ¿Por qué ocurre esto? Simplemente porque el PERONISMO resultó como fenómeno político, más que original, desestructurante para mentes cocinadas a fuego lento por la colonización cultural. Se parece mucho a la “negación” infantil que no permite aceptar lo que le disgusta (pero en versión adulta: “No damos quorum y paralizamos el funcionamiento del Congreso Nacional si no dejan de molestar a nuestros amigos de la Corte Suprema”; defensa “republicana de las instituciones” de legisladores “trabajadores de poca pala y mucho bla bla” PRO-CAMBIEMTA).

Es en este momento donde aparecen las calificaciones de “Dictadura K”, “fascistas” y/o “zurdos de mierda” (¡Como si la “derecha” defecara con aroma a rosas francesas!!!).

Pero a esto se le suma el escuchar hablar y calificar –una vez señalado el personaje que se dice peronista, aunque sea por oportunismo- como un “peronista de derecha” y por ende fascistoide, o como un “peronista de izquierda” al que solo hay que rescatarlo del peronismo para su total redención final y definitiva de modo que así se transforme en un purificado militante “esclarecido de izquierda”. Todo esto a la hora de encasillarlo; fenómeno que parte básicamente de ese periodismo que se auto considera “progre” que despliega sus esclarecidas opiniones en medios escritos, radiales y televisivos a quienes también se les creo una imagen “progres”.

Sin embargo, no se percatan que se están refiriendo a personajes que son presentados como “dirigentes políticos peronistas (o próximos)” fabricados mediáticamente –incluso no pocos inventados por ellos mismos- y poco representativos de las bases peronistas.

Lamentablemente para todos los señalados anteriormente, en las consideraciones de los peronistas de base, en el pueblo peronista, no existen “peronista de derecha ni de izquierda”. Se es o no se es PERONISTA y punto. Y la única forma de serlo es respetando los principios-doctrinarios del peronismo en gestión legislativa o de gobierno. Izquierda y derecha, para el peronista de base son categorías teóricas fabricadas para intelectuales de una clase media colonizada, superadas por una realidad hecha acción política por parte del creador del peronismo, luego transformada en filosofía de vida comunitaria.

En razón de esto los “peronistas de derecha o izquierda” resultan inexistentes para la base humilde de ese peronismo; simplemente porque dejan de ser peronista.

Para esa base humilde de nuestro pueblo existió un “Gran Argentino que se supo conquistar a la gran masa del pueblo, combatiendo al Capital”. El nuestro es un pueblo manso y bueno. Se hizo peronista porque aquel líder combatió el “capital mal habido” en los hechos y sin recurrir a la lucha de clases. Esto descolocó a los izquierdistas de libros y les rompió el relato de la lucha de clases como única vía para la reivindicación proletaria.

Y lo hizo desde el Estado y con el Estado como protagonista. Y esto descolocó a los “liberales de derecha” que sentían que le habían arrebatado el instrumento ideal para sus sustanciosos negocios.

Que el manejo económico en manos del Estado y la centralización del control de sus resortes no fue nuevo… Y sí! Pero si sirvió para los fines ¿Por qué no habría de tomarlos?

Entonces la oligarquía nativa demonizó al PERONISMO como algo peor que el propio comunismo. Y los izquierdistas de la vanguardia lúcida al sentir que en los hechos le habían arrebatado sus simples “slogan”, se sumaron identificándolo con el fascismo italiano porque su colonización cultural jamás les permitió aceptar que algo nuevo, original y diferente podía salir de los trabajadores locales, de esos que consideraban una barbarie sentimental e irracional. Así surgió esa calificación fruto de la naciente conjunción de las derechas e izquierdas vernácula surgida con aquella Unión Democrática de 1945 presidida por un embajador norteamericano y unidos por el enemigo común llamado PERONISMO. Jauretche bien supo sintetizar socarronamente con un extenso calificativo que les indilgó como surgido de esas mentes que conformaban la intersección izquierdo-derechosa surgida en aquella oportunidad para quienes el peronismo era una cuestión: “Nipo-nazi-falange-fascistas”.

Para fundamentar mi hipótesis tomaré dos como ejemplos; personajes que se presentaron como peronistas (rescatados dentro de un número considerable) aparecidos en los últimos 40 años.

Dejaré de lado los gobiernos despóticos que con militares y políticos se enriquecieron hambreando al pueblo y saquearon las riquezas del país entregándola al capital extranjero en los últimos 68 años como los sirvientes que siempre fueron de intereses foráneos desde las invasiones inglesas hasta nuestros días (Que Macri con su bruta ignorancia y bestial perversión a cuesta lo redondeo en 70 años de un mal populista llamado peronismo).

Ni Menem fue un “peronista de derecha” porque nunca fue peronista y lo demostró con acciones beneficiadoras de los poderosos a las que les sumó su política de nalgas abierta para con el imperio norteamericano en su gestión de gobierno muy aplaudido por los clasemedieros que gozaban del 1x1; ni el kirchnerismo (salvo Néstor que era peronista en serio) es un “peronismo de izquierda” porque el peronismo no es populismo Laclauniano.

El PERONISMO es simplemente un sentimiento con partida de nacimiento en el alma de lo popular y enraizado en el corazón de los humildes en junio de 1943 y con certificado de confirmación el 17 de octubre de 1945.

PERONISTAS son aquellos que desde el subsuelo de la patria solo buscan terminar de reconstruir lo que paralizaron a sangre y fuego los odiadores reaccionarios en 1955, y que de ser necesario lo hará con dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes a la hora de hacer tronar el escarmiento.

Eso que quedó inconcluso es aquella:

Patria Justa, Libre y Soberana donde vivir dignamente.

Tan simple como es nuestro pueblo y por ende incomprensible para los estudiosos de “izquierda y derecha” a quienes les cuesta soltar el manual del colonizador.

“Los tiempos cambiaron” podrán argumentar como excusa no pocos “iluminados progresistas de izquierda”… Pero la esencia (ese atributo Espinoziano que nos vincula con la creación) nunca cambió, y nutre como sabia un sentimiento que es perenne… como la hierba dijera alguien por ahí.

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