LA REVOLUCIÓN CHINA: EL OTRO HECHO POLÍTICO, LUEGO DE LA REVOLUCIÓN RUSA QUE CAMBIÓ AL MUNDO

 


*Por José Abelardo Franchini

La actual China, un Modelo de pujanza económica, con un sistema mixto de mercado por una parte y a la vez socialista, con una presencia estratégica del Estado en diversas áreas económicas y con un sistema institucional de partido único que podríamos llamar de Democracia Popular, es el fruto de una avanzada cultura milenaria y de la Revolución Socialista culminada en 1949, liderada por el dirigente comunista Mao Tse Tung, apuntalado por Chou En Lai, su mano derecha y co-estratega militar.

Tras la muerte de Mao, ascendió al poder en 1978, luego de un periodo de transición, accedió al poder Deng Xiao Ping que impulso una reforma del sistema económico y social chino, admitiendo la cohabitación con la propiedad privada y el sistema “de mercado”, es decir que en ciertos sectores hubiera lucro e iniciativa privada. La adopción de este sistema de “2 velocidades”, o mixto ha permitido a China convertirse en el principal rival de los Estados Unidos, hasta ahora la principal potencia económica y militar del mundo.

Es de destacar que aun después de caída la Unión Sovietica, China y Rusia han reforzado sus lazos de colaboración en todos los ámbitos y esto se ha hecho más visible luego de los 90’ con la asunción al poder de Vladimir Putin en la Federación Rusa. La actual Republica Rusa no es un sistema de mercado en el estricto sentido del término tal como lo podemos ver en Occidente, sino un semi-socialismo, con una impronta destacable de propiedad estatal de medios de producción y de servicios y un mantenimiento de un buen nivel de vida para toda su población, y lo mismo que en China con un sistema institucional-legal de derechos sociales y laborales avanzado.

El extenso territorio de China, después de la revolución dirigida por Mao Tse-Tung, cambió radicalmente sus estructuras. Mao Tse Tung, fue fundador del Partido Comunista Chino, proclamó la República Popular China después de vencer a Chiang-Kai-Shek en sangrienta guerra civil. Hoy es un país con industrias y servicios de avanzada al mismo nivel de los países más importantes de Occidente.


1. Antecedentes de la Revolución China

Entre los siglos XVIII y XIX, en plena expansión del colonialismo europeo, China se encontraba estancada, sufriendo una invasión brutal y rapaz, particularmente de Inglaterra, que desencadenó un enfrentamiento armado, conocido con el nombre de la “guerra del opio”, lo que significó para China un siglo de humillaciones.
A consecuencia de esta guerra, los gobernantes decadentes de la dinastía Ching, reconocieron derechos de dominio a los colonialistas británicos. Estos hechos de sometimiento del poder chino generaron la rebelión de los Taiping (1851-1864), que duró algunos años, siendo después controlado.
Surgió luego, otro importante movimiento: el de los “Boxers” (1900-1901),
Milicia Unida en Justicia (Yìhéquán) emprendido básicamente por campesinos. Este movimiento se caracterizó por su xenofobia a los europeos, cuyos países habían establecido intereses: Inglaterra, Alemania, Italia, Francia, Rusia, además de Japón. Esta rebelión fracasó por la intervención y acción de los ejércitos colonialistas. A los Boxers seguiría una serie de desórdenes, que terminaron en fracasos; pero evitó que China fuese repartida entre los colonialistas.

2. La República

Al iniciarse el siglo XX se experimentaba en China una serie de cambios debido a la influencia europea. En la China tradicional se introdujeron instituciones contemporáneas como fábricas, bancos, máquinas, etc. Asimismo, se tradujeron muchas obras económicas, políticas, científicas al idioma chino, que se contraponía a las instituciones, usos y costumbres de la antigua China. El sector intelectual había cambiado y deseaba, para su país, una serie de transformaciones, acordes al desarrollo del Mundo contemporáneo.
En 1905,  Sun Yat Sen, lúcido dirigente político, fundó un partido democrático, el Kuo-Min-Tang, de características Republicanas, que empezó a actuar formalmente a partir del año de 1911. A inicios del año nuevo, de 1912, logran elaborar una Constitución provisional y proclamaron la República China. El emperador de la dinastía Ching, que había perdido el control y el apoyo del pueblo, abdicó a favor de la República.

Las ambiciones personales de los jefes militares y caudillos desencadenaron una serie de enfrentamientos en la naciente República. Además, después de la Primera Guerra Mundial, la Conferencia de Versalles (1919) había concedido al Japón los antiguos derechos alemanes sobre la Península de Shantung, que desencadenó una serie de protestas contra la penetración del colonialismo japonés. En consecuencia, la República China emergía en medio de una gran crisis.

Las Fases que atravesó la Revolución China

La revolución socialista, que había triunfado en Rusia en 1917, influyó en los intelectuales chinos, induciéndoles a fundar un movimiento revolucionario anti-imperialista, el Movimiento del 4 de Mayo. Este movimiento hizo preparativos en sus cuadros, y fundó el minúsculo Partido Comunista (1921), siendo su representante principal el líder Mao-Tse-Tung.
Hacia 1923 se estableció un frente único para ayudar al Dr. Sun-Yat-Sen y reorganizar el Kuo-Min-Tang. El presidente solicitó ayuda a las potencias occidentales, para solucionar la crisis, pero no encontró apoyo. Rusia (1923) le concedió su ayuda, fundando una academia militar, dirigida por el comandante Chiang-Kai-Shek.

Orígenes de la Revolución China

En marzo de 1925 el Dr. Sun-Yat-Sen falleció. Dos años después (1927) el General Chiang-Kai-Shek, que se manifestaría como un caudillo ultra-reaccionario dio un golpe de Estado y empezó a atacar y perseguir a los comunistas, dando origen a que estos se organizaran y contestaran con un levantamiento, formando su propio ejército. Así empezaba la guerra civil. Entre tanto, tomaba más cuerpo la invasión japonesa. Chou En Lai y Chu-Te, representantes de Mao-Tse-Tung, plantearon la unión nacional, para luchar contra los japoneses, lo cual fue rechazado por el gobierno central. Mao-Tse-Tung y sus fuerzas se vieron obligados a desplazarse en octubre de 1934, para evitar su aniquilamiento, realizando la mundialmente conocida Gran Marcha (12500 kilómetros). La primera Guerra Civil Revolucionaria fue una expedición armada al norte contra los caudillos militares. Duró tres años y, aunque fracasó, encendió una gigantesca mecha revolucionaria en China, sobre todo porque despertó la lucha de millones de campesinos. Esta tuvo un blanco, fue una guerra que se hizo en alianza con el Kuomintang dirigido por Sun-Yat-Sen que había pasado a apoyar la Revolución Rusa y sostenía la alianza con el PCCH y el apoyo a los obreros y campesinos. Posteriormente, luego de su muerte, esta guerra fracasó por la traición del Kuomintang, ya dirigido por Chiang Kai Shek, que desató una matanza gigantesca en el año 1927. Esta traición fue facilitada en el último período por graves errores oportunistas de derecha del Secretario General del Partido Comunista de China, Chen Tu-Siu, tal como denunciaron entonces Mao y otros dirigentes de PCCH.

Entre tanto, los japoneses avanzaban y se consolidaban. Ante tales hechos los dos ejércitos se vieron obligados a unirse, para desarrollar la guerra anti-japonesa durante ocho años (1937-45), asestándoles duros golpes. En agosto de 1945, la guerra de resistencia había llegado a su término con el triunfo chino. Después de estos hechos se profundizó la guerra civil, que duró tres años.

Expulsión de los Nacionalistas chinos

Después de la Segunda Guerra Mundial, las fuerzas de Mao-Tse-Tung, controlaban casi todo el territorio continental, expulsando a las fuerzas nacionalistas de Chiang-Kai-Shek a la isla de Taiwan, donde fueron protegidos por la flota norteamericana. Allí fundaron la China Nacionalista, donde desarrollaron una industria respetable con inversión de capitales norteamericanos.

Fundación de la República Popular China

El 1 de octubre de 1949 el líder Mao-Tse-Tung declaraba la fundación de la República Popular China e iniciaba una serie de profundas reformas estructurales en los diferentes campos del quehacer humano, obteniendo en poco tiempo, enormes resultados, basándose en sus propios recursos y fuerzas. Es de especial consideración, el establecimiento del sistema de comunas populares, mediante la organización sistemática de una vida colectiva, llegando a ocupar un lugar importante dentro del contexto internacional. Recordemos que en 1950, la China Comunista intervino en la Guerra de Corea, enfrentando a las Tropas Norteamericanas y Sudcoreanas, China y los Nord-Coreanos fueron asistidos con armamento y pertrechos soviéticos, la guerra terminó en 1953, quedando la península coreana dividida en 2 partes. Mao-Tse-Tung fue el líder indiscutible de la marcha de la nueva China. En los años 60’ impulsó el desarrollo de un movimiento conocido con el nombre de “Revolución Cultural”.

El “período de transición” y las transformaciones socialistas.

Aquí se inicia el llamado “período de transición”, en que se termina la reforma agraria en todo el país, y en que la línea y la tarea general del partido consistía en cumplir en lo fundamental la industrialización del país y las transformaciones socialistas de la agricultura, de la industria y comercio capitalistas. En el desarrollo de este período la contradicción principal interna en China pasó a ser entre la clase obrera y la burguesía.

Este período se caracterizó por una aguda lucha de clases y líneas entre quienes seguían parados en el mismo sitio después de haber alcanzado el triunfo de la Revolución de Nueva Democracia, y sin comprender que ha cambiado el carácter de la revolución, continúan sosteniendo conceptos oportunistas de derecha. Esto estaba fogoneado por formulaciones de altos dirigentes del partido como “establecer firmemente el orden social de nueva democracia” y que resistían las transformaciones socialistas. Frente a esto se desarrollaban también errores de “izquierda” que consideran demasiado largo el período de transición y se impacientaban.

La Revolución China dirigida por el Partido Comunista significó el fin de la dominación de las potencias imperialistas sobre el país, el fin de los terratenientes y la derrota de la burguesía asociada a éstos. Cientos de millones de campesinos lograron acceder a la propiedad de la tierra, se terminó con el hambre, avanzaron en la cooperativización socialista, se produjo un enorme avance en la industrialización sobre la base de la propiedad estatal socializada, se crearon sistemas universales de salud y educación, se desarrolló una intensa lucha para que las mujeres se liberaran de las prácticas feudales arraigadas por miles de años, y muchos otros avances. Por primera vez la clase obrera y el pueblo chino tuvieron el poder en sus manos.

La Revolución China fue un gran paso práctico para la clase obrera y el movimiento comunista mundial. Fue Mao Tse-Tung fundamentalmente el que lo sintetizó teóricamente, haciendo un gran aporte al marxismo-leninismo, no solo en cuanto a la estrategia y táctica revolucionarias en los países oprimidos, sino también en cuanto a la construcción socialista, en los terrenos económico, filosófico y en la lucha contra el revisionismo y la restauración del capitalismo.

La revolución en los países oprimidos.

Lenin en 1916 brindó uno de sus aportes fundamentales, analizando que se había abierto una nueva fase en el desarrollo del capitalismo: el período imperialista monopolista, y el de su descomposición histórica. Se había abierto una nueva época revolucionaria en la historia de la humanidad. Y analizó que en esa fase se había producido una división fundamental del mundo entre países imperialistas opresores y países oprimidos (coloniales, semi-coloniales y dependientes). Analizó esencialmente los fenómenos económicos y políticos concernientes a esta situación.

También precisó en 1916 en su artículo “Balance de la discusión sobre la autodeterminación”, punto básico del problema nacional, que ésta había dejado de ser una parte del movimiento democrático general, y se había convertido ya en parte integrante de la revolución proletaria general, de la revolución socialista. Y en el II Congreso de la Internacional Comunista de 1920 había aportado numerosas consideraciones sobre este problema he insistido sobre la importancia de la hegemonía proletaria en la revolución.

Mao-Tse-Tung desarrolló a fondo estos problemas esbozados por Lenin y fundamentó en “Sobre la Nueva Democracia” y “La Revolución China y el Partido Comunista de China” por qué la Revolución en los países oprimidos formaban ya parte de la revolución proletaria mundial y no de la revolución burguesa, y se constituía de dos etapas ininterrumpidas, la revolución Democrática y la Revolución Socialista, algo parecido a la Tesis de la Revolución Permanente de Lev Davidoviç Trotsky, es decir en la aplicación de la fase de desarrollo capitalista o burgués para terminar con el feudalismo, se aplican allí, como planteaba Lenin métodos “jacobinos” o revolucionarios y a la vez se va construyendo el Socialismo.


La vigencia del Marxismo-Leninismo con el Aporte Maoista en China

La muerte de Stalin y los cambios que se producen en la Unión Sovietica por este motivo, es decir una cierta “apertura” y re-politización del país de las estepas, fue cuestionado por Mao-Tse-Tung al frente de los comunistas chinos que lo consideró un cierto retroceso, en la marcha del Socialismo encabezando la lucha contra el revisionismo anti-stalinista no sólo en China sino a nivel internacional.

En los últimos años de su vida realizó quizás su mayor contribución revolucionaria. Pergeño y dirigió la “Revolución Cultural” iniciada en 1966 y formuló la teoría de la continuación de la Revolución bajo las condiciones del Socialismo; es decir, bajo las condiciones de la Dictadura del Proletariado. Impulsó así una revolución inédita en la que participaron millones y millones de jóvenes, y trabajadores, llevando la democracia popular a un nivel desconocido en su lucha contra las fuerzas burguesas en el terreno de la superestructura y del poder, en la lucha por la transformación de las relaciones de producción y el desarrollo de las fuerzas productivas en el Socialismo.

La derrota de la primera etapa de la revolución socialista, el hecho de que en ningún país el proletariado se encuentre en el poder actualmente, es utilizada por el revisionismo para crear escepticismo sobre la posibilidad de la revolución y el papel de dirección de la clase obrera. Por eso el revisionismo debe manipular, omitir, deformar el concepto marxista de época revolucionaria, concebida como época histórica prolongada (Karl Marx, Prólogo de Contribución a la Crítica de la Economía Política, 1859). Y debe ocultar que, si esa primera etapa fue derrotada, efectivamente, lo fue dentro de una época revolucionaria prolongada, abierta por la fase imperialista del capitalismo, que conocerá nuevas oleadas y etapas revolucionarias. Porque se van tensando las tres grandes contradicciones fundamentales del mundo actual: burguesía-proletariado; países imperialistas y países, pueblos y naciones dependientes y subdesarrollados; y las contradicciones intermonopolistas e interimperialistas; contradicciones que se influencian recíprocamente. Esto es visible claramente en la actual crisis de superproducción relativa del sistema capitalista imperialista mundial, profunda y prolongada, del capitalismo en su fase imperialista salen a luz descarnadamente y provocan la lucha de la clase obrera y de los pueblos subdesarrollados u atrasados, como se ve en todo el mundo en la actualidad. Es de señalar la cuestión de las identidades socio-culturales que limitan o favorecen, según el caso la implementación del Socialismo, vemos como en Venezuela es posible la implementación del Modelo llamado del Socialismo del Siglo XXI y no así en Colombia o Ecuador, donde los gobiernos progresistas encuentran fuertes dificultades para estabilizar un rumbo pro-Socialista. Vemos como en Argentina el denominado Kirchnerismo encuentra viabilidad, llevando adelante un nacionalismo progresista, abierto latinoamericanista y como a los pocos meses de asumir en Chile Gabriel Boriç, un dirigente proveniente de la izquierda encuentra sus limitaciones, de manera similar a lo que había pasado con Michelle Bachelet, y prosigue el Modelo Neoliberal, implementado por la Dictadura Pinochetista sin demasiados aditamentos. Es decir, mi Tesis sobre las Idiosincrasias suma al Marxismo el aporte de las cuestiones socio-culturales. Así extrapolando un caso de otra parte del mundo, vemos como el Socialismo tuvo éxito en Argelia y no así en Marruecos o Tunez que también son países árabes. Así, para ir finalizando, volvemos a señalar como en Rusia a pesar de la caída de la Union Sovietica, al pasar de los años se vuelve a implementar un semi-socialismo, con presencia estratégica del Estado y una política internacional No-Alineada con EE. UU, y se mantienen relaciones estrechas con China, Vietnam, Siria, Cuba, y otros países del Tercer Mundo con regímenes democrático-populares.

 

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