*Por Mauro Millán
No les bastó con
despojarnos de la historia y el territorio: ahora nos despojan del relato. No
tenemos cabida, nuestro relato es inaudible en los medios masivos. Y si lo
hacemos vamos a tener un tribunal conformado por periodistas, jueces y fiscales
dispuestos a condenarnos. El tema de Lof Lafken Winkul Mapu requiere un relato
general de cómo se están avasallando los derechos de los pueblos originarios y,
en concreto, del pueblo mapuche-tehuelche. No hay sociedad que pueda soportar
tanto atropello, tanta persecución.
Se valen de la RAM y de
argumentos absurdos para generar un enemigo interno inexistente. Si a mí me
vienen a sacar de mi territorio, yo voy a defenderme con lo que tengo, que por
lo general son piedras y palos. Con eso nos defendemos en los territorios
mapuche, porque si tuviéramos armas de fuego, como dicen, tendría que haber
muertos del otro lado. ¿Cuántos efectivos de las fuerzas represivas murieron?
Los muertos son todos nuestros y, sin embargo, nos tratan de terroristas.
El pueblo mapuche nunca
renunció a la idea de retornar a su territorio. A pesar de que nos arrebataron
nuestra historia, nuestro idioma, nuestra filosofía, nuestra ideología, nuestra
espiritualidad. Esos territorios están en manos de la Sociedad Rural, del
empresariado, de políticos, jueces y abogados. Comenzamos a reafirmar nuestra
presencia en los territorios, esto viene desde hace treinta años.
Las comunidades viven
permanentemente en la incertidumbre de no saber si van a reprimirlas o a
asesinar a algún integrante, eso es violencia psicológica y estatal. Cada vez
hay más gente judicializada, criminalizada, mujeres, hombres. Cada vez somos
más. El aparato judicial está condicionado por un negacionismo profundo,
estructural. Todos los fallos que vamos a obtener van en desmedro de nuestros
derechos.
En 1994 se reformó la
Constitución Nacional para equiparar medianamente la vulneración de derechos
que tenían las minorías, entre ellos los pueblos indígenas. El Estado Argentino
elaboró esa Constitución y debe cumplirla, pero jueces y fiscales no toman en
cuenta nuestros derechos y se basan sólo en el Código Penal. La prioridad
número uno es la propiedad privada, que para ellos está por encima de todos los
derechos.
Nosotros, cuando
hablamos de propiedad privada, no hablamos de la vulneración de los derechos de
los ciudadanos comunes de a pie que desean contar con algunos bienes. Ellos
llevan la discusión a un grado tal para que cualquier vecino, de cualquier ciudad
patagónica, piense “Van a venir por mi terreno”. Se ponen a la altura de
Benetton, Lewis y los qataríes que tienen negocios en la región. Buscan generar
empatía por medio de los resortes políticos.
Hemos visto a Patricia
Bullrich y a Miguel Ángel Pichetto que vinieron a fogonear discursos de odio. Y
lo han logrado. Tanto el macrismo como la derecha peronista, a la hora de los
negocios van juntos. Ahí no hay grieta. Para ellos, fortalecer a los sectores
económicos concentrados es garantizar su perpetuidad en los cargos
públicos.
¿Qué puede saber Jorge
Lanata? ¿Qué puede saber Clarín de lo que es vivir en la Patagonia? Nada. Son
mercenarios con micrófonos, dicen barbaridades de nosotros, no tienen ni idea
de lo que están hablando. Ahí se cierra este triángulo macabro del aparato
judicial, empresarial, político y periodístico, o como quieran llamarlo.
Nosotros hablamos de la
concentración de territorio ancestral mapuche, que está en pocas manos, que es
usado para los negocios y está contaminado. Es la visión que tiene el
capitalismo sobre lo que significa la tierra y lo que el pueblo
mapuche-tehuelche pone en discusión.
Frente a eso, tenemos
una decisión política que estamos materializando y es la defensa del
territorio. Es una decisión colectiva del pueblo mapuche-tehuelche que traspasa
las fronteras provinciales y de los países. Cuando nos preguntan qué proyecto
político tenemos, les decimos que hay uno que ya está en marcha: la defensa del
territorio.
¿La defensa del
territorio contra qué o contra quién? La gran amenaza es este sistema
extractivista capitalista, están avanzando sobre los territorios que muchas
veces están habitados por comunidades y quedan a merced del empresariado y de
los negocios inmobiliarios. Estos territorios están bajo amenaza.
¿Qué significa que
Nación haya acordado unificar las fuerzas represivas con las provincias? Cuando
los Estados generan ese tipo de alianzas y crean este clima, lo que realmente
buscan es fortalecer la imagen del enemigo interno.
La Justicia dictaminó
que el empresario Joe Lewis, uno de los tantos empresarios que se ha apoderado
del agua, debe abrir los caminos para que quien sea que habite este territorio
tenga derecho a acceder al Lago Escondido. ¿Qué hace el Estado rionegrino? Sale
a cuestionar ese fallo.
Entonces nos
preguntamos: ¿quién está amenazando estos derechos básicos que debe tener cada
ciudadano? ¿Somos los mapuches o es el propio Estado el que está creando este
tipo de políticas hipócritas para defender los intereses extranjeros
empresariales? El Estado debería preguntarse qué está pasando con el pueblo
mapuche-tehuelche.
Es tremendo todo lo que
ha vivido nuestro pueblo, con episodios como la Pacificación de la Araucanía y
la Conquista del Desierto. Eso dejó daños colaterales sobre nosotros. Mis
bisabuelos lo vivieron en carne propia, estuvieron presos en campos de
concentración. Alguno sobrevivió, porque el que murió, murió mutilado,
empalado, las mujeres sin pechos, les cortaban los talones.
Es la historia triste
que heredamos, a nosotros se nos impuso la nacionalidad chilena-argentina
porque no nos quedó otra, pero en este proceso de deconstrucción del pueblo
mapuche-tehuelche, decimos que somos mapuche. Por decir eso somos una amenaza.
En este proceso de
retorno al territorio, también están retornando nuestras autoridades
ancestrales. En Winkul se levantó, después de muchos años, la primera Machi en
Puelmapu (“tierra del Este”, de este lado de la cordillera). Las y los Machi,
nuestros médicos, nos curan el espíritu y el cuerpo. Para todo Puelmapu es un
acontecimiento y para nosotros es importante también, porque de alguna manera
vienen a diagnosticar este proceso de curación que tiene el pueblo
mapuche.
Yo soy Lonko porque me
enfermé de espíritu. Yo tuve un antepasado que me vino a indicar que me tengo
que levantar como Lonko. Yo no lo puedo diagnosticar, ni tampoco lo puede hacer
un médico clínico o un generalista. Por eso para el pueblo mapuche es tan
importante, porque empiezan a recomponer tejidos históricos, antiguos de
nuestra institucionalidad mapuche. En Winkul está esta Machi y vienen mapuches
de todos lados, de todas las provincias a atenderse con ella.
Hay un personaje
llamado Diego Frutos que supuestamente es vecino junto en la zona en conflicto,
junto al Lago Mascardi. Pero él no vive ahí, no es una persona que se levanta
toda las mañanas a tirarles maíz a sus gallinas en su terreno. Él vive en
Buenos Aires, es un puntero de Patricia Bullrich y partícipe número uno de la
agrupación Consenso Bariloche y de toda la difamación que se genera contra
nosotros.
Frutos es el que
contrata fuerzas de seguridad, patotas y amedrenta al lof permanentemente.
Imaginen tener un vecino así, que permanentemente te está filmando, provocando.
Lo que hizo la gente del lof fue controlar ese espacio territorial, que es una
hectárea o media hectárea, donde este hombre va una o dos veces al año.
En una situación de
tanta crisis económica y territorial, hay mucha gente que tiene su lugar de fin
de semana en territorio de Parques Nacionales. Son tierras de Parques
Nacionales. ¿Nadie se puso a pensar cómo es que Diego Frutos y mucha gente del
empresariado se hacen de esas tierras públicas? ¿Ustedes o yo tendríamos
derecho a una parcela en Parques Nacionales? Bueno, no, no es para cualquiera.
Se lo dan a cierta élite.
Se está elaborando un
documento donde todas las comunidades vamos a salir a avalar este proceso de
recuperación que hizo el lof. Obviamente, esto va a generar un accionar
absolutamente represivo, porque Frutos no es un pobre vecino de Villa Mascardi.
Es un puntero del Pro, evidentemente va a recurrir a las fuerzas políticas y
van a querer desalojar a la gente de ahí con violencia.
El modus operandi que
estamos viviendo por estas horas en Lafken Winkul Mapu es que Gendarmería corta
la ruta junto con las fuerzas especiales de Río Negro y hacen tipo comando.
Van, tirotean, se suben a la camioneta y se van. Vuelven, tirotean y así… Lo
viví personalmente y se recolectan todo tipo de vainas: de escopeta, 9 mm, todo
lo que puedan imaginarse. Nuestra gente las va guardando como pruebas, pero
esas pruebas nos sirven a nosotros porque… ¿a qué Justicia vamos a reclamar?
Estamos armando una
comitiva para viajar a Buenos Aires pronto. Estamos hartos del relato que se
está haciendo y queremos hacer una gran caminata para allá. Varios lonkos y
varias comunidades que estamos en lucha nos estamos organizando. Vamos a pedir
el acompañamiento de todas las organizaciones y la sociedad consciente, que
estén con nosotros y nos acompañen, que vayamos a desmentir las falacias de
esos medios nacionales que hacen un relato de la vida, no sólo del mapuche,
sino también de la vida de la gente pobre, del campesinado, de los pueblos
indígenas en general.
Ellos se adjudican el
derecho a relatar lo que estamos viviendo en este momento de la historia de la
humanidad. ¿Por qué ellos y nosotros no podemos? ¿Por qué aceptamos pasivamente
que sólo ellos puedan ser los relatores de nuestra historia? Hay que
desobedecer y buscar las alianzas, porque la capacidad económica de ellos nunca
la tendremos, pero sí tenemos la capacidad para solidarizarnos.
El proyecto que tenemos
desde el pueblo mapuche-tehuelche no es un proyecto egoísta. No es un proyecto
donde queremos tener un Estado sobre el Estado. De ninguna manera. Estamos
planteando una decisión política de defender el territorio, y cuando defendemos
el territorio defendemos a mapuches y no mapuches para que puedan seguir
bebiendo el agua y seguir acampando en la orilla de los ríos y los lagos del
Puelmapu.
*Lonko del Lof
Pillañ Mahuiza.
Fuente: Red Latina Sin Fronteras
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