*Por
Víctor Leopoldo Martínez
Todo comenzó con el
flagrante error cometido a propuesta de la UCR en aquella reforma
constitucional de 1994: otorgarle autonomía a la Ciudad de Bs.As. y permitirle
tener policía y poder judicial propio. Hoy el país lo padece.
El pueblo, el verdadero
pueblo argentino viene expresándose nuevamente y a voz de cuello en estos días.
Frente a las espurias manipulaciones mediático-judiciales de las que se vale
con fines políticos un minúsculo sector social con fuerte poder económico y
contactos internacionales que cipayamente usan como sostén, el hartazgo popular
a simple vista, es mucho más claro y transparente que la dudosa contundencia de
las 3 toneladas de supuestas (por inexistentes) “pruebas” con las que el fiscal
Luciani intenta condenar y proscribir a CFK a pedido de Macri.
Abroquelados en la
ciudad que les permitió aparecer en escena, con su actual gobernador cometiendo
las arbitrariedades que se le antoja de manera desafiante, y desde donde
manejaron históricamente a su antojo el destino del país, de sus habitantes y
todos los recursos económicos de su extenso territorio durante 200 años, hoy
vuelven a la carga.
Una vez más nunca mejor
aplicado aquello de que “Dios es argentino pero atiende en Buenos Aires… y es
“unitario”.
A dicho sector que
siempre operó desde las sombras, se lo conoce popularmente como OLIGARQUÍA; y a
sus actuales operadores PRO como sus empleados-sirvientes.
Esa ínfima fracción
social, hoy usando a un sector del poder judicial corrompido, al monopolio
informativo que maneja Magnetto con Clarín a la cabeza, a La Nación, y al
degradado y mediocre ariete político PRO-UCR-CC (JxC) con un corrupto y
saqueador ex presidente como Macri y un intendente almacenero que negocia
bienes públicos como si fueran de su propiedad –Larreta- (dicho por Martín
Lousteau), ungidos como los principales dioses en ese imaginario y fabricado
Olimpo en el que transformaron a la ciudad puerto, deciden a su antojo la vida y
el perverso destino que ellos le asignaron a todos los Argentinos, y pretenden
seguir haciéndolo.
Frente a la posibilidad
de recupero y control del poder político-institucional perdido después del
saqueo y posterior desastre político, económico y social en el que sumergieron
al país y a su población de la mano de Menem-Cavallo-De la Rúa y que desembocó
en la pueblada de diciembre del 2001(no sin dejar sus criminales huellas
asesinas con una represión que se llevó la vida de 32 compatriotas), en el 2007
y con el empresario Macri recuperan la ciudad y la transforman en sala de
control de operaciones desestabilizadoras de cualquier gobierno nacional y el
bunker desde donde la mafia mediática procede con su tarea de difamación a
través de relatos mentirosos (fake News). Como dice el compañero Guillermo Cuco
Ñanes, en ese bunker se fabricó el arma con que intentaron asesinar a la vice
presidenta: “La pistola Bersa es de Lanata. El cargador es de Leuco. Las balas
son de Feinmann. La mira es de Jony Viale. La empuñadura es de Majul. El cañón
tiene como marca registra TN-LN+. La corredera es de Canosa. La tenencia es de
Wiñazki. La portación es del bruto Echecopar. El gatillo es de La Nazión. El
caño en la sien es de Comodoro Pro. La instigación es de Clarín. El plan es de
la Embajada. El brasileño es un perejil. El arma del odio se ha venido
construyendo desde hace 15 años.”
Los integrantes de
dicho sector son ignorantes hasta cierto punto; ignoran ex profesamente y por
conveniencia lo que significa Estado (como organización
política-cultural-social que integra a toda la población de un país bajo una
autoridad nacional) cuando no está a su servicio; del mismo modo que utilizan
el concepto de Nación (riquezas naturales dentro del espacio territorial que
abarca) disponiendo de ellas como de su propiedad privada. Dicho sector cree
(cuales Zeus) que el Estado y la Nación son de su propiedad y que la patria son
ellos.
Desde siempre la
manipulación de la opinión pública y la demonización de sus potenciales
enemigos hasta lograr su exterminio, estuvo entre sus principales armas
(literal) como señalo más arriba. Nunca dudaron en usarlas. Bombardeo de
civiles inocentes en junio de 1955, Plan Coninte con Frondizi, 30 mil
desaparecidos entre el 76 y el 83, asesinatos de Santillan y Kosteki, 32
personas el 20/12 del 2001, Maldonado y Nahuel y los 44 submarinistas en el
gobierno macrista, dan cuenta de esto.
Históricamente
consideraron como sus enemigos a todos aquellos que pudieran impedir sus
saqueos y sus “negocios” con bienes ajenos (públicos). Los trágicos destinos de
Moreno, Dorrego, Quiroga y Peñaloza son los primeros ejemplos. Las
demonizaciones de San Martín y Rosas (que terminan exiliados), Irigoyen, Perón
y hoy de Néstor y Cristina son otras claras muestras de su perverso accionar. A
este minoritario sector se lo conoció políticamente desde su nacimiento como
UNITARISMO. Los que operan desde las sombras y el señalado armamento son las
herramientas con que hoy pretenden reflotarlos y mantenerlo vigente.
La demonización previamente
instalada mediáticamente les permite jugar y transferir sus constantes
provocaciones y agresiones a los demonizados, responsabilizándolos de las
barbaridades y actos criminales que ellos mismos cometen a diario. Días pasados
el “transparente” intendente Larreta, bajó conteiner cargados de piedras, luego
vallando y decidiendo por su cuenta la prisión domiciliaria de la
Vicepresidenta de la Nación, reprimiendo a militantes populares en las
inmediaciones del domicilio de CFK fue la más clara muestra de provocación
planificada aunque él en conferencia de prensa la “pinte y venda” cambiada
(como enreja plazas, pinta en el suelo piletas de natación y dibuja espacios
verdes con cementerio incluido en lo que va de su gestión.)
LA CULPA DE TENER
CERDOS CEBADOS NO ES DE LOS CHANCHOS SINO DE QUIEN LOS ALIMENTA.
Ante la inoperancia de
los actuales representantes del FdT en el gobierno nacional, el pueblo decidió
comenzar a tomar las riendas políticas del manejo de la situación. El 2001 fue
el más reciente antecedente. El 17 de octubre de 1945, el Cordobazo, el
Rosariazo, el Tucumanazo, el Mendozazo, el Catamarcazo fueron otras tantas
muestras de ese hartazgo.
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