*Por Monica Oporto
El coronavirus no es un cisne negro[i]. Se podía colegir que de
la concentración de la riqueza cada vez en menos manos y la
pauperización global –algo así como la desertificación a nivel social en el
mundo-, sumado a la desinversión en salud pública (y en educación pública) como
parte del Manual Neoliberal, se podía prever que, enfrentados a una situación
crítica –una guerra o esta “guerra” contra un enemigo invisible- nos pondría en
situación gravísima.
Las respuestas locas, -irresponsables-
de algunos “líderes mundiales” devotos del Mercado. A estas alturas considero que
si es peligroso el comportamiento del virus es mucho más peligrosa la respuesta
dada por algunos gobiernos ante la enfermedad.
Así, por ejemplo, una dictadora
latinoamericana ha aconsejado “arrepentimiento y oración”. En el otro lado del mundo
–pero en sintonía política- un primer ministro (que no sólo tiene parecido físico sino
intelectual con el presidente del país del “sueño americano”) desistía de tomar
medidas drásticas para enfrentar la enfermedad y hacía alarde de compartir
las ideas de su connacional Charles Darwin acerca de la supervivencia del más
apto. Boris recién se avino al cierre de lugares públicos tras recibir la
catastrófica sumatoria de muertos que comenzaba a dejar el coronavirus. Recién el 23 de
marzo decretaba la cuarentena. Lo mismo hizo su “mellizo” de EEUU. Si, hasta en
eso son similares. En esta nota[ii] se está anticipando que EEUU es el país que
podría ser el epicentro de la pandemia, desbancando a China.
El presidente de Brasil, siguiendo los
pasos de estos gobiernos sin cabeza, ha ocasionado que la situación de ese país
empeore minuto a minuto. El negacionista de Bolsonaro afirma que todo es parte
de una histeria. Autorizó a las empresas a dejar de pagar sueldos por cuatro
meses. Pobre pueblo de Brasil, tan lejos de un gobierno que los contenga y tan cerca
de Bolsonaro.
Hay otros mandatarios que no les van en
zaga. Esperemos que, pasada la crisis, los
pueblos hagan tronar el escarmiento. Paradojas dentro de un sistema que
cultiva el individualismo. Los que predicaban el achicamiento del Estado para que las
actividades que –supuestamente el Estado no sabe y no debe realizar-
pasen al ámbito privado (y de paso, aplicando la ley de la oferta y la demanda, se
beneficien sus empresas privadas), ahora exigen respuestas urgentes del Estado.
Se dieron cuenta de que en los países donde el Estado mantiene salud pública
y educación pública –y lo han hecho con grandes esfuerzos- han sido los que han
desarrollado respuestas que priorizan a las personas.
Pobre Argentina si el presidente
hubiera sido otro! Justamente hace unos días Macri pidió al actual presidente
Alberto Fernández: “Al igual que lo que sucede en Inglaterra, no tomemos medidas
drásticas”, unos días antes de que Fernández declarara la cuarentena obligatoria”[iii] . No olvidamos que
Mauricio Macri, durante su período de gobierno, rebajó el 50% del presupuesto
para el Instituto Malbrán, que, a la fecha, es el centro donde se realizan los
estudios para determinar contagio de coronavirus. También frenó la
construcción de hospitales. Aún resuenan las palabras de la, por entonces,
gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, anunciando que en su
“gestión” no se iban a inaugurar nuevos hospitales[iv]. Y cumplió su palabra: no
sólo no los hizo sino que detuvo la construcción de aquellos que estaban en
ejecución. El macrismo en el gobierno (Cambiemos – PRO) bajó los salarios de
los científicos y científicas de Argentina, produjo, entre 2015 y 2019 recortes del
50% del presupuesto en salud, de personal y salarial[v]. Y también devaluó el
Ministerio de Salud a Secretaría, con todo lo que esto conlleva. Porque, para
el neoliberalismo, el Mercado está por encima del Estado.
En estos momentos el único que ha
podido hacer frente a la crisis provocada por la pandemia ha sido el Estado, tan
devaluado por la aplicación de políticas neoliberales, tan denostado, con tan
mala prensa para los liberales, sin embargo es el único que asiste cuando el
capital/mercado recula.
Argentina, cuya tradición de salud y
educación públicas, y de la mano de un presidente que se puso la crisis al
hombro, tomó medidas anticipatorias de lo que se veía venir. Hay otros ejemplos de
solidaridad: Cuba, castigada con bloqueo por décadas, salió a dar su ayuda. 52
médicos cubanos llegaron a Italia, a la Lombardía. Se prevé la llegada de 500
médicos cubanos a la provincia de Buenos Aires. Se trata de médicos
emergentólogos y terapistas que vendrán a reforzar la ayuda sanitaria previendo una posible
expansión del virus.[vi]
Bloqueo, estigmatización, críticas.
Cuba solidaria. Estado frente al mercado. Paradojas: Mientras, se cierran
fronteras que la globalización había ido desdibujando para el beneficio del
comercio, y las personas, para circular, deben ir munidas de un permiso que los habilite
a transitar, cada vez son mayores los controles y las restricciones.
Paradojas que el coronavirus deja al
descubierto. En una nota del diario el País se dice
“Europa está fracasando. Las cifras de infectados aumentan exponencialmente.”[vii] Miente. No fracasó
Europa, ha fracasado un sistema, el de los que
proclaman las bondades del sistema que ha pauperizado el planeta, mientras ellos
están sentados sobre una montaña de dinero.
Paradojas del mercado egoísta,
angurriento. Han querido emular al rey Midas y han concentrado la riqueza que no les
servirá para frenar el coronavirus a menos que sea volcada a mejorar los servicios
que brinda el Estado, que debe brindar el Estado para cuidar a su población.
Otras pequeñas paradojas a modo de
moralejas Paradojas del neoliberalismo que es
mentor del individualismo. Hoy la cuarentena nos aísla pero refuerza lazos de ayuda,
solidaridad, abrazos virtuales. Pero, además, se dan paradojas de la tecnología,
otrora criticada porque nos aisló y hoy permite conectarnos con quienes
están a pocas calles o con quienes están en otro continente, en un vuelo
virtual, en un abrazo virtual. Paradojas: el tiempo. Ese que siempre era escaso
por la cantidad de cosas que había que hacer. El tiempo que muchos no dedicaban
a sus seres queridos. Ese producto de una convención hoy se
acumula. Porque se impone la cuarentena y muchos no están yendo a sus
ocupaciones.
La palabra china para escribir
"crisis" consta de dos caracteres: uno representa "riesgo" y el otro
"oportunidad", de allí que se diga, por extensión, que “crisis es oportunidad”. La humanidad, los
gobiernos y sus pueblos, todes estamos ante una puerta –la crisis- que se abre a dos
caminos. Abrirla y hacer la elección de qué camino se tomará para no desaprovechar
una oportunidad de cambiar, de ser mejores, de tomar decisiones que nos
hagan mejores.
[i] Un “cisne negro” es un acontecimiento inesperado e impredecible que produce consecuencias importantes a gran escala y sobre el que se pueda dar una explicación a posteriori: aunque imprevisible, un cisne negro puede analizarse racionalmente una vez ha pasado para encontrar las señales que apuntaban a que ocurriría.
[ii] https://www.apostagem.com.br/2020/03/24/oms-eua-pode-ser-o-novo-epicentro-da-pandemia-de- coronavirus/
[iii] https://www.perfil.com/noticias/internacional/estilo-boris-johnson-medidas-tomo-gran-breta%C3%B1a- contra-coronavirus.phtml
[iv] https://www.infobae.com/politica/2017/10/14/maria-eugenia-vidal-no-voy-a-abrir-hospitales-nuevos- porque-es-una-estafa-a-la-gente/
[v] https://www.politicargentina.com/notas/202003/32390-nadie-se-salva-solo-los-brutales-recortes- presupuestarios-del-macrismo-al-malbran.html
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