*Por Eliana Valci
Luego de las elecciones se pudo observar en redes sociales sobre todo, una avalancha de insultos calumnias e injurias. Depende se dónde se mire puede sorprender o no lo expresado por tal o cual interlocutor; incluso puede causar hasta indignación.
Pero el quid de la cuestión, es que el hecho de insultarse no genera ningún rédito a nadie, al contrario genera mayor división y odio en la sociedad.
Cada quien tiene derecho a pensar de la manera que desee, pero no de agredir a otro. Es cierto que estamos en democracia y dentro de la misma libertad de expresión, pero uno no puede hacer uso y abuso de derechos a su antojo.
Estas son reglas básicas que deberíamos incorporar a nuestra cultura, de manera que cada uno pueda sostener su ideología, pero siempre dentro de un marco de respeto.
De lo contrario el saldo de la cuenta siempre nos va a dar en negativo y no habremos triunfado como sociedad sino tenemos la capacidad de tolerarnos.
Llevamos 200 años de "grieta" como le llaman en la actualidad, un quiebre que no solo se grafica en la imaginación, sino que se plasma fuertemente en la realidad por dichas prácticas.
Es tiempo de que vayamos reparando la fisura, porque en el medio hay ciudadanos que no están ni de un lado ni del otro.
Todos somos parte de esta Patria, pero sin embargo pareciera que el sentido de pertenencia lo hace el color político y no la nacionalidad. Deberíamos tomar conciencia de esto y dar un mejor ejemplo a las generaciones futuras.
*Directora Revista Ida &Vuelta
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