Se vino, nomás, el peronazo. Lo merecían.
¿Y qué esperaban? Vivían, pontificaban, sobraban desde un frasco.
Convencidos de la superioridad moral sobre sus adversarios “que se habían robado un PBI”.
Fortalecidos por la sabiduría imbatible de la “big data”. Por la eficiencia inapelable de las segmentaciones.
Se compraron los espejitos brillantes que vendían, hasta agotarlos.
Se dieron la suficiente manija como para creer que de verdad combatían a las mafias, que le ganaban el combate al narcotráfico.
Que por la admirable recepción que tuvo Mauricio, El Ángel Exterminador, en el escenario mundial, se habían integrado.
Nos tenían en cuenta, sonreía Merkel cuando se fotografiaba con el Ángel y Macron lo invitaba a comer.
Lo probaba el auxilio irresponsable del Fondo Monetario Internacional.
Fue más a un gobierno (que dilapidaba los fondos) que a un país. Al que se ayudaba a enterrar.
Fuente: Jorge Asis Digital
Comentarios
estoy muy feliz....