NUESTRO HOMENAJE CON CARIÑO Y ADMIRACIÓN A LA ABANDERADA DE LOS HUMILDES


EVA PERÓN, EVITA, EN EL ANIVERSARIO DE SU PASO A LA INMORTALIDAD



*Por Diego Carbone


María Eva Duarte de Perón nació en Junín, (otros historiadores dicen que en Los Toldos, provincia de Buenos Aires), el 7 de mayo de 1919. Falleció en Buenos Aires, a los 33 años, el 26 de julio de 1952, conocida como EVA PERÓN o simplemente como EVITA, actriz y política argentina. Se casó con Juan Domingo Perón en 1945 y tras la asunción de este como Presidente de la Nación Argentina al año siguiente, Duarte se transformó en primera dama. 

EVITA, se convirtió en la "abanderada de los humildes", en la defensora de los derechos de los necesitados, los ancianos, las mujeres y los niños, y dejo su vida en esa labor. 

Enfermó de un mal incurable, que no lograba hacer claudicar su voluntad ni sus fuerzas para trabajar por "sus gracitas". El 18 de julio de 1952 entró en coma por primera vez y el 26 de julio murió. Tras su muerte la CGT declaró tres días de paro y el gobierno estableció un duelo nacional de 30 días. Su cuerpo fue velado en la Secretaría de Trabajo y Previsión hasta el 9 de agosto, cuando fue llevado al Congreso de la Nación para recibir honores oficiales, y luego a la CGT. 

Evita escribió dos libros en sus últimos años, "La razón de mi vida" en 1951 y "Mi mensaje" en 1952.
Eva Duarte de Perón recibió numerosos honores, entre ellos el título de Jefa Espiritual de la Nación, la distinción de Mujer del Bicentenario, la Gran Cruz de Honor de la Cruz Roja Argentina, la Distinción del Reconocimiento de Primera Categoría de la CGT, la Gran Medalla a la Lealtad Peronista en Grado Extraordinario y el Collar de la Orden del Libertador General San Martín, la máxima distinción la argentina. Se han producido además numerosas películas, musicales, obras teatrales, novelas y composiciones musicales sobre Eva Duarte de Perón.


VOLVERE Y SERE MILLONES

"Yo he de volver como el día 
para que el amor no muera 
con Perón en mi bandera 
con el pueblo en mi alegría. 
¿Qué pasó en la tierra mía 
desgarrada de aflicciones? 
¿Por qué están las ilusiones 
quebradas de mis hermanos? 
Cuando se junten sus manos 
volveré y seré millones.".

José María Castiñeira de Dios, 1962


EVA

Calle Florida, túnel de flores podridas.
Y el pobrerío se quedó sin madre
llorando entre faroles sin crespones.
Llorando en cueros, para siempre, solos.
Sombríos machos de corbata negra
sufrían rencorosos por decreto
y el órgano por Radio del Estado
hizo durar a Dios un mes o dos.
Buenos Aires de niebla y de silencio.
El Barrio Norte tras las celosías
encargaba a París rayos de sol.
La cola interminable para verla
y los que maldecían por si acaso
no vayan esos cabecitas negras
a bienaventurar a una cualquiera.
Flores podridas para Cleopatra.
Y los grasitas con el corazón rajado,
rajado en serio. Huérfanos. Silencio.
Calles de invierno donde nadie pregona
El Líder, Democracia, La Razón.
Y Antonio Tormo calla "amémonos".
Un vendaval de luto obligatorio.
Escarapelas con coágulos negros.
El siglo nunca vio muerte más muerte.
Pobrecitos rubíes, esmeraldas,
visones ofrendados por el pueblo,
sandalias de oro, sedas virreinales,
vacías, arrumbadas en la noche.
Y el odio entre paréntesis, rumiando
venganza en sótanos y con picana.
Y el amor y el dolor que eran de veras
gimiendo en el cordón de la vereda.
Lágrimas enjuagadas con harapos,
Madrecita de los Desamparados.
Silencio, que hasta el tango se murió.
Orden de arriba y lagrimas de abajo.
En plena juventud. No somos nada.
No somos nada más que un gran castigo.
Se pintó la República de negro
mientras te maquillaban y enlodaban.
En los altares populares, santa.
Hiena de hielo para los gorilas
pero eso sí, solísima en la muerte.
Y el pueblo que lloraba para siempre
sin prever tu atroz peregrinaje.
Con mis ojos la vi, no me vendieron
esta leyenda, ni me la robaron.
Días de julio del 52
¿Qué importa donde estaba yo?
II
No descanses en paz, alza los brazos
no para el día del renunciamiento
sino para juntarte a las mujeres
con tu bandera redentora
lavada en pólvora, resucitando.
No sé quién fuiste, pero te jugaste.
Torciste el Riachuelo a Plaza de Mayo,
metiste a las mujeres en la historia
de prepo, arrebatando los micrófonos,
repartiendo venganzas y limosnas.
Bruta como un diamante en un chiquero
¿Quién va a tirarte la última piedra?
Quizás un día nos juntemos
para invocar tu insólito coraje.
Todas, las contreras, las idólatras,
las madres incesantes, las rameras,
las que te amaron, las que te maldijeron,
las que obedientes tiran hijos
a la basura de la guerra, todas
las que ahora en el mundo fraternizan
sublevándose contra la aniquilación.
Cuando los buitres te dejen tranquila
y huyas de las estampas y el ultraje
empezaremos a saber quién fuiste.
Con látigo y sumisa, pasiva y compasiva,
única reina que tuvimos, loca
que arrebató el poder a los soldados.
Cuando juntas las reas y las monjas
y las violadas en los teleteatros
y las que callan pero no consienten
arrebatemos la liberación
para no naufragar en espejitos
ni bañarnos para los ejecutivos.
Cuando hagamos escándalo y justicia
el tiempo habrá pasado en limpio
tu prepotencia y tu martirio, hermana.
Tener agallas, como vos tuviste,
fanática, leal, desenfrenada
en el candor de la beneficencia
pero la única que se dio el lujo
de coronarse por los sumergidos.
Agallas para hacer de nuevo el mundo.
Tener agallas para gritar basta
aunque nos amordacen con cañones.

Poema de Maria Elena Walsh, (1976)




MARIA EVA DUARTE DE PERÓN, SIMPLEMENTE EVITA, LA ABANDERADA DE LOS HUMILDES, LA QUE DEJO GIRONES DE SU VIDA POR SU PUEBLO,,, EVITA PERÓN, PRESENTE...!!! UNA INMORTAL POR DERECHO PROPIO...!!!

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