*Por Pablo Adrián Vázquez
Hace tres cuartos de siglo una
revolución imparable puso a la Argentina en marcha. Distribución de la riqueza
y pleno empleo, Planes Quinquenales y derechos sociales, con el respaldo de un
movimiento obrero organizado bajo la conducción de Perón y Evita.
Ella, de primera dama a líder política:
promovió el voto femenino, redobló su obra en la Fundación de Ayuda Social,
impulsó al Partido Peronista Femenino, profundizó su relación con la CGT y se
desvivió en dignificar al Pueblo.
Ninguna crítica despiadada de la
oposición le hizo mella. Pero lo que ellos no pudieron, lo pudo su cuerpo.
El cáncer de matriz detectado en 1950
avanzó, tanto como avanzó su lucha.
El 22 de agosto de 1951 iba a legalizar
su poder con un hecho de masas, donde la demostración del Pueblo todo la
legitimaba.
Y se intentó otro golpe más duro que el
cáncer: la presión militar y de la oposición impusieron días después su
Renunciamiento, aceptado por ella en una transmisión radical por cadena
nacional.
Luego – tras el intento de golpe del
general Menéndez – el suministro secreto de armas, por parte de Evita, a la CGT
y el intento de milicias obreras fue abortado por quienes luego volverían esas
armas contra Perón.
El 17 de octubre, dedicado a ella, fue
una despedida al Pueblo y a su hombre.
La operación en noviembre – cuando ella
postrada votó por primera y única vez -
dio pocas esperanzas.
Ya en el ‘52 la suerte estaba echada,
pero aún dio batalla como en el discurso del 1º de mayo donde llamó a defender
a la Revolución y a su Líder.
Como afirmó el historiador Fermín
Chávez: El “Evita se muere” no era ya
una frase más, politizada. Era una
verdad.
Como verdad fue la afirmación del Padre
Hernán Benítez: “Compañeros: pedimos el milagro de la salud de Eva Perón. Ya
nos ha concedido otro: el milagro del heroísmo cristiano de Eva Perón…”.
Al borde de su fin comprometió a su
amor: “Juan, pase lo que pase, lo único que te pido es que no abandones nunca a
los grasitas”.
Siendo las 20.25 hrs. del 26 de julio
de 1952 Evita dio su último suspiro…
En su ejemplo queda potenciar nuestro
compromiso de lucha contra “el capitalismo foráneo y sus sirvientes
oligárquicos” de ayer y de hoy, ya que ella nos reclama actuar fanáticamente,
bajo la fe peronista, el amparo del Movimiento Obrero Organizado y de las
fuerzas sociales que se forjaron en la lucha contra la exclusión neoliberal como
fuerzas revolucionaria de la Patria.
*Politólogo; Docente de la UCES; Miembro
de Número de los Institutos Nacionales Eva Perón y Juan Manuel de Rosas.
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