3 DE FEBRERO DE 1852: BATALLA DE CASEROS. FIN DEL GOBIERNO DE ROSAS

*Por Prof. Daniel Chiarenza

Batalla de El Palomar de Caseros

En marzo de 1851, Urquiza da el primer paso hacia Caseros: alía a Entre Ríos, Montevideo y Brasil para mantener la independencia de Uruguay y eliminar el bloqueo que impone Oribe. Se manifiesta tácitamente que si Buenos Aires lo obstaculiza, la alianza se volverá contra ella.

Movimiento de tropas al final de la Guerra Grande.

Siempre Urquiza se negó a las propuestas de Brasil y de los unitarios emigrados de encabezar la lucha contra Rosas, más cuando éste soportó el conflicto con Francia e Inglaterra. Pero las desavenencias entre Urquiza y Rosas se fueron agravando. Entre Ríos, en plena expansión económica, quiere tener salida, por el Paraná, hacia el Río de la Plata, sin que sus exportadores estuvieran obligados a comerciar con Buenos Aires, pero Rosas mantiene firme el exclusivismo porteño. No se trata de que Urquiza quiera abrirse al mercado mundial y Rosas no, pues los estancieros de ambas provincias desean exportar, sino de que la Provincia Metrópolis se arroga la exclusividad de hacerlo, negándoselo a Entre Ríos. Ese cierre de los ríos también impide el traslado de oro, de armas, de pólvora, que Entre Ríos ya quiere hacerlo directamente. Influye también la distribución de los recursos aduaneros que las provincias reclaman y ante lo cual Buenos Aires se hace la distraída, y se niega a la organización constitucional que obligaría a definir esa cuestión.

El gobernador de Buenos Aires y encargado de las relaciones exteriores de la Confederación, Juan Manuel de Rosas.

Algunos sostienen que Urquiza, designado por Rosas como jefe del ejército de la Confederación –en plena guerra contra Brasil- fue sobornado por ese gobierno y resolvió pasarse al enemigo. Los urquicistas dicen que no existía guerra entre Brasil y la Confederación sino sólo una ruptura de relaciones producida por la disputa en Uruguay y que la declaración de guerra (18/8/1851) es posterior al pronunciamiento de Urquiza (1/5/1851).

Pero, Urquiza es tan caudillo de Entre Ríos como Rosas lo es de Buenos Aires, pues ambos tienen el apoyo de estancieros y peones de sus provincias. Una concepción individualista de la historia sostiene que Urquiza “traiciona” por unos patacones y que todo Entre Ríos continúa apoyándolo. Trías reflexiona: ¿Cómo es posible que Urquiza se haya alzado con el Ejército de Operaciones –fortalecido en virtud de la guerra contra el gobierno de Montevideo- sin mayores resistencias de parte de sus jefes y del paisanaje que lo componían? ¿Cómo se explica la parálisis del gobierno rosista en las dramáticas vísperas de Caseros? ¿Cómo se entiende la inmovilidad de las provincias?”.

Justo José de Urquiza, el "Milagro de la Casa de Braganza".

El enfrentamiento se explica en la rivalidad entre estancieros bonaerenses y entrerrianos, acaudillando a sus provincias, como la causa del pronunciamiento de Urquiza por el cual la provincia de Entre Ríos reasume su soberanía, aceptando la renuncia que Rosas periódicamente presentaba a su cargo de delegado de las provincias para las relaciones exteriores y al cual Corrientes adhiere, mientras el resto de las provincias no se pronuncian, aunque tampoco apoyan militarmente a la provincia de Buenos Aires.

Estudio histórico sobre el Pronunciamiento realizado por José María Rosa.

Luego de declarada la guerra a Brasil, el 8 de octubre las fuerzas de Oribe se dispersan frente al avance del Ejército Grande dirigido por Urquiza. El 2 de noviembre, la alianza declara su propósito de derrocar a Rosas.

Urquiza ha cruzado el río Uruguay, hacia Montevideo, mientras la escuadra imperial ingresa en aguas del Río de la Plata, pero Rosas no actúa con la energía de años anteriores sino que parece cansado, escéptico, sin ganas de dar pelea. El día antes de Caseros se distrae mostrándole a uno de sus oficiales cómo todavía es capaz de pialar un caballo, en momentos en que el jefe de sus fuerzas –Pacheco- decide renunciar con el enemigo a las puertas.

Sólo Chilavert, desde El Palomar de Caseros, resiste heroicamente, mientras don Juan Manuel, herido en una mano, redacta su renuncia y se exilia en la embajada inglesa. No lleva bienes consigo, salvo una cantidad importante de cajones con documentación relativa a su gobierno para defenderse de las acusaciones que sabe le prodigarán sus enemigos. La experiencia del nacionalismo ganadero llega su fin.

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