JOSE DE SAN MARTIN: REVOLUCIONARIO IBEROAMEICANO



 Por Pablo Adrián Vázquez *

Revolucionario, estadista y militar, creador del Regimiento de Granaderos a Caballo, gobernador de Cuyo, Libertador de Chile y Perú. (Yapeyú, 25de febrero de 1178 – Boulogne – sur – Mer, 17 de agosto de 1850).

Hijo capitán Juan de San Martín y de Gregoria Matorras (aunque recientemente Hugo Chumbita investigó, según cartas de Joaquina de Alvear, que San Martín fue hijo natural de Diego de Alvear y una joven india).

Aprendió sus primeras letras en Buenos Aires. A los 5 años sus padres lo llevan a España, donde ingresó como cadete en el Regimiento de Murcia. Participó en la guerra de Portugal y contra napoleón. Se distinguió en las batallas de Arjonilla y Andújar, Bailen y Albuera, siendo ascendido a teniente coronel y condecorado con medalla de honor.

Viajó a Londres, donde ingresó a la Gran Reunión Americana, fundada por el venezolano Francisco de Miranda. En 1812 se embarcó a Buenos Aires, junto a Carlos de Alvear y otros, donde se le dio la misión de formar el Regimiento de Granaderos a Caballo. Su primera intervención fue exigir la formación del Segundo Triunvirato.

En octubre de ese año fueron cañoneados y asaltados los pueblos de San Nicolás y San Pedro por los marinos españoles de Montevideo, sobre la margen occidental del Paraná. En enero del año siguiente llegaron las noticias a Buenos Aires, donde se ordenó al coronel San Martín que, con una parte del Regimiento de Granaderos a Caballos, protegiese las costas del Paraná desde Zarate hasta Santa Fe.

La expedición naval montevideana llegó a las bocas del Guazú con 11 embarcaciones, saliendo San Martín a su encuentro con 150 granaderos. Realizó una marcha con sus tropas ocultas de la vista de los españoles, los cuales pasaron el 23 de enero de 1813 por San Nicolás, subiendo el 30 al Paraná, para amanecer frente a la localidad de San Lorenzo. El 3 de febrero de 1813 rechazó el desembarco de tropas realistas en dicha ciudad.

Luego fue nombrado en 1814, con el grado de general, al frente del Ejército del Norte. Posteriormente pasó a Mendoza al ser designado gobernador de Cuyo, donde organizó con emigrados chilenos el Ejército de los Andes para liberar Chile del poder realista. Tras su victoria inicial en Chacabuco del 12 de febrero de 1817, ingresó a Santiago como Libertador junto a Bernardo de O’ Higgins, futuro Director Supremo de Chile. Al tiempo sufrió un serio revés en Cancha Rayada el 18 de marzo de 1818, reponiéndose en Maipú el 5 de abril del mismo año.

Volvió a Buenos Aires a buscar fondos para continuar su campaña al Perú, pero le fueron negados, al tiempo que se le pidió intervenir en la represión a los caudillos federales, lo cual fue rechazado de plano por el Libertador.

San Martín, ante tal situación, elevó su renuncia ante sus subordinados, alegando que el Director Supremo fue depuesto, y era el deber de los oficiales elegir a su nuevo jefe. Ellos ratificaron su mando unánimemente, en un documento que se conoció como Acta de Rancagua.

Organizó una flota que obtuvo importantes victorias que le permitieron asegurar su desembarco en las costas peruanas. Tras rechazar su pedido de paz entró victorioso en Lima en julio de 1821. En Cabildo Abierto enarboló el nuevo escudo de Perú y fue nombrado Protector. Al tiempo las tropas españolas se rindieron el 16 de septiembre en Callao.

San Martín le escribió a O´Higgins: “…con paciencia y movimientos, hemos reducido a los enemigos a que abandonen la capital de los Pizarros: - al fin nuestros desvelos han sido recompensados con los santos fines de ver asegurada la independencia de la América del Sud. - El Perú es libre. - En conclusión, ya yo preveo el término de mi vida pública, y voy a tratar de entregar esta pesada carga a manos seguras, y retirarme á un rincón á vivir como hombre.”

Desavenencias políticas y falta de recursos condicionaron la gestión de San Martín, lo que motivó, en su reunión con Simón Bolívar en Guayaquil, el 26 de julio de 1822, que él declinara en su posición y entrega el mando de los ejércitos revolucionarios a Bolívar.

Renunció a ser Protector del Perú, volviendo a Chile y luego a Buenos Aires, donde su esposa Remedios de Escalada murió al tiempo. Se exilió en Europa con su hija Mercedes, donde le legó su Máximas, y desarrolló una activa tarea en defensa de los ideales americanistas.

En 1829 retornó a Buenos Aires, pero el clima hostil y los enfrentamientos lo persuaden de retornar. Ya en Montevideo, cuando se dirigía de nuevo a Francia rechazó el pedido de Juan Lavalle para que se hiciera cargo del gobierno bonaerense, luego del asesinato a Dorrego, dirigiéndole un pedido de reestablecer la concordia.

Siguió atentamente los sucesos en la Confederación Argentina y apoyó la gestión de Juan Manuel de Rosas, legándole su espada, a la vez que, ante el bloqueo francés de 1838 y posteriormente la guerra del Paraná de 1848 – 1849 contra Francia e Inglaterra, se ofrece para combatir.


Falleció en el exilio a los 72 años, y recién sus restos son trasladados a Buenos Ares en 1880, y descansan en la Catedral Metropolitana.



Bibliografía:

- Colimodio, Roberto y Romay, Julio (2012): Soldados de San Martín en San Lorenzo: Hechos y aspectos inéditos. 1ª edición, Bs. As, Alfar

- Chumbita,Hugo (2004): Hijos del país. San Martín, Yrigoyen y Perón. 1ª edición, Bs. As, Emecé

- O' Donnell, Pacho (1998): El grito sagrado. La historia argentina que no nos contaron. 9ª edición, Bs. As. Sudamericana.

- Perez Amuchástegui, A. J.(1966): Ideología y acción de San Martín. 1ª edición, Bs. As. Eudeba.

- Pigna, Felipe (2010): José de San Martín. Escritos humanísticos y estratégicos. 1ª edición, Bs. As. Emecé.



* Politólogo; Docente de la UCES; Miembro de Número de los Institutos Nacionales Eva Perón, Rosas y Manuel Dorrego

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