LA FELICIDAD DEL PUEBLO Y LA GRANDEZA DE LA PATRIA: NUESTRO PRINCIPIO RECTOR

*Por Gabriel Erviti

Nuestro principio rector es la búsqueda de la felicidad del pueblo y la grandeza de la patria. Y como humanistas, ponemos al hombre, al ser humano, en el centro de la escena. El hombre como motor, la felicidad del pueblo y la grandeza de la patria como combustible, para poner en marcha esta maquinaria que tiene como objetivo la concreción de la justicia social, la independencia económica y la soberanía política en nuestra patria.Cada uno de nosotros cree, que la única verdad es la realidad, y que la realidad es la realidad del pueblo. Es por eso que no podemos quedarnos de brazos cruzados en actitud de dueños de la verdad y de la solución, a espera de que el pueblo se acerque a nosotros. No, vamos en búsqueda de nuestro pueblo, a hacernos carne y nutrirnos de la esencia misma de nuestra nacionalidad, a enriquecernos con el saber del pueblo, sabiduría sedimentada de la experiencia.La verdad, es siempre colectiva. Es por eso que éste proyecto se construye con las realidades de cada uno de los barrios de la ciudad, y como la única verdad es la realidad, y la realidad es la realidad del pueblo, los que conocen profundamente la realidad, son los vecinos de cada uno de los barrios, los que la viven, y muchas veces, la padecen. Pero además, no solo es en el barrio donde encontramos el diagnóstico más profundo, sino también, el camino de la solución, porque aquellos que han sufrido en carne propia la injusticia, son los que mejor conocen el remedio.Es por eso que construimos éste proyecto junto al barrio. En cada barrio hay un compañero, y en cada compañero está el barrio.Brindamos a nuestro pueblo la herramienta fundamental para poder transformar nuestra realidad social y cultural como ciudad, en la búsqueda de la igualdad de oportunidades para todos. Esa herramienta es la política, la herramienta más fuerte para dar vuelta la situación de injusticia a la que intentan hundir a nuestro pueblo.Pero la política es eso, ni más ni menos que eso. Una herramienta. Pero es el pueblo, el que como fuerza organizada debe empuñar esa herramienta, para fortalecernos como pueblo, fortalecernos como comunidad, y llevarla como bandera a la victoria, en el camino de la construcción de una patria justa, libre y soberana.

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