*Por Mar Abad
Dicen que la primera protesta global se produjo en mayo del
68. Pero Ignacio Ramonet no está de acuerdo. El periodista cree que “no había
conexión entre las protestas que se produjeron en distintos lugares”.
Dicen que la primera protesta global se produjo en mayo del
68. Pero Ignacio Ramonet no está de acuerdo. El periodista cree que “no había
conexión entre las protestas que se produjeron en distintos lugares”. “La
globalización”, asegura, “es la consecuencia de la aplicación del
neoliberalismo” y por neoliberalismo entiende la “lucha del mercado contra el
estado”, la intención del mercado de “expulsar al estado de cualquier tipo de
actividad en la que está como protector y organizador de la sociedad”.
La “victoria intelectual de las tesis de Milton Friedman”
marcó el comienzo del cambio de muchas sociedades. “Dejan de ser más humanas y
acaban con la idea de la justicia social y el estado de bienestar”. Entonces sí
se produce “la primera protesta global”: el movimiento zapatista en el estado
mexicano de Chiapas.
El ex director de Le Monde Diplomatique dijo en el Foro
Social de Rototom que el 1 de enero de 1994, el día en el que entró en vigor el
Tratado de Libre Comercio de América del Norte y que el subcomandante Marcos
hizo su primera aparición pública, nació “el primer insurgente en internet”.
Era el subcomandante.
La Red era aún algo poco conocido. “Inventaron internet en
1989 y en 1994 estaba aún poco extendido. El subcomandante Marcos lo usó con la
idea de crear una comunidad mucho más extendida contra la invasión de EEUU”,
relató el cofundador delObservatorio internacional de los medios de
comunicación.
“Es el primero que organiza los encuentros intergalácticos
en la zona de Chiapas”, continuó. “Convocaban a intelectuales que participaban
en el debate sobre qué es la globalización. Personas como Naomi Klein”.
El experto en geopolítica recordó entonces el nacimiento de
ATTAC. La Asociación por la Tasación de las Transacciones Financieras y por la
Ayuda a los Ciudadanos nació en 1997 después de un editorial que escribió el
propio Ramonet. Querían promover el control democrático de los mercados
financieros y las instituciones encargadas de su control, y limitar la
especulación en las bolsas.
“Lo que más se vende y se compra en el mundo es el dinero”,
enfatizó el doctor Honoris Causa de la Universidad de Santiago de Compostela.
“Podemos frenarlo creando una tasa sobre la especulación. Es una forma concreta
de protesta”.
Ramonet advirtió del peligro de que los ciudadanos se
aparten de los asuntos económicos. “El poder quiere transmitir la idea de que
la economía es difícil de entender. Nosotros decimos lo contrario. Es fácil”. Y
advirtió también contra “la trampa de la antipolítica”.
En 2001 el concepto de protesta global fue más allá. Nació
el Foro Social Mundial, con Ramonet de nuevo como figura clave y con la
intención de construir una globalización diferente. “En 1999 se había producido
en Seattle una protesta global contra la cumbre de la Organización Mundial del
Comercio (OMC). Casi nadie conocía la organización en aquel momento. Era una
organización tecnocrática medio secreta. Se creó para garantizar el libre
mercado, una de las bases de la globalización”.
“Los poderosos de la Tierra se reúnen en el Foro Económico
Mundial de Davos. Allí van los principales financieros y empresarios, y ahí se
determinan las políticas que han de seguir los mercados. Ellos convocan a los
políticos para que digan qué concesiones van a hacer a las empresas a cambio de
que inviertan en sus países”, explicó el gallego. “Davos es la representación
de la cesión de la política ante los mercados”.
Ramonet contó que esa constatación les llevó a crear el Foro
Social Mundial. “Dijimos que, frente a Davos, teníamos que crear un foro
paralelo en el sur y, en vez de convocar a banqueros, llamaríamos a ciudadanos,
intelectuales y movimientos sociales. La idea, cogida de Marx, era tratar de
entender e interpretar el mundo y cambiarlo después”.
El experto en geopolítica internacional considera que el
momento ha llegado. “Hoy entendemos cómo funciona la globalización. Ahora hay
que pasar a la transformación”. Pero ¿cómo?
Hace años Ignacio Ramonet pasó un tiempo con el
subcomandante Marcos y aprovechó su discurso en aquella carpa del Rototom donde
colgaban dos letreros que decían Peace (Paz) y Love (Amor) para hablar de una
de las ideas del zapatista. El también llamado Delegado Zero decía que no
quería conquistar el poder porque “el poder está vacío”.
Por encima del poder está el verdadero poder: los mercados y
las entidades financieras. “Un presidente del gobierno está maniatado. El que
gana las elecciones tiene que hacer lo que le ordena la Unión Europea y los
mercados”, apuntó.
La receta de Ramonet consiste en “cambiar cada pieza de la
sociedad”. “Si cada uno de nosotros nos vamos transformando ética, política,
socialmente… el país cambiará. Esa tesis la vemos en muchos de los movimientos
de protesta actuales. La conquista del poder conduce a la impureza”.
El profesor de la Sorbona sacó otra “tesis”. Movió su
argumentación a América Latina. En esa zona “cuando cayeron las dictaduras, se
sustituyeron por democracias neoliberales. Privatizaron todo. La sanidad, la
educación, las jubilaciones y todo lo que el estado poseía estratégicamente,
como el subsuelo o las aerolíneas. La consecuencia fue el despojo de los
derechos sociales. Ahora estamos viviendo el mismo proceso en Europa con el
pretexto de la crisis”.
Pero en Latinoamérica “surgieron nuevas opciones políticas”.
Ramonet indicó que “muchos dirigentes actuales como Rafael Correa, Evo Morales
o Hugo Chávez fueron al Foro Social Mundial y sacaron una conclusión: “A partir
de la potencia de la protesta social en Latinoamérica, los movimientos sociales
pueden ser una respuesta al agotamiento de la política”.
“Constituyamos nuevas organizaciones sociales. Así surgieron
nuevos regímenes en América Latina. Sin partidos políticos. Su idea no fue solo
cambiar la sociedad cambiando a cada individuo. Fue cambiar las leyes y así
surgió, por ejemplo, una nueva república en Venezuela. Desde la base se puede
cambiar la sociedad”, comentó.
Ramonet dijo que “hoy es muy interesante mirar a América
Latina para ver que la propia política puede transformarse para transformar la
realidad”. Pero sabe que su visión es muy distinta a la del discurso mediático
dominante. “Los medios hablan muy mal de estos países porque tienen miedo de
que estos cambios se produzcan en Europa”.
El escritor desconfía de la imparcialidad de los medios.
“Desde hace tiempo, en Europa, todos están criticando a los políticos, a la
corrupción… ¿Desde cuándo los medios son tan éticos? ¿Desde cuándo son tan
hostiles cuando antes estaban de rodillas ante los poderes políticos?”, se preguntó.
“Los medios dicen que los políticos no valen desde que los políticos no tienen
poder. Ahora no critican a los bancos porque son el verdadero poder”.
Pero Ramonet no se mostró derrotista. Al contrario. “Nuestro
objetivo”, dijo, “es conseguir el poder en las urnas. ¿Se puede ir contra los
mercados? Sí. Lo han hecho en Bolivia. Nosotros también podemos hacerlo con la
ayuda de Portugal, Grecia e Italia. Lo más noble que hay es hacer política con
ética”.
Publicado en
yorokobu.es
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Fuente: Kaos en la Red
Gentileza de: Utophia
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