12 DE AGOSTO DE 2011: MUERE A LOS 83 AÑOS EL DIBUJANTE, HISTORIETISTA, FRANCISCO SOLANO LÓPEZ

*Por Prof. Daniel Chiarenza

Una de las últimas fotos del dibujante Francisco Solano López. Ahora, padre e hijo (El Eternauta), unidos en la eternidad.
Francisco Solano López, entre muchos otros personajes, es el dibujante de El Eternauta, junto al guionista Héctor Germán Oesterheld, desaparecido por la última dictadura cívico-militar. Solano falleció a las 4:15 hs del viernes 12 de agosto, tras luchar contra las secuelas de un ACV. Es el arquetipo de la época “dorada” de la historieta en la Argentina.

De la época dorada de la historieta argentina: Hora Cero. Editorial Frontera, de su compañero guionista de tantas historietas con contenido ético: Germán Oesterheld. 
Él dibujaba sus personajes tratando de darles vida real a través de un simple dibujo, aunque nunca desprovisto de una fuerte penetración psicológica en la construcción.
El periodista, guionista de historietas y escritor Juan Sasturain fue uno de los que más lo sintió al “Viejo”. Es que con él se terminó una etapa -diciéndolo con la esperanza que sea mentira- aunque se percibe una consciente revalorización por las nuevas generaciones de El Eternauta –Juan Salvo–, Bull Rocket, Ernie Pike, Helena, Martita, Rolo el marciano adoptivo, Slot Barr, Evaristo (con Carlos Sampayo), Ministerio, Joe Zonda, Calle Corrientes, Ana o La guerra del Paraguay.

Uno de los proyectos más queridos del maestro Solano. Por ser descendiente del mariscal, porque su hijo -Gabriel Solano López- le elaboró los textos y se lo prologó ¡Norberto Galasso!!!. 

Este último era uno de sus proyectos más queridos, ya que además de llamarse igual que el titán guaraní, era descendiente directo de éste, al que las tropas mitristas, brasileñas y uruguayas derrocaron con la venia británica.
Hacía tiempo había ensayado su “ciencia ficción costumbrista”: colectivos, clubes de barrio y marcianos. Y profundiza en las emociones, en los sentimientos de los protagonistas.
Una tendencia actual nos mostraba que nuestro sueño setentista parecía hacerse cada vez más real, por su obra de graficación de ideas de justicia, de política bien entendida, de preocupación social y de desarrollo cultural. En los ambientes del cómic su obra era largamente reconocida. Sin embargo, actualmente, era el representante de un medio que hoy no es en volumen, estructura, tema ni estilo como era entonces, pero que se reconoce como de alguien indispensable en la evolución del género. Sus dibujos de una Buenos Aires cubierta de copos mortales son emblemáticos y se recuerdan siempre que raramente precipita nieve sobre el área metropolitana, como ocurrió en 2007. Sus trazos permanecen en la memoria colectiva a 55 años de la edición de los originales.

El Eternauta y los copos de nieve letales que caen sobre Buenos Aires.  
Trabajó junto a excepcionales guionistas argentinos, como Guillermo Saccomanno, Ricardo Barreiro y Carlos Sampayo, y también autores extranjeros. El Eternauta fue su obra cumbre y recientemente había vuelto a ser profundamente apreciada –asociada, por algunos de nosotros que creemos que estamos soñando despiertos, al Néstornauta- desde lo social por los valores que encarnaba, a la vez que una resurgente alza de la historieta honraba su grandeza.

El Néstornauta y Cristina en evocación del "viejo Solano", como lo llamábamos los que lo queríamos.

Era dueño de un estilo de dibujo realista sin importar qué técnica ni materiales empleara. Un dibujante de la vieja escuela, de cuando las revistas serializadas de aventuras marcaban el ritmo de la producción. Tenía un dominio excepcional de la figura humana y era un gran dibujante de rostros. Él contaba que eso se debía a que había estudiado a los pintores impresionistas ingleses, quienes lo habían conmovido profundamente, y cuyo talento trataba “de emular humildemente”.

Autor del pintor impresionista inglés Steer, cuya técnica quería emular Solano, a lo mejor lograda con más éxito.

Murió a los 83 años y aún trabajaba. Hasta antes del ACV se lo encontraba en el departamento de la calle Sánchez de Bustamante. Solano López había nacido en 1928 en la calle Córdoba de la Capital Federal y comenzó su carrera como dibujante de historietas en 1953, junto al guionista Roger Plá en la serie Perico y Guillermina en la editorial Columba. Tenía 25 años y, poco después, empezaría a ilustrar los guiones de Oesterheld en Ariel. En 1957 Oesterheld fundaría la editorial Frontera y junto al dibujante cambiarían la historieta argentina con El Eternauta. Se publicaba como serie y su primera entrega fue publicada el 4 de septiembre, fecha por la que hoy se celebra por fuerza el “Día de la Historieta Nacional”.

En homenaje a la aparición de El Eternauta (Oesterheld - Solano López) el 4 de septiembre de 1957, a ese día se lo conmemora como el "Día de la Historieta Nacional".

Cuando el proyecto de editorial Frontera cayó, Solano se radicó en Europa y trabajó para la editorial inglesa Fleetway hasta mediados de los ‘70, cuando volvió al país. En 1976 la editorial Record lo convenció de continuar El Eternauta junto a Oesterheld. Fue una saga todavía más jugada políticamente, con Oesterheld ya integrando Montoneros, y Gabriel, hijo del dibujante, siguiendo un camino similar. Fue el propio Gabriel quien marcó los siguientes pasos del dibujante, cuando lo secuestró un grupo de tareas de la dictadura. Entonces Solano López recurrió a viejos conocidos de estudios en el Liceo Militar y consiguió liberarlo, a cambio del exilio en España. Allí creó Ana e Historias Tristes, sobre cuentos de su hijo, en lo que son varios de sus relatos más potentes y desgarradores. Últimamente, en Télam ilustraba la “sitcom” Sección imposible, con el guionista Teodoro Boot.

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