*Por Jorge Rachid
La construcción de un relato tiene límites,
en especial en la descripción de situaciones tangibles, cotidianas y
verificables. Sin embargo, una ola de comunicadores, opinólogos y sociólogos,
opositores llamados a si mismos independientes, adjudican al relato oficial la
construcción virtual de un mundo paradisíaco, sólo parangonable al diario de
Yrigoyen, es decir encapsulado y supuestamente ajeno a la realidad.
Si esto fuese cierto, el pueblo argentino
encandilado por los cantos de sirenas y proclamados por los arlequines del
poder, enceguecido por las luminarias y maquinaciones diseñadas y emanadas de
ocultas reparticiones, destinadas a manipular la voluntad popular, siempre
caracterizada de estúpida e ignorante por esos académicos y propia de un pueblo
supuestamente envilecido y castigado por una situación descripta por ellos como
terminal, fue a expresar, narcotizado, su decisión soberana del hecho de elegir
a través del voto.
Para los comunicadores, verdaderas
herramientas del poder opositor, que sin profundizar el análisis objetivo del
mapa electoral que les hubiese permitido auscultar la expresión madura del
pueblo y que ni siquiera se han tomado el trabajo de estudiarla, observarían
que ese pueblo varió sus preferencias entre las PASO y la elección
presidencial. Nuestros compatriotas, oficialistas o no, buscaron y apuntalaron
opciones, incluso para ser opositores desde diferentes lugares, con miradas
ideológicas con tendencias hacia políticas sociales diferentes a las actuales
en algunos casos o planteos económicos ortodoxos neoliberales en otros.
Para “los comunicadores” los opositores son
los votos “serios”, no así los que votamos al oficialismo, quienes en la
mayoría de los casos por el sólo hecho de ser peronistas, no merecemos ni la
consideración de que a veces somos capaces de
pensar. Esa discriminación apriorística, racista y discriminatoria se
expresa incluso en el desfile incensante de gurúes apocalípticos, elegidos
representantes, por minorías en algunos casos familiares, que se atreven a
amenazar conflictos , si no se realizan las correcciones que pronostican frente
a supuestos abismos a los que nos asomamos los argentinos.
Nada mejor que mirar el mundo, en su derrumbe
neoliberal ante el fracaso económico financiero de políticas deshumanizadas,
para observar nuestra realidad cotidiana como argentinos y el marco
latinoamericano, juntando esfuerzos de los pueblos para afrontar los próximos
tiempos desde el UNASUR. Sin embargo en un escenario que recibirá seguramente
coletazos de esta situación internacional, parece impensable que argentinos
bien nacidos, especulen y apuesten al fracaso y a la interrupción de un proceso
político no sólo reafirmado en las urnas, sino consolidado en la aparición
enérgica del Estado como garante social del equilibrio de intereses
contrapuestos, pero que siempre aún en la equivocación estuvo del lado de los
trabajadores y los sectores desprotegidos de la sociedad.
Será que el relato de ellos choca de frente
contra una realidad, protagonizada por jóvenes generaciones que a través de la
política han recuperado sus esperanzas y utopías de la mano del peronismo,
soñando con un movimiento nacional que arremeta sobre las demandas pendientes,
de la mano de una mayoría que quiere ser ignorada por los dueños del poder? O
quizás la recuperación de la
Plaza con alegría es la expresión auténtica, no tolerada del
pueblo que vuelve a valorizar la política como herramienta de construcción
única de un nuevo modelo social y productivo en el país? Les preocupa la
política por que desde ahí se desalojan las operaciones mediáticas, se pone en
blanco sobre negro los intereses; es la foto del poder que siempre se oculta y
desde ese anonimato, lanza sus operaciones de prensa “independientes”, que
pretenden y en algunos casos generan, agendas diarias, en un relato que fue
sepultado por la realidad de un pueblo que ha recuperado pensamiento crítico.
El peronismo a través del kirchnerismo ha
recuperado sus mejores principios doctrinarios, asentados desde una visión del
mundo hasta un compromiso profundo con los humildes y trabajadores de nuestra
Patria. Es la razón de la vigencia del peronismo después de casi 68 años que
sólo se pueden explicar desde reflexiones mas profundas, mucho mas contundentes
en la historia que las proclamadas “vientos de cola”, “condiciones
internacionales”, “precios de los comodities” y otras excusas enarboladas para
evitar acompañar un proceso que conduce un cuadro político de estatura como la Presidenta de la Nación.
No es sólo la Presidenta , es la
compañera peronista con la mas alta responsabilidad del Estado, avalada por el
pueblo argentino, legitimada en su accionar, con fortalezas y debilidades, con
aciertos y errores, pero es nuestra compañera a la que hay que apuntalar,
porque desde el peronismo y el movimiento nacional se apuntala la Patria , como lo demostró la
alegría del pueblo pese a las campañas denigratorias cotidianas de los medios
de comunicación llamados “independientes” que se niegan a acatar las leyes
dictadas por el Parlamento y sin embargo claman por mas institucionalidad. Una verdadera
hipocresía.
La falta de valoración del pensamiento del
“otro” por parte de los sectores desplazados del poder, lleva a
categorizaciones que por planteos de máxima o desde ortodoxias económicas
pretenden deteriorar el derrotero de una construcción todavía incipiente, como
los nuevos noviazgos, que deben construirse de a poco, como debe reconstruirse
el país después de décadas de sometimiento neoliberal, de arrasamientos de
leyes laborales, exclusiones sociales que fueron verdaderas ingenierías
socialmente genocidas, de cultura del pensamiento único, todo ello en el marco
de una fiesta ficticia, de unos pocos, mientras el desplazamiento de masas de
argentinos a las periferias mismas de la historia se producía en forma
cotidiana, destruyendo proyectos de vida, esperanzas familiares e ilusiones con
los hijos.
Las hipotecas pendientes deberán saldarse en
la lógica de la política, en el manejo del estado, en los tiempos apropiados,
para no dar batallas sin la masa crítica necesaria para lograr las victorias
suficientes para terminar de desmontar el esquema estructural del
neoliberalismo. Asi se hizo con la ley 24.241 de AFJP, verdadero saqueo
institucional de la mano de la codicia del sector financiero; se avanzó sobre
la monopolización de los medios de comunicación audiovisuales; se restituyeron
las leyes laborales y las paritarias; se ampliaron los derechos sociales como
siempre, desde su historia hizo el peronismo: romper fronteras intangibles
aparentemente de las cuales no se podía avanzar y podríamos seguir con el
listado como el Banco Central y el ANSES.
El neoliberalismo sigue vigente en sectores
como la salud, las entidades financieras, las políticas tributarias, los
monopolios exportadores y otros sectores en los cuales hemos avanzado por
senderos internos de cada uno de ellos, pero a los cuales debemos abocarnos a
la planificación estratégica al largo plazo, como con la industria o el sector
agropecuario, y donde en cada uno de ellos se encontrarán intereses tanto o mas
poderosos que los que se enfrentaron desde el 2003 en adelante.
Para cambiar la realidad, hace falta el
conflicto, el planteo claro del objetivo, que no es un relato, es una
descripción de la realidad, no es una construcción abstracta y virtual, es un
camino de lucha y compromiso, que los peronistas deseamos se haga en paz y
democracia, sin falsos consensos que esconden la defensa de intereses
concentrados. A la luz del día; definiendo el camino a quienes se oponen; dando
el debate; describiendo el escenario y los intereses en juego, los de la Patria y los privados;
apuntalando la participación activa del pueblo en cada comunidad; promoviendo
organización comunitaria; predicando y persuadiendo; ignorando los ataques pero
afianzando las respuestas políticas y corriendo los márgenes de la resignación
cada día.
Las discusiones de los grandes ejes políticos
estratégicos nacionales e internacionales, se darán en el seno del movimiento
nacional. No debemos temerle a visiones diferentes y planteos cruzados, ya que
el movimiento nacional funda su riqueza intelectual y política desde la ampliación
de la mirada, de la contención cada día de nuevos sectores, con diferentes
historias pero con una sola consigna: “la historia y los nuevos paradigmas los
escribe el pueblo”. Ese tiempo lo estamos transitando y el pueblo lo ha
avalado, por lo cual el compromiso militante del peronismo debe ser cada día
mas profundo, apuntalando el gobierno de nuestra compañera Cristina.
*CABA,
26/10/11
jorgerachid2003@yahoo.com.ar
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