*Por Demian Konfino
A 2 semanas de la elección presidencial, actualizamos algunos párrafos que escribiéramos -oportunamente- a propósito de las reales acciones, en favor del horizonte Igualdad, tomadas por el Gobierno de Cristina.
“Decisiones trascendentes. Decididamente escurridas por izquierda del pragmatismo. Duros golpes al corazón de un neoliberalismo que se niega a abandonarnos, aunque cada vez afloran más esperanzas en el barro que aguarda su deceso.
Reconocer que uno de los rasgos distintivos de la cultura neoliberal es el ascenso del valor del derecho de propiedad hasta límites insospechados, guardaría las formas de la sensatez a los agoreros del egoísmo.
Es que el esfuerzo mediático de tres décadas de machaque galardonaron al individualismo como Rey cultural. De puro sentido común era pensar en uno y en su familia, y en nadie más.
No podemos dejar de rememorar que el mercado impuso como Verdad, y mayoritariamente fue introyectado, que los viejos eran materia descartable, puesto que ya no servían para producir mercancías con la velocidad que la aldea global señalaba. A nadie le importó sus sentimientos. Menos, sus opiniones.
La audaz decisión de estatizar las AFJP ha sometido a los amigos de la desunión. El egoísmo perdió uno de sus aliados más sensibles. Se trata de un jubiloso quiebre a un pilar cultural. Se pondera el sostén social a uno de los grupos más vulnerables de Nuestra sociedad, paradójicamente los más Sabios.
Fue saludable, auspicioso. Se trató de una medida en el sendero hacia la Justicia Social, camino difícil de andar –tras aquella amarga grieta del julio cobista- en busca de ese digno horizonte. Satisface que en la bifurcación obligada por el escollo, la salida haya sido a mano izquierda.
Falta para el alba. El crepúsculo ha oscurecido las últimas estelas. El amanecer está ahí nomás. Será la diferencia de paralelo. En otras partes de América Latina ese momento de la jornada comienza a alumbrar sus primeros rayos.
En casa, por lo pronto, ya no habrá viejos de mierda. Ahora son Nuestros jubilados. Es mucho.
Nuestra presidenta juega para el equipo dela Vida. Se nota.
La querida Hebe de Bonafini definió al gobierno como casi socialista, en la emotiva conmemoración del 34° golpe, luego de escuchar himnos de León en la ex ESMA, ahora recuperada para el pueblo y su memoria.
Modestamente, estimo que exageró un poco. Ocurre que desde una Asociación que se reivindica ideológicamente como tal, y que cada jueves en la plaza portan una azul bandera que afirma Trabajemos por la reforma agraria, alguna vez levantaron un trapo que decía Por la redistribución de la riqueza. Y la presidenta las escuchó y empezó a repetir la consigna en cuanta tribuna la escucharan; y luego, portaron una bandera que luchaba Por una nueva ley de radiodifusión. Corajudos, la presidenta y Néstor encararon esa pelea.
La ley de servicios de comunicación audiovisual destacó una valentía sin parangón. En las barbas de una elección crucial para el proyecto, Cristina presentó el antreproyecto, convertido en ley tras la derrota. Bravura de escoger entre los enemigos a los formadores de opinión, alineados en monopolio. Temeridad de no amilanar convicciones so pretexto de momentos oportunos. Arrojo de batallar por la libertad de expresión en serio.
La coyuntura debería titular la buena noticia de tener una líder -probablemente por 4 años más- que tiene agallas para enfrentarse a adversarios de poder real. Que tiene un liderazgo sensitivo; un carisma emotivo que toca fibras muy íntimas.
Del igual modo el pueblo reconoce las encomiables gestiones públicas en los servicios nacionalizados como el correo, el agua, aerolíneas; o la ampliación de ciudadanía a través de la Asignación Universal por Hijo o la ley de matrimonio igualitario.
No da lo mismo seguir las órdenes del FMI a tener políticas económicas que se deciden en Casa Rosada. No es igual las relaciones carnales a haber visitado Cuba y entrevistarse con el compañero Fidel.
Que la plata de nuestros viejos sea invertida para sostener la escolaridad y la salud de los pibes hasta los 18 años; para desarrollar el mayor plan de obra pública que haya transformado estas tierras; para caminos, viviendas, escuelas, hospitales, cloacas; para incrementar el empleo en blanco; para computadoras a todos los adolescentes de la patria; debería llenar de orgullo las letras matutinas o los ánimos de los presentadores de turno.
Tomar partido cuando la Historia mueve los hilos es ideología. Ponderar más las virtudes o los errores también. Bueno es saberlo para que no nos tomen distraídos. Bueno es sopesarlo a la hora de elegir. En Argentina del 2011, yo elijo a Cristina.”
*Autor de Tupacamaria
Comentarios