¡ AY CLARÍN ! SOS UN CASO PERDIDO


encuesta
(*)Víctor Ego Ducrot*
Un análisis de la cobertura online del monopolio sobre el discurso de Cristina en la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso de la Nación.
No hay caso, la banda de sicarios de la palabra al servicio de don Magnetto no pierden oportunidad de mostrarse como son, unos obcecados ejecutores de las políticas editoriales del Grupo; y como decimos siempre desde la teoría aplicada a las prácticas profesionales, no está mal que un medio lea la realidad desde su posicionamiento ideológico, político o incluso desde sus propios intereses: lo que sí es violatorio de las mejores prácticas –las mismas que el propio manual de estilo del diario en cuestión cacarea en forma hipócrita– es ocultar ese posicionamiento tras los velos de un supuesto principio de verdad, maniobra para la cual Clarín cuenta con expertos.
A las 18 horas del martes, es decir bastante tiempo después de finalizado el discursos de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en el Congreso Nacional, para el home del sitio digital de la viuda de Noble, lo más importante de la extensa intervención de la jefa de Estado, quien recorrió la agenda pública con impecable retórica y mejor fundamentación –y para concluir en ese sentido no se trata de estar a favor o en contra del gobierno-, lo más relevante fueron sus afirmaciones sobre seguridad; las que dicho sea de paso se apoyan en estadísticas locales e internacionales que ni los más afiebrados detractores de las cifras oficiales se atrevieron a desmentir, incluso porque es muy probable que ni siquiera las conozcan, pues parecería que ni se han tomado el trabajo de oír o leer las varias intervenciones al respecto, y formuladas en diversas ocasiones, por el ministro de la Corte Eugenio Zaffaroni, uno de los penalistas de mayor trayectoria mundial.
Lo que sucede es muy simple. El tópico seguridad es uno de los preferidos por la oposición corporativa y quizá el más trabajado por los medios hegemónicos, mediante una batería de instrumentos periodísticos tan inapropiados como venales: coberturas sin contextos, basadas en el espontaneidad de fuentes sorprendidas por el dolor que provoca un hecho trágico, y sobre todo con el machaque constante sobre pantallas de TV, portales y periódicos impresos, apelando a una metodología que Henry Kissinger rebautizo como “fusiles de palabras a repetición”, pero que en realidad fue inventada por un tal señor Goebbels, en su trágicos “principios de propaganda”.
En ese mismo home, Clarín abrió una encuesta para que sus lectores opinen si están de acuerdo o no con los dichos de la presidenta –sí acertaron, a las seis de la tarde iba ganando el no, como no podía ser de otra forma–, y un poco más allá, la infaltable firma de Eduardo Van der Kooy brillaba orgullosa, para especular sobre las palabras de la jefa de Estado acerca de la agenda electoral y sobre el tema preferido de los desesperados de siempre: meter bronca con el gobernador Daniel Scioli.
Por supuesto que esforzado escudero de los sospechados de un crimen aberrante, como lo es el de la apropiación de niños, no formuló ni una cita textual, a la vez que se atrevió a introducirse en los vericuetos más íntimos de la psiquis presidencial, como cuando escribe frases como “Si Cristina, con seriedad, estuviera pensando…”, luego de atribuirle a la propia presidenta la capacidad de provocar “espejismos” en la comprensión del gobernador de Buenos Aires. Clarín, sos un caso perdido.
*Periodista, escritor y profesor universitario.

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