AVES DE RAPIÑA

(*)Por Eliana Valci


Se encuentran al acecho de que algún perejil les lleve algún negocete, sentados en sus  sillones, con chapa de corso, para llevar a cabo tal actividad.

Pero no es sólo de extrañar la actitud de éstos, sino de la de  quienes los llevan a esas posiciones, quienes les permiten su accionar.

Por lo tanto, el militante que la pelea desde abajo, con sus piecitos embarrados, el de hacha y tiza, jamás llega, porque los tiburones blancos no se lo permiten, ya que han olvidado sus orígenes.

¿Todos quieren llegar a  la cima, pero son capaces de mantener los mismos principios que cuando estaban abajo?...

El poder prostituye y hace que el más sencillo de los militantes se transforme en la más cruenta de las aves de rapiña, salvo que tenga muy claro, quién es, qué quiere y a dónde va.

De estos últimos hay muchos, a esos hay que ir a buscar, pero no comprando sus voluntades, sino extendiendo la mano del compañero, para trabajar en comunión, que es ahí donde se produce la mística militante, para agarrar el bastón de mariscal que cada uno se os ha otorgado y seguir la guía de nuestras 3 banderas, y no la de los ceros que puedan aparecer en un cheque o en una cuenta bancaria.

(*) Directora Revista Ida & Vuelta 

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