EL ABOGADO DEL DIABLO



*Por Eliana Valci

La semana pasada, nos encontrábamos algunos de los estudiantes de abogacía de la de la Universidad Nacional de Mar del Plata, en un aula de la Facultad de Derecho, pintada con sugerentes colores rojo y blanco, aguardando al profesor adjunto que dicta las clases de Derecho Procesal Civil y Comercial, quien en la clase anterior nos había pedido que leyéramos la entrevista que Laura Zommer le había realizado a Ricardo Recondo, presidente de la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional, para el diario La Nación, titulada: “Se silencia a la prensa y después se aniquila al Poder Judicial”.

Desde mi banco me limite a ser una oyente y observadora, cual si estuviese de safari en una jungla, expectante, aunque no deslumbrada porque sabía con lo que me iba a topar.

El profesor comienza la clase, diciendo con sorna: “dejando de lado, la disputa contra el gobierno…qué es lo que dice Recondo?...como loros parlanchines todos recitaron al pie de la letra, lo trascripto en la entrevista. Muy bien!, dijo el profesor, esto es para que vean como funciona la acción procesal y el derecho a la jurisdicción.

Con este criterio es con el que se des-forma a los/as futuros/as abogados/as de la Nación, insertando una única idea en sus mentes: cobrar honorarios a costa de lo que sea y de quien sea, en nombre de la independencia del poder judicial, salvando su buen nombre y honor, echando su propia mugre, debajo de la alfombra ajena.

Continuando desde la óptica de quien observa y escucha, reflexiono…no debería haberse generado entre los alumnos y el docente un debate real?, es decir, que cada uno de nosotros pudiera emitir una opinión al respecto;…o lo que vale es la uniformidad de pensamiento?

Si para Recondo y quienes lo citan, es una obviedad que una relación razonable entre los poderes es el diálogo, es obvio que no les es tan evidente que para dialogar se debe escuchar a la otra parte, que por supuesto no va a opinar de la misma forma, ni se va a “des-informar” con Clarín y la Nación.

Y volviendo al derecho de acceder a la justicia y peticionar frente a sus autoridades, si Recondo y (según él y sus seguidores), la “no peyorativa” corporación judicial, sostienen ser presionados por el Poder Ejecutivo, y que éste a su vez, cercena a la prensa y encima utiliza las causas por violación a los derechos humanos para obtener rédito político…por que no hacen como ciudadanos la correspondiente presentación judicial, al verse afectados sus derechos?...

No debería haber sido más trascendente para el docente hablar del esclarecimiento de los delitos de lesa humanidad cometidos, que justificar a los jueces porque la litigiosidad creció en los últimos 20 años un 500%?

Evidentemente ni para el profesor, ni para los primates con aspiración a gorila (con perdón de la fauna) fue de mucha importancia, ni siquiera se asomaron por sus pensamientos todos estos cuestionamientos, que solo puede hacer quien se abstrae del fenómeno para poder dilucidarlo.

La descripción de esta no tan curiosa situación, es la que se refleja en la realidad de nuestro país, cuyo problema no es la educación, sino cómo y a quiénes se imparte; lo cual rompe con el mito de la independencia, la imparcialidad y la objetividad, de la que todos se llenan la boca, ya que tales preceptos no existen, desde que no existe una única verdad, y mucho menos absoluta.

*Directora Revista Ida & Vuelta


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