La Presidenta anunció ayer los casi 17.000 millones del superávit comercial y un crecimiento histórico en la producción agraria y la actividad industrial.
Un récord a la altura del Año del Bicentenario patrio.
“Lo hicimos con más vientos en contra que vientos de cola, pero lo hicimos”, dijo una Cristina orgullosa y emocionada mientras presentaba el nuevo tramo en la Hidrovía.
Como prueba del desarrollo inclusivo, parece cierto nomás que el país salió de vacaciones.
Cinco millones de argentinos arribaron a la costa atlántica y otros lugares de veraneo en la primera quincena de enero; pero en el registro de diciembre pasado hasta hoy, son casi 10 millones los paseantes.
El Secretario de Turismo de la Nación, Enrique Meyer, dio a conocer esta información señalando que el incremento del turismo nacional en lo que va de enero, respecto al año anterior, trepó hasta el 9,6 %.
“Chupate esa mandarina” habría que decirles a los comisarios políticos y mediáticos del “Operativo Desánimo” como denominaron en su momento Cristina y Néstor Kirchner a los medios y los opositores que se la pasan pronosticando “catástrofes sociales”.
Por otros andariveles menos constructivos, transcurre el otro lado de la luna, allí donde la ciudadela prefabricada de Julio Cobos parece irremediablemente sitiada.
Ya no por los dirigentes del oficialismo que reclaman por un lugar que constitucionalmente le corresponde al Poder Ejecutivo, sino por los referentes opositores que volvieron a reclamar a coro “Que se vaya” y también por sus propios desvaríos anticonstitucionales.
¿Quién lo sostiene a Cobos? ¿El radicalismo? No; ¿la Coalición Cívica? No; ¿El macrismo? No; ¿el sector de Pino Solanas? No; ¿La centroizquierda aliada del bloque oficial? No.
Se podría decir que le siguen haciendo el aguante, Eduardo Duhalde y sus huestes del pejotismo disidente y otro tanto, el monopolio mediático. Nadie más.
Es esta debilidad congénita la que está horadando el inflamado “liderazgo” mediático de Julio Cobos.
Así como hay un gobierno que resiste cientos de tapas negativas de Clarín, un liderazgo inventado por el monopolio, no dura más que eso.
Cobos está llegando al fin de su estrellato prematuro y es lógico que así sea.
Ningún liderazgo se construye en base a una actitud desleal y deshonesta.
Ningún liderazgo se construye en base a una actitud desleal y deshonesta.
Si hubiese sido hombre de convicciones profundas, estaba en todo su derecho de abandonar el barco oficial y favorecer luego a sus adversarios.
Pero no debe hacerlo desde el lugar adonde llegó jurando lealtad a su compañera de fórmula y al programa de gobierno.
Ayer volvió a intentar legalizar su traición al mandato popular, cuando adelantó respecto al caso del motín de Martín Redrado en el Banco Central que “mi estrategia va a ser escuchar a todos antes de decidir mi postura. Voy a tomar la decisión que tenga que tomar, como lo hice siempre haciéndome responsable de eso”
¿O sea que Cobos se declara en rebeldía explícita contra lo que manda la Constitución y las leyes vigentes, que es representar a la Presidenta ante el Congreso de la Nación?
¿O sea que Cobos se declara en rebeldía explícita contra lo que manda la Constitución y las leyes vigentes, que es representar a la Presidenta ante el Congreso de la Nación?
¿O sea que él decide por sí mismo sin responsabilidad política y jurídica alguno?
¿Cobos es legislador acaso? No. Es el representante del Poder Ejecutivo en el Senado de la Nación. Y es de sentido común pensar que si la Presidenta firmó un Decreto removiendo de su cargo al amotinado Redrado, Cobos debería decir: “Voy expresar mi voto en el mismo sentido del Poder Ejecutivo que represento ante las Cámaras”
Hasta arrancaría una sonrisa de simpatía si agregara a renglón seguido: “no me queda otra”
¿Cobos es legislador acaso? No. Es el representante del Poder Ejecutivo en el Senado de la Nación. Y es de sentido común pensar que si la Presidenta firmó un Decreto removiendo de su cargo al amotinado Redrado, Cobos debería decir: “Voy expresar mi voto en el mismo sentido del Poder Ejecutivo que represento ante las Cámaras”
Hasta arrancaría una sonrisa de simpatía si agregara a renglón seguido: “no me queda otra”
Desde tinieblas mucho más oscuras, el periodista haitiano Jean Roland Chery, respondió ayer a una certera pregunta de Víctor Hugo Morales sobre el porqué de la pobreza extrema de Haití.
Chery respondió dolida y profundamente: “porque las dictaduras y los políticos de la elite corrupta, nos dejaron sin proyecto nacional”.
Aprendamos a valorar el proyecto de nación que estamos recuperando, después de nuestras propias tempestades.
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