IDEALES EN AMÉRICA LATINA 1870-1930




*Por María Silvina Silvestre

Breve reseña

Las culturas de las elites gobernantes data de Europa en nuestras culturas, más específicamente de España y Portugal.

Aunque el objetivo neocolonial, nos lleva a ser naciones todavía dependientes de nuestros conquistadores como ya lo sabemos. La consecuencia política entonces es que esta libertad es netamente superficial, porque en lo económico y lo financiero seguimos atados a viejos mandatos monetarios que impiden el crecimiento de las regiones emergentes como a ellos les gusta llamarnos.

Claro queda que en 1870 se fortalecieron los lazos comerciales con Europa a partir de las exportaciones latinoamericanas, obvio siempre bajo sus imposiciones comerciales, pero esta etapa es una apertura no menor a estas políticas.

En tanto varias Naciones ya gozaban de independencia política, no era de la misma manera en lo económico, que se extiende hasta la actualidad.

Es así entonces donde se comienza a adentrar el liberalismo impuesto por las colonias en nuestra amada Latinoamérica, por medio de la estratificación, la cultura, la economía y la manera de copiar siempre a ese primer mundo que tiene sus extremadas falencias pero no las da a conocer, vendiendo modelos ideales para quienes aceptan comprarlos.

El conservadurismo que instaló estos procesos de modelos que nada tuvieron que ver con nuestras regiones solo trajo conflictos, confusión ideológica y política a nuestras regiones, al margen de llevarse nuestras riquezas y dejarnos espejitos de colores; algo así como en la colonización.

En 1870 se constituyen las políticas neoliberales por medio de un sistema de instituciones republicanas, constitucionales y representativas, claro… representativas para las elites conservadoras que las regían. Esto podemos analizarlo a lo largo del paso de ese liberalismo obsecuente a las coronas y devastador para las regiones y los pueblos de Latinoamérica. El estado secular habría triunfado, pero no su implementación en nuestra región que fue entregada a los conquistadores. A los reyes designado por los Dioses, entonces nada habría cambiado.

Las libres empresas se convirtieron en las almas que regían las vidas reales de las personas, el individualismo era lo que regía la vida cotidiana, la solidaridad de nuestra Latinoamérica que siempre nos referencia estaba en serio riesgo y de hecho fue desmembrada.

Estos procesos no muestran la menor tolerancia a los aspectos humanos y ya lo hemos percibido en todas las sociedades que combatimos la propuesta de que las almas sean de las empresas y no de los seres humanos, de que las riquezas sean patrimonios mundiales y no de las regiones a las que pertenecen.

De nada sirve tener ideales en detrimento de la humanidad y sus actores, de nada sirve planificar el futuro de las personas y sus pueblos en función de un sistema que debe mejorar la calidad de vida de los ciudadanos si se piensa en el alma de las empresas como objetivo, y esto fue lo que el liberalismo nos ha dejado como herencia. Pobreza, confusión, desanimo, ambición, todo en desmedro de nuestros pueblos.

Por eso no creo en el liberalismo, por ello insisto que este sistema esta agotado y que la alternativa para Latinoamérica solo saldrá de Latinoamérica y mirando hacia Cuba, un país para imitar.

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