EL GOBIERNO GANO EL DEBATE E IMPULSA LA LEY DE SCA

                              Por: José Luis Ponsico (*)

  El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner ganó el debate parlamentario por la futura ley de radiodifusión, de "servicios y medios audivisuales". Antes, el ex Presidente Néstor Kirchner, hace más de un año, había impulsado otro debate en el escenario político. Increpó al "Grupo Clarín" como uno de los "apoyos" mediáticos en el largo conflicto con el Campo. Allí, empezó la historia. 

   En los últimos 30 años los monopolios de la Prensa han estado ocultos para la sociedad en su conjunto. Entre otras cosas porque los periodistas que escriben, opinan en los medios audiovisuales y son "formadores de opinión", trabajan para la misma corporación mediática. Incluye Papel Prensa ("Clarín", "La Nación") canales de tevé, radios y el cable. Curiosamente, la mayoría "no peronistas". Algunos muy "antiperonistas"

    En el "combo" los famosos son Magdalena Ruiz Guiñazú, Joaquín Morales Solá, Santo Biasatti, Nelson Castro, Eduardo van der Kooy, Julio Blanck, además de José Eliaschev, AlfredoLeuco, Luis Majul, Marcelo Zlotogwiazda y Ernesto Tenembaun. Los dos últimos ex "Página 12", ideológicamente cerca de K al comienzo, pero empresarialmente, "Clarín".  

      Por eso, estaban con el kirchnerismo luego fueron para el lado de la corporación. Lo mismo pasó con el diario "La Razón" otro medio "satélite" de "Clarín" que, además, posee 364 canales de cables en el Interior. Un imperio.

    Uno de los factores de la emisión cultural son los Medios. Lo saben todos. Unos y otros. La diferencia es que en los 30 años ó 35 quizá, el gobierno K es el único que teniendo "base de sustentación peronista" con los votos del conurbano, se atrevió a enfrentar al otro gran Poder. El de los medios.

     Superior al radicalismo, al ex FrePaSo, a lo que quedaba del menemismo y la transición de Eduardo Duhalde en la Presidencia. Lo que pudieron ofrecer Elisa Carrió y Roberto Lavagna en su momento. Nunca antes había ocurrido esto.

    Vale la pena, entonces, conocer a los "otros, los que "están afuera" del sistema corporativo. Uno de ellos, ya veterano, "corrido" por peronista, opinó sobre todo. Jorge Eduardo Rulli, desde Radio Nacional, en su condición de antiguo dirigente de la primera Juventud Peronista, tiempos de la Resistencia y  transición del gobierno de Arturo Frondizi, visitante del general Juan Perón en Madrid, en 1962,  analizaba en términos no "corporativos". Va fragmentos de su comentario.

   "Se nos hace difícil en estos días reflexionar en medio de una estridencia orquestada en que todo pareciera conducirnos a tomar partido, a confrontar con otros, a perder las miradas profundas en beneficio de los temas particulares, a juzgar al prójimo sin contemplaciones, mientras olvidamos historias comunes, conocimientos heredados, respeto que nos debemos, consideración por los errores, tolerancias necesarias para toda convivencia", decía

   "Hay como una aceleración de los pulsos, como una manipulada sensación de creciente fragmentación de la protesta y de la disconformidad. Todos contra todos, y con argumentos banales, con miradas empobrecidas, con resentimientos largamente fermentados y que son eructados en medio del cansancio de una fiesta que se convierte en pesadilla y en resaca", añadía.

  "Ya no sé si la Patria se juega en la aprobación o en la no aprobación de la ley de Medios, tampoco lo supe cuando nos enfrentábamos por la resolución 125. Siento que el monopolio de las comunicaciones viene de antiguo, que todos abonaron esas monstruosidades propias de una democracia de baja intensidad que las toleraba y que no tenía mayores problemas en aprovecharlas.", interpretaba antes del debate en el Senado.

   "Ahora siento, como en otras oportunidades, que el clásico Boca-River en torno a propuestas parciales, conlleva nuevas trampas y  de nuevo nos mete en un brete que no elegimos y que resulta secundario y posiblemente engañoso, si acaso pretendemos que conduzca a situaciones que anhelamos", sugiere.

      En 1951, Juan Perón decía: "Están los que defienden ideas y los que defienden intereses. En mí caso, aunque los tenga enfrente pero debatir y enojarme, siempre con los primeros".  Rulli lo supo "in situ" estando en Madrid y a cinco décadas.

     Y sigue: "Porque en medio de la vocinglería y de los simulacros tan solo nos llena de cansancio. No soporto las consignas de Radio Mitre ni la de tantos otros propagandistas de la "libertad de expresión" que nos llenan el espacio y la cabeza de opiniones y consignas, pero tampoco los soportaba antes, cuando los romances y las alianzas cambiantes de los hombres del poder, los tenían por amigos y por aliados, y no era tan malo escuchar lo que decían, tal como pareciera que resulta serlo ahora", describió.

   Rulli, 68 años, "sobreviviente" del peronismo de los ´60 y 70, dedicado a una actividad profesional y alejado, como "profesional" de la Política activa. Añadía hace una semana antes del debate en la Cámara alta que "Estoy harto que cada mandamás provinciano continúe decidiendo y enajenando sus recursos naturales, nuestros bienes comunes, llámense bosques, montañas, lagos, ríos, diversidad biológica, minas a cielo abierto, sojización" disparó.

    Y siguió con "Suelos que se degradan, montes que des-aparecen, monocultivos de árboles implantados o lo que fuere…como si no fuésemos un país sino una suma de fragmentos en la mesa de saldos del tendero, donde cada uno tironea su ocasional pedazo, mientras continua vomitando sus rencores hacia ese Buenos Aires deseado que  representa el premio de la perinola y que cada político provinciano tiene clavado en  la escala de sus objetivos más recónditos", se lee.

   "Estoy cansado de tanta izquierda idiota que fragmenta la mirada y entretiene, estoy harto de la derecha estéril que tiene por única propuesta su bolsillo y por discurso un odio viejo que repite tiempos tristes y escenas que nos avergüenzan. Izquierdas y derechas son funcionales en este repugnante juego del simulacro colonial,  necesitan confrontar en lo accesorio para que sigamos extraviando las miradas y la autoestima en el circo romano en que dirimen sus poner en voz tanta injusticia", firmó Rulli en la transcripción que llegó al autor de éstas líneas.

    De todo esto se trata la etapa venidera, de escuchar otras voces y leer otros pensamientos. Al resto se lo conoce mucho. Vienen hasta desde los tiempos de la dictadura militar y son, ahora, verdaderas "víctimas" de algo que todavía no ocurrió. Si se trata de un nuevo monopolio y del lado para-estatal.

     La sensación es que empieza otra etapa.

    En 1957, plena  "Revolución Libertadora", con el general Pedro Aramburu y el almirante Isaac Rojas, un grupo de jóvenes (Gustavo Rearte, Carlos Caride, Envar El Kadri, Felipe Vallese y Jorge Rulli) consideraban que se vivía una dictadura y fundaron la primera Juventud Peronista. En 1960, los recibía el fundador del justicialismo en Madrid.



(*) Periodista de la agencia Télam

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