* María Silvina Silvestre.
La crisis económica que comienza en los EEUU y se propaga por el mundo, no es solo el claro fracaso del sistema, también lo es, de un sistema agotado político y económico del pensamiento neoliberal a ultranza.
Este desgaste data de la década del 60 en los EEUU, en su imperio de consumo.
Sin dejar de lado que la elite de poder ha esquilmado los recursos naturales del mundo entero en función del proyecto imperial, intentando por cualquier medio insertar un modelo desde las economías familiares hasta los mas diversos sectores sociales de dominación y de hegemonía mundial.
Los sectores conservadores de las clases dominantes se largaron a la conquista de un elemento político que les permitiera sentar la agenda del debate ideológico en la forma que debería adoptar el capitalismo.
Por ello se adopto la forma liberal de la economía social de mercado, cercana a las de Keynesiana, así se modificaron las economías mundiales, por intermedio de la hegemonía de los EEUU, sobre todo a partir de 1980.
Estas políticas fomentaron el endeudamiento público y privado lo que trajo por consecuencia la imagen o narrativa que Estados Unidos ya era la ciudad de la colonia, proclamada en el S. XVII, la tierra de las oportunidades donde el mundo podía hacerse rico rápidamente.
El fracaso de esta quimera tiene profundas repercusiones políticas e ideológicas y puede marcar el comienzo del giro de la sociedad norteamericana en dirección opuesta a la de los conservadores. Esto daría otros aires para el mundo entero y sus economías, sobre todo para Latinoamérica que es el mayor sector oprimido de las ideologías neoliberales.
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