CRÓNICAS DE LA MILITANCIA: ENTREVISTA CON DANIEL BOGGIO


*Por Eliana Valci

Daniel Boggio, es ciudadano marplatense, escritor y militante peronista desde su niñez, y en esta oportunidad comparte con nosotros su experiencia de vida, el camino recorrido junto a Jorge “el Tano” Laureti, y su visión acerca del mundo en torno a la cultura, los intelectuales y la política.

 

Cuando empezaste a militar, y en dónde lo hiciste?

 Yo empecé a militar antes de irme del país, militaba en la Tendencia, había pasado por Montoneros y finalmente terminé en el Peronismo de Base, que era una línea Movimientista.

Cuando vuelvo me reinserto en el Peronismo, pero laburando en el enramado de eso que había quedado, que era la Tendencia, que no sabía bien que era, el referente era Saadi. Habían armado una línea que venía a ser un poco la herencia del Peronismo de izquierda en la Argentina, porque el Peronismo Auténtico había quedado afuera con Cámpora.


Cómo conociste a Jorge Laureti y qué relación tuviste con él?

 A Jorge lo conocí en la Escuela de Teatro, donde recité un poema de Pablo Neruda, y al finalizar me llama el “Tano” y me dice: “Esto es lo más antiteatral que he visto en mi vida, pero vos pareces un pendejo interesante”.

El Tano venía de un teatro clásico, con connotaciones realistas; y después fue evolucionando porque él era un hombre muy curioso y por un lado parecía capaz de reproducir cosas sociales, un poco burdas, peronistas para decirlo de algún modo, y  por otro lado era un tipo extremadamente sofisticado, y en ese sentido el compartía conmigo la búsqueda de elementos de vanguardia y de logros estéticos de Europa y de Estados Unidos, cosas que acá no podía compartir con nadie; y estudiábamos juntos, nos juntábamos todas las semanas.

El Tano militaba en líneas más ortodoxas, y discutíamos ferozmente, porque para los cánones de la época yo seguía siendo un peronista de izquierda y él un peronista de derecha, y por eso discutíamos como perros, hasta cierta hora donde dejábamos de lado el peronismo y empezábamos a laburar con Beckett. Y entre Peronismo y Beckett, nos hicimos entrañablemente amigos, muy amigos, amistad que conservamos hasta el final.

Él tenía una vida muy dura porque seguía laburando de techista, tenía su taller de teatro, pero nadie le paga un carajo, ponía la guita, ponía obras.

Cuando sube Rusak como intendente, lo nombran por medio de un amigo en común (porque el Rusakismo entiende que en cultura no podían trabajar con los cánones de la UCD -Rusak venía de la UCD-, que hacía falta tener una base culturalmente popular), Director de lo que hoy es la  Biblioteca Municipal, que era la Secretaría de Cultura real, porque la secretaria de cultura era nominal hasta ese momento.

El Tano tuvo en muy poco tiempo una cosa, no voy a decir revolucionaria, porque es una palabra enorme que no la vamos a manosear; pero tuvo una cosa revulsiva, hizo cosas muy interesantes: desde el acceso de los elencos marplatenses, la puesta a disposición de recursos para la producción de las obras, la adecuación de las salas, provocó un flujo de gente, que hasta el momento era inaudito porque eso era una biblioteca donde la gente iba a buscar libros cada tanto y nada más; y Jorge la transformó en un Centro Cultural - no es que haya inventado la pólvora, los centros culturales existían en el mundo hace muchos pero muchos años - pero él creo que consiguió y creó el Centro Cultural que no existía en Mar del Plata, creó la Barraca -que obviamente no inventó el concepto de barraca porque era de García Lorca, que era el teatro itinerante- creó el bibliobus.

La gestión de Jorge fue excepcional, ni antes ni después en Mar del Plata se hicieron tantas cosas con recursos limitados; yo no participé de la gestión de Jorge, no quise. A su vez, el seguía, paralelamente laburando como Director, seguía poniendo obras; y ahí me seguía pidiendo opinión, yo lo ayudaba con la adaptación, con la corrección de muchos textos.

Cuando gana Aprile, otro tano, se empiezan a enfrentar fuertemente con Jorge, se re contra pelearon y me tocó el incómodo laburo de ser nexo entre ellos dos, mediación que terminó para la mierda. Y al Tano le dolió mucho, yo creo que él de algún modo tenía expectativas de que Aprile lo mantuviera al frente de la Secretaría, porque el de él ya no era un trabajo político, era un trabajo específicamente cultural; obviamente no lo mantuvieron a Jorge en el cargo, y para él fue una gran decepción  y en muy poco tiempo se enfermó y en muy poco tiempo se murió.

 

Vos crees que fue realmente valorado en la cultura marplatense en ese momento?

 No, ni en ese momento ni ahora. Lo del Tano era como una leyenda no; había como un prejuicio -es bueno idiomáticamente lo de prejuicio, juicio a priori-, como un juicio conformado de antemano de que el Tano era un tipo bruto, construido de algún modo por un elitismo marplatense que tenía que ver ya desde la época de la formación de Mar del Plata y que siempre estuvo de algún modo relacionado con lo que yo llamo los  “cara pálida de Mar del Plata”, los socialistas democráticos en primera instancia, y su herencia cultural que es el radicalismo, y que eran todos muy refinados, o sea no se equivocaban nunca a la hora de elegir el canapé, es decir, que tenían una concepción de la cultura muy vacua, muy frívola y muy ignorante también. Se vestían muy bien, el Tano se vestía muy mal, tenían los mejores autos, el Tano tenía un auto de mierda, vivían en los barrios más elegantes, el Tano vivía en un barrio feo. Era un poco la concepción elitista de la derecha paqueta marplatense que tenía su correlato con un concepto de cultura que se desarrollaba de noviembre a febrero y que tenía como exponente por supuesto a la Villa Victoria, y otras expresiones así, pour la galerie digamos. Y con el Tano ya en esa época manejábamos un concepto de una ciudad integrada de grandes sectores de la población marginados, pero no únicamente de las cuestiones alimentarias, sino de la cultura; y me acuerdo que –yo no sé si el concepto era de él o era mió, vamos a suponer que era de él, prefiero que sea de él- el concepto de cultura es uno de los derechos humanos adquiridos, y que había que trabajar culturalmente en todas las franjas de la ciudad, pero también socio – económica y culturalmente hablando, y ahí fue donde nació el proyecto de hacer teatro en los barrios, de modo que la cultura no fuera lo que se hacía durante 3 meses para salir en la Revista Gente; desde ese punto de vista el Tano fue más sofisticado que cualquier otro que haya estado en el tema acá en Mar del Plata. Y algunas cosas le salieron bien, otras menos bien y otras mal y otras bárbaro…¿alguien se dio cuenta?...no, porque a parte el Peronismo tiene su contradicción, porque fue vaciado de intelectuales después de la devastación que fue el 76-83. El Peronismo tenía una enorme complejidad, no tenía gente que hubiera laburado demasiado en cultura, no tenía exponentes demasiado reconocidos o si los tenía no confiaba demasiado en ellos; y así un poco con la metodología del pariente pobre, el tipo que entra a un lugar y tiene  miedo de tocar un jarrón para que no se caiga y no se rompa. El Peronismo se sentía intimidado por esa cosa de los patricios de Mar del Plata, la gente que provenía de los fundadores, entonces de un modo particularmente injusto muchos sectores del Peronismo terminan considerando que los exponentes de la cultura eran justamente gente que no era peronista, entonces el peronismo terminó – creo- considerando que ellos eran muy buenos para acción social, para otras cuestiones, pero no para la cultura. Por lo tanto, no solamente que los sectores más elitistas de la ciudad no lo iban a reconocer a Jorge, sino que paradójicamente desde el propio peronismo no le dieron mucha bola. Y en ese momento no se entendió lo que el Tano hacía y ahora creo que menos y mañana supongo que menos aún.

 

Yendo a un marco más general, que opinas del rol de los intelectuales de Carta Abierta?

 Me parece una respuesta ética, necesaria, inexorable; me parece intelectualmente irreprochable y políticamente simbólico.

Creo que es casi, por parte de la gente que está - que la mayoría son amigos-absolutamente elogiable. Y desde el punto de vista político, me parece un gesto casi melancólico por parte de ellos. Son utilizados en la medida en que escriben el guión y son sistemáticamente olvidados a la hora de sancionar las leyes que hay que sancionar y de proporcionarles a los artistas y creadores del país una vida digna, etc., etc.

Hace muchos años, en las celebraciones del Imperio romano, llevaban dos turcos, porque decían que daban lustre, por el carácter exótico, por lo que los intelectuales vienen a cumplir la misma función en la Argentina.

Se los exhibe, se los escucha; tienen un espacio de mayor o menor difusión pero no tienen ningún peso en la toma de decisiones en lo que es la real política Argentina.

A la hora de las decisiones no creo que importe demasiado lo que escribe Gelman, sí las decisiones que tome Moreno, De Vido.

Hace mucho tiempo que no escucho un debate ideológico interesante, tal vez la última vez haya sido con esto del conflicto del campo, y el gobierno creo que lo comunicó muy mal. Muchas veces me dicen que Cristina es una gran oradora, pero es una pésima comunicadora. Y se perdió la oportunidad de un debate que atraviesa la historia argentina. Fijate que el campo lo que ha logrado es que digamos “EL CAMPO”, pero no se sabe que carajo es el campo!!!; entonces así perdimos la oportunidad de un debate interesante.

Carta Abierta pone algunos puntos interesantes sobre “las íes”, pero no ha tenido mayor incidencia que lo que pueda decir el Grupo Clarín. Pero la de esos grupos fue siempre una pelea de enormes intereses económicos, esa es la verdadera pelea.


Continuando con el vaciamiento cultural y hasta doctrinario que mencionas, cómo ves a los militantes hoy?

 No creo que haya una militancia hoy, supongo que habrá una militancia en tanto y en cuanto ustedes puedan reconstruir el concepto de militancia; pero para reconstruir el concepto de militancia hay que tener claridad ideológica, lo cual está medio difícil.

El Peronismo sigue siendo un actor insoslayable en el país, y hay sectores, los sectores mas duros como Kunkel por ejemplo, que de algún modo expresan lo que eran las ideas de la izquierda peronista de los ´70, pero en un mundo y país que no es el mismo y un peronismo que no es el mismo; y después hay una enorme confusión, hay personas  que son referentes valiosísimos respecto a los ´70, pero que no son tan valiosos a la hora de un mundo que no es el mismo, y después hay  un gran revoltijo porque tanta gente a pasado de la Tendencia a ser Menemista, de ser Menemista a ser Duhaldista, de ser Duhaldista a ser Kirchnerista. Es una relación de poder muy fuerte que tiene el Peronismo, una verdadera vocación de poder y que entonces la gente baila de un lugar para otro, y que finalmente se reacomodan, se caen 5 del colectivo y suben otros 5, y el colectivo sigue funcionando; así que en función de eso para un pibe debe ser muy difícil militar, ¿militar en qué?, ¿militar cómo?, ¿para ir a dónde?, y por otra parte la situación de la democracia interna de los partidos brilla por su ausencia, entonces como verdaderamente no hay un debate, ni  una articulación entre las bases y los conductores, vos entras a militar, supongo en un espacio y en ese espacio vas a trabajar para ir a Catamarca, y te encontras de repente con que el tipo que maneja el bondi te dice: “mira vamos a Trelew”; porque como los dirigentes cambian constantemente, vos ni siquiera sabes para qué trabajas y por qué trabajas ni con quién trabajas, ni cuáles son las condiciones objetivas y subjetivas; entonces entiendo que los pibes deben estar bastante decepcionados con la idea de militancia, por otra parte la idea de militancia está asociada a la idea de cambio, sino para que mierda vas a militar. A los 20 años no debe haber otro motivo para militar, que no sea cambiar las cosas. Creo que eso está desaparecido de algún modo, entonces los pendejos están refugiados un poco en el egoísmo personal, en la cuestión del placer personal, y bueno, también es entendible, debe ser muy confuso militar hoy.

 

Ya que mencionas a los jóvenes, vos que le dirías a aquellos que quieren empezar a militar?

 Les diría que me parece bárbaro, tengo una hija que tiene toda esa efervescencia social e intento no transmitirle mi cinismo adquirido. La aliento, me parece bien.

Que nosotros no lo hayamos logrado, que nos hayamos equivocado demasiado y que hayamos fracasado, no quiere decir que ustedes no puedan lograrlo; a lo mejor tienen el talento que no tuvimos o la voluntad que no tuvimos. Los pueblos no se resignan fácilmente, así que es tarea de ustedes.

No desalentaría a nadie, lo que creo sí, es que debe haber una reformulación de objetivos, no tanto la toma del poder, no la toma inmediata del centro de estudiantes o de la facultad, sino ver mejor cuestiones de coherencia ideológica, de formación.

 

Por todo lo que nos contas, veo que estás bastante alejado de la política, no seguís militando no?

 No, lo último que hice fue fundar con Pulti Acción Marplatense, porque yo había estudiado a fondo –desde mi perspectiva- todos los elementos de la posmodernidad, la globalización, y veía que era inexorable que la globalización iba a tener como manifestación primera la regionalización, y veía que la manifestación de partidos políticos locales era inexorable y que en la Argentina en concreto, las experiencias eran pocas y pobres; por ejemplo los partidos locales siempre obedecían a los sectores más reaccionarios de la burguesía local, entonces era muy interesante formar un partido local que no fuera tan convencional, tan burgués, dicho en el peor sentido; y no me equivoqué en el análisis teórico porque Pulti llega al poder acá en Mar del Plata.

Yo tenía la idea de que Acción Marplatense necesitaba sectores que no fueran  únicamente la burguesía local, que tuviera partidos de izquierda, socialistas en serio. La cosa no fue como pensé que podía ser, y ahí me alejé.

 

Para cerrar, me gustaría que nos cuentes cuáles fueron los pro y los contra de tu militancia?

 Desde muy chico elegí estas cosas, y creo que fue una elección increíblemente acertada. Yo nací el  ´55, estaba la Libertadora y el Peronismo estaba proscripto; yo vengo de una familia muy pobre, mis viejos habían comprado un terrenito con una casilla y estaban remodelando, y creo que yo tenía 4 o 5 años y me paraba en los andamios y cantaba la marcha peronista, una cosa re loca, porque mi familia no era peronista, era furiosamente radical, y no se comprendía como un pendejo de esa edad se pudo haber aprendido la marcha peronista, cuando no se escuchaba  en ningún lado, era una cosa absolutamente insólita, y mi vieja me agarraba y me metía en la casa rápido, porque estaba prohibido.

Y con la literatura empecé porque en el ´66 Racing sale campeón y entonces escribí una serie de poemas a cada jugador y se lo mandé y me llamaron, me firmaron camisetas, y ese fue mi debut literario.

La militancia, me permitió a mí en su momento tener una dimensión no individual de mi vida, lo cual me parece fundamental porque el hombre desde que se paró en sus dos patas es un ser social. Es una manera de vivir con los demás en el mundo, el único modo de vivir.

Y la literatura me salvó de todo lo malo que me acechó desde que nací; yo no puedo separar a la literatura de mi vida, la literatura es esencial para mí. Yo a la vida la leo desde la literatura.

Y ese cruce entre el trabajo intelectual, el trabajo social, etc., me parece bellísimo, ser mejor uno, para ser mejor con los demás.

 

*Directora Revista Ida & Vuelta

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