Ante los hechos que se vienen sucediendo hace casi un mes en el hermano país de Honduras decidimos expresar nuestro más enérgico repudio al golpe cívico militar y nuestra solidaridad al pueblo hondureño en esta lucha.
Rechazamos el secuestro y la expulsión del Presidente Constitucional Manuel Zelaya, la agresión e intimidación al pueblo hondureño -con su nefasto saldo de muertos y heridos- y toda resolución de los conflictos políticos en la que se utilice como principal herramienta a las fuerzas armadas.
Repudiamos el papel de los medios que intentan legitimar el accionar de los golpistas y exigimos la objetividad necesaria en un medio formador de opiniones. Denunciamos que el objetivo de los medios no es la información objetiva, sino la defensa de los intereses de sus dueños y los aliados de estos.
Este Golpe de Estado se dio cuando, desde el gobierno del Presidente Manuel Zelaya, se impulsaba la realización de un plebiscito para posibilitar una reforma constitucional popular, progresista e inclusiva.
Ponemos de manifiesto, además, el doble juego del Gobierno de Estados Unidos; colaborando en dilatar la restitución de la democracia y sus instituciones. Siendo éste un apoyo fundamental para los golpistas hondureños.
Sostenemos que la participación e intervención de Organismos Internacionales y de los Gobiernos de la región es en defensa de la democracia. Hoy es el turno de Honduras, sabemos que es el primero y puede no ser el único, no proclamar nuestro repudio por dicho golpe es no valorizar lo que significa la vida en democracia; es dejar la puerta abierta a que esto vuelva a suceder, a qué se repita en otros países. Por eso reivindicamos y apoyamos el trabajo que están realizando los Presidentes Cristina Fernández de Kirchner, Michelle Bachelet, Evo Morales y Lula da Silva, entre otros.
Consideramos también que, en estos últimos tiempos, vivimos un trágico regreso a la teoría de los dos demonios, bien conocida por nuestra sociedad, jugando con un posible llamado a elecciones y la “designación” de un nuevo Presidente. Zelaya debe terminar su mandato, ya que fue elegido por el voto popular y eso debe ser respetado.
A más de treinta años de las últimas dictaduras que sufrieron los pueblos latinoamericanos sentimos la necesidad de no quedarnos de brazos cruzados. Sabemos que los golpes de estado siempre han sido cívico-militares, no queremos ser cómplices desde el silencio, por eso exigimos la restitución del gobierno democrático en manos del Presidente de Honduras: Manuel Zelaya.
Carta Abierta Venado Tuerto
Comentarios