LA MARCHA PERONISTA Y SU HISTORIA

Un símbolo de los “desclasados”


*Dra. Alicia Poderti (CONICET)

Un reciente estudio de Jorge Llistosella, rastrea los orígenes de la música y la letra, las metamorfosis operadas a través del tiempo sobre el texto y la melodía de una canción popular que, según este autor, ya estaba en estado germinal 18 años antes del nacimiento del partido justicialista. El papel de Eva Perón, para lograr que el 17 de octubre de 1949 se entonara por vez primera la mítica canción del movimiento, fue fundamental. Su acercamiento con Hugo del Carril (con quien trabajara en el film “La cabalgata del circo”, hizo que se produjera la metamorfosis sobre otro canto popular llamado: “Los gráficos peronistas” cuya letra fue publicada en el periódico El Gráfico Peronista.

La marcha había sido cantada en el Teatro Colón por obreros de ese gremio en agasajo a Evita y llevaba parte de la música que se utilizó para “Los muchachos peronistas”. Hugo Del Carril, con ayuda de otros músicos fue el encargado de darle un tono más marcial a aquella canción. Sin embargo, la línea melódica de “Los gráficos peronistas”, también había sido utilizada por una murga barrial llamada “El Rosedal” (de la cual se conserva una rudimentaria partitura), varios años antes de estrenarse la versión conocida. Y a esta historia también se agrega que, en 1941, SADAIC registró el tema “La Calandria ciega”, que tiene 32 compases iniciales idénticos a los de la “Marcha de los Muchachos peronistas”.

Estos episodios estudiados por Jorge Llistosella intentan restar méritos al trabajo de Hugo del Carril y de Oscar Ivanissevich –entonces ministro de Educación-, a quienes les fue encomendada la reforma de la pieza, en pos de conseguir la partitura definitiva. En cuanto a la letra, hay muchas coincidencias con la versión de “Los gráficos peronistas” sin embargo hay una original adaptación e Ivanissevich agregó algunas estrofas.

Los gráficos peronistas (1948)

Los gráficos peronistas
Todos unidos triunfaremos
Y al mismo tiempo daremos
Un hurra de corazón:
¡Viva Perón, Viva Perón!
Por ese gran argentino
Que se supo conquistar
A la gran masa del pueblo
Combatiendo al capital.
Perón, Perón, que grande sos.
Mi general, cuánto vales.
Perón, Perón, que grande sos,
Sos el primer trabajador.
Los muchachos peronistas (1949)
Los muchachos peronistas
Todos unidos triunfaremos
Y como siempre daremos
Un grito de corazón:
¡Viva Perón! ¡Viva Perón!
Por ese gran argentino
Que se supo conquistar
A la gran masa del pueblo
combatiendo al capital.
Perón, Perón, qué grande sos.
Mi general, cuanto vales.
Perón, Perón, gran conductor,
Sos el primer trabajador.
Con los principios sociales
Que Perón ha establecido
El pueblo entero está unido
Y grita de corazón:
¡Viva Perón! ¡Viva Perón!
Por ese gran argentino
Que trabaja sin cesar
Para que reine en el pueblo
El amor y la igualdad.
Imitemos el ejemplo
De este varón argentino,
Y siguiendo su camino
Gritemos de corazón:
¡Viva Perón! ¡Viva Perón!
Porque la Argentina grande
Con que San Martín soñó
Es la realidad efectiva
que debemos a Perón.”

Esta es la versión definitiva de la “Marcha de los Muchachos Peronistas”, adaptada por Hugo del Carril sobre la letra cedida por los gráficos peronistas. Esta letra también fue retocada y Oscar Ivanisevich agregó cinco estrofas, de las cuales una fue descartada por Del Carril. La introducción musical pertenece a Hugo del Carril y sus guitarristas. Está registrada en SADAIC como de autor anónimo.

Así, la Marcha “Los muchachos peronistas” es un collage popular que se fue desarrollando en un lapso temporal extenso, y surge de la música interpretada en las calles y en las canchas de fútbol hasta convertirse uno de los mayores rasgos identificatorios de un movimiento político y de un amplio sector llamado los “desclasados”.

La noción de “desclasado” resulta central para leer la composición social de aquellos años, y los cambios que se operarían, en un tiempo muy breve, en la historia política y sociológica de Argentina.
El 24 de octubre de 1945 el diario Orientación, órgano oficial del Partido Comunista Argentino, opinaba sobre los que habían copado la Plaza de Mayo: “Hordas de desclasados haciendo vanguardia del presunto orden peronista, los pequeños clanes con aspecto de murga que recorrieron la ciudad no representan ninguna clase de la sociedad argentina”.

El concepto de “desclasado”, sinónimo de otros epítetos peyorativos utilizados en la época, como: “descamisados”, “chusma”, “turba”, “cabecita negra”, “aluvión zoológico”, “grasita”, etc., resulta central para leer la composición social de aquellos años, y los cambios que se operarían, en un tiempo muy breve, en la historia política y sociológica de Argentina.

El liderazgo de Perón apuntó a aceleradas reformas sociales que no son propias de otros movimientos también tildados de “populistas”. Estos apresurados movimientos tectónicos en las capas sociales producen una ruptura con paradigmas anteriores. La reforma no está lista si la clase obrera (los pobres) no cambia su posición dentro de la pirámide social. Así, el “pobre”, el “cabecita negra”, el “descamisado”, “el desclasado”, se convierte rápidamente en la amenazante “clase media baja”, que pone en jaque no sólo a la oligarquía, sino también a la clase media alta tradicional, que no había tenido acceso a grandes bienes económicos, pero sí a la educación formal e incluso universitaria.

Esta movilización de elites es la clave para la cristalización del mito en el imaginario colectivo peronista, pues se cumple el apotegma “mejor que decir es hacer, mejor que prometer es realizar”. Así ocurre en la drástica transformación de las capas sociales operada entre 1943 y 1955.

Esta perspectiva apunta a que datos referentes a la música pueden reforzar la noción de que esta marcha, que constituye el “himno” y símbolo inconfundible del peronismo surgió de la cultura popular. Su germen estaba en la música que entonaban los sectores entonces llamados “desclasados”…

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