3 DE ENERO DE 2013: LA PRESIDENTA ARGENTINA CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER LE ENVÍA UNA CARTA AL PREMIER BRITÁNICO DAVID CAMERON AL CUMPLIRSE 180 AÑOS DE LA USURPACIÓN DE LAS ISLAS MALVINAS

*Por Prof. Daniel Chiarenza

Cruce entre David Cameron y Cristina Fernández de Kirchner
por el tema de descolonización de Malvinas.

La respuesta a la carta que envió la presidenta Cristina Kirchner invitando al diálogo por la cuestión Malvinas al primer ministro británico, David Cameron, no se hizo esperar. “Cada vez que se les ha pedido su opinión, ellos dicen que quieren mantener su estado actual con el Reino Unido”, dijo Cameron, en su postura de continuar negando las resoluciones de la ONU dictadas para favorecer el diálogo. “Son británicos y lo serán hasta que así lo consideren”, señaló la Cancillería británica.

“Están celebrando un referéndum este año y espero que la presidenta de la Argentina escuche ese referéndum y reconozca que son los isleños los que deben determinar su futuro”, señaló Cameron al rechazar la carta enviada por Cristina y que fue publicada en dos diarios ingleses. Cameron insiste con la “autodeterminación” de los habitantes de las islas, que fuera rechazado por la Argentina y también por la ONU, como lo plantea la resolución 2065 de 1965, porque es un caso especial de descolonización.

En solicitada a diario inglés, Cristina pidió "devolver Malvinas".


La presidenta le envió la carta a Cameron al cumplirse 180 años de la invasión inglesa a las islas en 1833. El texto fustiga que “en un evidente ejercicio de colonialismo del siglo XIX, la Argentina fue despojada por las armas de las Islas Malvinas situadas a 14 mil kilómetros de la ciudad de Londres”. Clarificó que los argentinos de las islas “fueron expulsados por la Armada Real Británica y más tarde el Reino Unido inició un proceso de implantación de población similar al utilizado en otros territorios bajo dominio colonial”. El reclamo por la soberanía argentina sobre el archipiélago es prioritario en la gestión de Cristina Kirchner. En su administración se desclasificaron gran cantidad de documentos oficiales sobre el conflicto, incluida la guerra de 1982.
El ministro Cameron, representante del ala más derechista de la política inglesa, insistió con que los habitantes de las Islas Malvinas “deben determinar su futuro” y “no puede haber negociaciones sobre la soberanía a menos que los isleños así lo deseen, siempre y cuando decidan quedarse con el Reino Unido tienen el ciento por ciento de mi respaldo”. La presidenta viene protestando, cada vez que se le presenta la ocasión, contra el “doble estatus” de los países que forman el Consejo de Seguridad de la ONU porque “pueden o no hacer caso de las resoluciones que se dictan”, en alusión a la posición británica de hacer oídos sordos de las recomendaciones del organismo internacional que integra. Cristina y Cameron se cruzaron en la última reunión del G-20, donde intercambiaron documentos sobre el tema y donde la presidenta lo invitó nuevamente a dialogar. Fernández de Kirchner concurrió al Comité de Descolonización –por primera vez un presidente argentino asistió–, donde volvió a insistir y donde también se emitió una resolución que impulsaba el diálogo como forma de comenzar a resolver el conflicto por el enclave colonial.

Cristina junto al canciller Timerman en la Asamblea de la ONU, donde la presidenta argentina le subió el tono al reclamo por Malvinas.


La Cancillería inglesa, con copia al secretario general de la ONU, el coreano Ban Ki-moon, prepeó: “No habrá negociaciones por la soberanía hasta que eso sea el deseo de los isleños”. “La autodeterminación no es aceptable porque no hay un pueblo, sino una población implantada desde Londres mismo”, explicó la Cancillería argentina, y agregó que “mismo las Naciones Unidas plantean un diálogo bilateral, es decir que en ningún momento plantea que participe un tercer actor” en el diálogo. Pero además el Comité de Descolonización de la ONU aceptó el litigio reconociendo el estado colonial de la ocupación británica.




La negativa inglesa al diálogo ha sido constante. Durante los años ’90, bajo el “menemato”, se desarrolló la política de “relaciones carnales” con los ingleses, no quería disputar la soberanía de las islas sino acercarse a los kelpers. El excanciller Di Tella envió osos de peluche a los habitantes de las islas. La llegada del kirchnerismo al gobierno en 2003 provocó un vuelco y volvió a poner en alto el reclamo de soberanía y el respeto por las periódicas resoluciones de las Naciones Unidos en favor del diálogo.

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