13 DE NOVIEMBRE DE 1955: RENUNCIA LONARDI Y ASUME ARAMBURU

*Por Prof. Daniel Chiarenza
El 13 de noviembre de 1955, Lonardi es reemplazado por el general Pedro Eugenio Aramburu. Continúa, como vicepresidente de facto del presidente de facto, el contralmirante -indeciso genérico- Rojas.

Forcejeo entre ambos grupos –el nacionalista católico, liderado por Lonardi y el liberal, dirigido por Isaac Rojas-. Esto conduce a una tensión insoportable, que hace crisis en noviembre de 1955. El 9, Lonardi da un paso atrás y entrega la cabeza de dos hombres de su cercanía: Juan Carlos Goyeneche, quien ocupaba la secretaría de prensa de la presidencia y el general Justo León Bengoa, ministro de Guerra. Este último es reemplazado por un liberal: el general Arturo Ossorio Arana. Rojas completa la embestida, con la instalación de un organismo integrado por miembros de los partidos tradicionales, del cual sería su presidente. Se trata de la Junta Consultiva: Oscar Alende, Zavala Ortiz, Juan Gauna y López Serrot por el radicalismo; Aguirre Cámara, Reynaldo Pastor, Corominas Segura y Adolfo Mugica por los conservadores; Luciano Molinas, Díaz Arana, Horacio Thedy y Julio Noble por la democracia progresista; Manuel Ordoñez y Rodolfo Martínez (h) por la democracia cristiana; Alicia Moreau de Justo, Américo Ghioldi, Ramón Muñiz y Nicolás Repetto por los socialistas; Horacio Storni y Enrique Ariotti por Unión Federal. Estos dos últimos responden al lonardismo y el resto hace causa común con el almirante. En la Junta carece de representación el movimiento peronista, como también el Partido Comunista.


En la noche del 11 de noviembre el presidente da un comunicado: “El gobierno está muy lejos de creer que en la Junta Consultiva estén representadas todas las corrientes de opinión de la política nacional […] No es posible calificar de antipatriotas o de partidarios de la tiranía a todos los que prestaron (al gobierno de Perón) una adhesión desinteresada y de buena fe […] El gobierno prefiere que algunos culpables se liberen y no que personas desprovistas de culpa padezcan una persecución que no merecen […] En ningún caso, dividiré a la clase obrera para entregarla con defensas debilitadas a las fluctuaciones de nuestra economía y de nuestra política […] Las legítimas conquistas de los trabajadores serán mantenidas y acrecentadas”.

General Eduardo Lonardi, presidente de facto de la autodenominada revolución libertadora, quien les pareció "blando" a los que exigían un revanchismo antiperonista sin límites.
Al otro día, se desdobla el ministerio del Interior y Justicia, cesando su titular, Dr. Busso. Dos nacionalistas –Luis María de Pablo Pardo (Interior) y Julio Velar Irigoyen (Justicia)- ocupan esos ministerios. La prensa informa que renunciaron los miembros de la Junta Consultiva –incluido el vicepresidente Isaac Rojas- con excepción de Storni y Ariotti, argumentando que “el movimiento revolucionario se desvía hacia tendencias totalitarias reñidas con el anhelo del país”. Esa noche, jefes militares le exigen a Lonardi la renuncia del ministro de Transporte (general Uranga) y del ministro de Interior (De Pablo Pardo), y de dos asesores presidenciales: el mayor Juan Guevara –tenido como el símbolo de la Córdoba heroica del 55”- y Clemente Villada Achával, cuñado del presidente, de filiación nacionalista clerical. El capitán de navío, Arturo Rial aparece como el portavoz del sector liberal, reclamando mano dura con el peronismo y los gremios.

De izquierda a derecha: Sebastián Soler, Procurador General de la Nación; Manuel José Argañarás, ministro de la Corte; Eduardo Busso, Ministro del Interior y de Justicia; Eduardo Lonardi, presidente de facto; Alfredo Orgaz, presidente de la Corte Suprema; los ministros de la Corte Jorge Vera Vallejo, Carlos Herrera y Enrique Valentín Galli.

“Rial y Manrique gestaron el golpe […] tenían una aversión irresistible hacia todo lo que fuera peronista. Y disentían de Lonardi en su política conciliación”, denunciará luego Marta Lonardi, la hija del presidente. Algunos generales quieren aceptarle la renuncia a Rojas y colocar a dos hombres del ejército en el binomio presidencial lo cual explica un intento de contramarcha del marino y la Junta Consultiva para que no haya ningún cambio. Ante las exigencias de los mandos, Lonardi se mantiene firme, rechazándolas y la reunión se traslada al día 13. En la mañana aquel día, el general Ossorio Arana le pide la renuncia, informándole que ya no goza de confianza en los altos mandos.
General Arturo Ossorio Arana (en la foto disfrazado de coronel), que fue quien finalmente le exige la renuncia a Lonardi.

Considerando que han sido traicionados los objetivos que lo movieron a sublevarse el 16 de septiembre, Lonardi abandona el poder, aunque se niega a formular su renuncia por escrito y da a conocer un comunicado negando que su desplazamiento obedezca “a una renuncia […] o que mi estado de salud tenga algo que ver con mi retiro de la Casa de Gobierno. El hecho se ha producido exclusivamente por decisión de un sector de las Fuerzas Armadas”.

“A las 18 horas del domingo 13 de noviembre, el general Pedro Eugenio Aramburu […] asume la presidencia”.

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