Por Maximiliano Pedranzini*
“De mí se dirá posiblemente que soy un escritor
cómico, a lo sumo. Y será cierto. No me interesa demasiado la definición que se
haga de mí. No aspiro al Nobel de Literatura. Yo me doy por muy bien pagado
cuando alguien se me acerca y me dice: me cagué de risa con tu libro”. Roberto Fontanarrosa
“Palabras iniciales”
“‘Puto el que lee
esto’. Nunca encontré una frase mejor para comenzar un relato” [1], diría el genial humorista, dibujante,
guionista y escritor argentino Roberto
Fontanarrosa. Nacido el 26 de noviembre de 1944 en la ciudad de Rosario,
apodado “El Negro”, como le decían sus amigos, fue autor de los guiones, dibujos
de historietas y chistes gráficos protagonizados por personajes emblemáticos de
nuestra cultura nacional. Como escritor, ha perpetrado cuentos y novelas que llevaron el relato costumbrista a una
dimensión original, ingeniosa y divertida. Siempre estuvo
muy cerca del fútbol, y como
buen “futbolero”, era hincha fanático del club de sus
amores, Rosario Central, equipo
al que seguía desde chico. Amante apasionado de este
deporte al cual le dedicó varias de sus obras, como el cuento “19 de diciembre de 1971” [2], incluido en Nada del otro
mundo (1987), considerado un clásico de la literatura
futbolística argentina. El más importante de sus
creaciones fue el gaucho Inodoro Pereyra,
sátira de la literatura gauchesca inspirada en el Martín Fierro, junto a su fiel amigo el perro Mendieta, voz de la razón y la conciencia del gaucho, publicadas
desde 1972 en la revista de humor cordobesa Hortensia,
dirigida por Alberto Cognigni (cuna de sus dos creaciones más importantes: Inodoro y Boogie). En 1973 hace su
aparición en la nueva contratapa del diario Clarín, junto con Caloi, Viuti,
Tabaré, Altuna, Dobal, Ian, Rivero y Crist (con quién entabló una gran amistad hasta
el final de sus días y se encargaba de dibujar muchas de las ideas del
“Negro”), con su primer chiste publicado el 7 de marzo de ese mismo año. En 1976
se introducen las aventuras de Inodoro Pereyra definitivamente en el diario, y luego
de pasar por diferentes secciones se incorpora regularmente a la revista Viva perteneciente a este mismo diario.
En 1968,
atravesado por un contexto convulsionado por el Mayo francés y la dictadura cursillista
de Juan Carlos Onganía, Fontanarrosa comienza a trabajar en la revista rosarina
Boom, dirigida por Ovidio Miguel
Lagos, quien lo convoca para ilustrar las tapas en color. Allí publica su
primer chiste: un policía muestra su bastón manchado de sangre y dice: “pruebas
irrefutables de que eran comunistas, comisario, el bastón quedó machado de rojo”.
Este trabajo sin duda nos recuerda a “el palito de abollar ideologías” de
Mafalda, dibujado en la misma época y presentando cierta similitud con el de
Quino, aunque sin gozar de la popularidad y el reconocimiento de este último.
La publicación había convocado al dibujante para ilustrar las tapas serias en
color, y a falta de alguien que hiciera la página de humor, la dejan también en
sus manos. En 1971, en pleno auge de la era James Bond, Fontanarrosa crea una
parodia del agente secreto, personaje con el nombre de Ultra (75 páginas dibujadas en tinta china), de la que sólo se
publican capítulos en la revista rosarina Tinta.
Boogie, el aceitoso, -uno de sus
personajes más significativos después de Inodoro- es el descendiente directo de
este personaje que reeditará la Universidad de Rosario. También en Tinta aparece otro trabajo, hecho con
estilográfica: Tadea y sus hijos,
una historieta “a la italiana” donde todo lo que ocurre es terrible. A fines
del 1972 aparece la revista Satiricón,
donde el humorista publica unas historietas basadas en cuentos de Borges, en
películas o en best-sellers famosos. Asimismo, trabajó en la revista Mengano, nacida en 1974, donde se muda “medio a la fuerza” el
personaje de Inodoro, junto con varios de los integrantes de Satiricón: Limura, Bróccoli, y Amengual,
así como Viuti y el mismo Fontanarrosa que trabajan paralelamente en las dos
publicaciones. Para la misma época el humorista colabora también en otros
proyectos tales como Chaupinela y La Cebra a Lunares. Ese mismo año, Ediciones de la Flor publica la primera
compilación de las aventuras de “el renegáu”, inicio de una serie que superó la
veintena de volúmenes; también Boogie consiguió que la editorial lanzará el
título inicial de su colección, que ahora tiene doce tomos. En 1976, la revista
mexicana Proceso [3] publicó las
tiras de Boogie, el aceitoso, estando unos cuantos
años entre sus páginas. En 1979, Boogie hace
aparición en las páginas del quincenario Humor
Registrado. La historieta se publica también en el semanario La Maga. En 1981 la Editorial Pomaire publica Best
Seller, novela inicial del escritor. Al año siguiente, el mismo sello lanza El área 18. En 1984 aparece la revista
Fierro, y en sus páginas se
incorporan, algunos años después, la serie Semblanzas
deportivas, así como las aventuras de Sperman,
un donante de esperma, ambos creados por Fontanarrosa. En 1987 aparece la
revista chilena Ácido, cómic donde el
humorista colabora con sus historias.
Muchos de sus cuentos fueron dramatizados y
convertidos en obras de teatro o de televisión. Se han escenificado más de
cinco versiones de “el renegáu”. Una versión de
dichas aventuras del gaucho fue llevada al teatro de Buenos Aires en 1998, con
un enorme éxito de público y de crítica y la última de ellas por el elenco “El Galpón” de
Montevideo. Del mismo modo Aryentains, un
espectáculo basado en los cuentos de Usted no me lo va a creer (2003), fue estrenado por primera vez el
mismo año en que se publicó el libro, y Aryentains
II, basado en su último libro el rey
de la milonga (2006), ha sido estrenado un año después de la publicación
del libro. En 2007
salió al aire el ciclo televisivo “Cuentos
de Fontanarrosa”, dedicado a los relatos del “Negro”, por la Televisión Pública Argentina. Entre
otros de sus personajes se encuentran además la Hermana Rosa [4], la Eulogia
Tapia y Nabucodonosor II,
estos dos últimos en la tira de Inodoro Pereyra. Como autor de historietas se publicaron:
Los Clásicos según Fontanarrosa, Semblanzas deportivas, Sperman, Inodoro Pereyra (Tomos 1 a 31), Boogie, el aceitoso (Tomos 1 a 12) [5]. Además se recopilaron y
publicaron sus chistes sueltos: ¿Quién es
Fontanarrosa?, Fontanarrisa, Fontanarrosa y
los médicos, Fontanarrosa y la política, Fontanarrosa y la pareja, El sexo de Fontanarrosa, El segundo sexo de
Fontanarrosa, Fontanarrosa
contra la cultura, El
fútbol es sagrado, Fontanarrosa
de penal, Fontanarrosa
es Mundial (donde se recopilan las crónicas periodísticas que
realiza en ocasión del mundial `94) y Fontanarrosa continuará. Es también autor de novelas: Best Seller (1981), El área 18 (1982),
La gansada (1985), y
cuentos: El mundo ha vivido equivocado (1982), No sé si he sido claro (1986), Nada del otro mundo (1987), El mayor de mis defectos (1990), Uno nunca
sabe (1993), La mesa de los galanes (1995), Los
trenes matan a los autos (1997),
Cuentos del fútbol argentino. Antología
(1997), Una lección de vida (1998),
Puro fútbol (2000), No te vayas
campeón. Equipos memorables del fútbol argentino (2000), Te digo más… (2001), Usted no me lo va creer (2003) y
El rey de la milonga (2006).
Desde 1979 tuvo un papel destacado como “colaborador creativo” del
conjunto de música informal Les Luthiers,
a quienes acompañó elaborando espectáculos en un momento en el que querían
formar un grupo de apoyo que les brindara ideas. Pero a pesar de que el grupo
no se formó, comenzaría a trabajar con ellos de todas maneras con todo lo
referido al humor: “Su función era la de tirar ideas y chistes, sobre algún
tema en particular sin participar en las cuestiones musicales. Dentro del
repertorio de Les Luthiers, Fontanarrosa participó activamente en las obras ‘La
gallina dijo Eureka’, ‘Canción para moverse’, ‘Cartas de color’, ‘Epopeya de
los 15’, ‘El sendero de Warren Sánchez’, por nombrar algunas” [6].
El
humor de Fontanarrosa recorre varios horizontes en los que se encuentran los juegos
de palabras, los malentendidos lingüísticos, los anacronismos, el absurdo y la
fábula (el perro que habla), la parodia (como es el caso de otros de sus
célebres héroes como Boogie, el aceitoso, caricatura de Harry el Sucio; Ultra,
una parodia del Agente 007 James Bond; Sperman, una satirización de los
superhéroes, principalmente la de Superman al que le suprime la ‘u’), la ironía y
la sorpresa.
En 1976
solía concurrir al bar “El Cairo” (esquina de las calles Santa Fé y Sarmiento),
donde compartía en sus ratos libres un cafecito con un grupo de amigos,
poniéndole el sello a la metafórica “mesa de los galanes”, lugar de muchos de sus mejores cuentos y después inmortalizada en el libro homónimo del escritor: “una
veintena de hombres se reúnen todas las tardes y lo fantástico es que no se
habla de nada importante, es la insoportable levedad de la conversación” [7]. Este sitio se volvería un clásico para
los “galanes”, haciendo de cada encuentro un ritual de la amistad. Un culto
casi paradigmático de cómo debe darse este hermoso vínculo afectivo entre los
argentinos. En 1995 la mesa se trasladó al bar “La Sede” hasta la reinauguración
de “El Cairo” el 26 de noviembre de 2004 [8], fecha en que “el
Negro” cumpliría 60 años. Y está claro que no fue escogida al azar, sino que
tiene una connotación simbólica inconmensurable que marca a fuego la historia de
ambos, tanto de “El Cairo” como del mismo Fontanarrosa. ¡Qué mejor homenaje en
vida para hacerle que este!
Fue expositor en el inolvidable “III Congreso de
la Lengua Española” que se desarrolló en su ciudad natal, el 20 de noviembre de
2004. En el mismo dio una charla sobre un tema que le interesaba mucho disertar:
“Las malas palabras” [9]. Y comenzaba su memorable disertación con las
siguientes preguntas: “¿Por qué son malas las palabras? ¿Les pegan a las otras?
¿Son malas porque son de mala calidad?”. Algunos interrogantes formulados por Fontanarrosa
en ese congreso y como respuesta se llevó risas, carcajadas y aplausos por
parte del público allí presente: “Mierda
es una palabra también irreemplazable. El secreto está en la ‘r’ fuerte, porque
en otros lugares es más débil, como la pronuncian los cubanos, que la hacen más
suave, como los chinos”, dijo “el Negro”.
Ha recibido varios premios y distinciones. Entre
ellos recibió el diploma al mérito en la categoría de “Artes visuales” al mejor
Humor Gráfico. En 1994 recibe por primera vez el premio Konex de platino en la categoría de “Letras” por mejor Literatura
de Humor y el diploma al mérito en esa categoría. En 2002 fue jurado de estos
premios en la categoría de artes visuales y en 2004 recibe el diploma al mérito
por el cuento Quinquenio (1994-1998). El 29 de enero de 2006
fue homenajeado en Colombia por cuarenta escritores de todo el mundo como mejor
escritor, elegido por sus pares en el “Hay Festival” que se celebró en la
ciudad de Cartagena, donde destacaron la obra y el humor del rosarino,
agradeciendo el premio “en nombre del pueblo argentino” -aunque “el Negro” confesó
no haber sabido de la existencia de este galardón [10]- y entregándole
como regalo dos tomos de la primera
edición del libro Dombey e hijo
escrito por Charles Dickens y publicado
originalmente en 1848.
El Senado de la Nación le entrega la Mención de
Honor “Domingo Faustino Sarmiento”, en reconocimiento a su vasta trayectoria y
aportes a nuestra cultura nacional, el 26 de abril de 2006. El 9 de agosto de ese mismo año, Fontanarrosa recibió el título de
Doctor Honoris Causa, máximo galardón que otorga la Universidad Nacional de
Córdoba (UNC) por su aporte a la
cultura y el compromiso en la defensa de los Derechos Humanos, según la
resolución aprobada por unanimidad en la sesión del Consejo Superior de esa
prestigiosa entidad junto con Quino, a
quien le otorgaron esta misma distinción. En diciembre de 2006 recibe el premio La
Catrina en la 20º Feria Internacional del Libro de la ciudad de
Guadalajara, reconocimiento que cada año se entrega en el Encuentro
Internacional de Caricatura e Historieta.
El 18 de enero de 2007 anunciaba que dejaría de
dibujar sus historietas, debido a que había perdido por completo el control de
su mano derecha a causa de que padecía esclerosis múltiple [11] y limitaba sus
funciones motrices. Por otro parte, aclaró que continuaría escribiendo los
guiones para sus personajes [12]. En esos días, Fontanarrosa había adelantado
su decisión a través de una “Carta a los lectores” publicada el domingo 14 de
enero de 2007 en la revista Viva informando su estado, y la de su
trabajo como dibujante: “fue un alivio llegar a esta determinación porque ya me
costaba mucho dibujar y me salía mal”, declaró el autor al Canal 3 de Rosario. No
obstante, antes de abandonar el dibujo, Fontanarrosa creó un personaje a pedido
de los dirigentes de Central. A su creación la bautizó El Canaya (con ‘y’),
un hincha de fútbol -obviamente del club de sus amores- personificado con un gorro
de tela y una lengua con forma de corazón.
Carta a los lectores
Por Fontanarrosa [13]
Finalmente, la mano derecha
claudicó. Ya no responde, como antaño, a lo que dicta la mente. Por lo tanto e
independientemente de que yo siga intentando reanimarla, me veo en la
necesidad de recurrir a alguno de los muchos excelentes dibujantes y
amigos que tengo para que pongan en imágenes mis textos. En Viva, hay dos
frentes a cubrir: el chiste unitario quincenal y la página de Inodoro Pereyra,
que se alternan. Hoy presentamos, acá, en la página siguiente, la propuesta
para el chiste quincenal. Nadie mejor en este caso, a mi juicio, para graficar
mis ideas, que el Negro Crist. Porque lo conozco desde hace más de 30 años,
porque somos como hermanos y porque dibuja en blanco y negro o a color; mucho
pero mucho mejor que yo. Siempre admiré su virtuosismo y hoy me alegra poder
aprovecharme de él y lucirme de esa forma. Lo de Inodoro Pereyra es más
complejo. Pero creemos estar cerca de una solución a través de un dibujante
cercano a mi estilo. No digo igual, porque el intento de lograr un clon
limitaría muchísimo la creatividad del ilustrador. Vale este informe a los
lectores para que no se sorprendan al advertir que he mejorado notablemente la
calidad de mis trazos y mis colores.
Nos estamos viendo. Negro
Fontanarrosa
“Rosario siempre estuvo cerca…”
El 19 de julio de 2007, “El Negro” muere en su
amada Rosario a los 62 años, víctima de un paro cardíaco una hora después de
que había sido internado con un cuadro de insuficiencia respiratoria aguda. La
inhumación de sus restos fueron depositados en el cementerio “Parque de la
Eternidad” en la vecina localidad de Granadero Baigorria [14]. Antes de llegar
al cementerio, se hizo una parada “obligada” de algunos minutos cerca del “Gigante
de Arroyito”, cancha del conjunto “canaya” el cual era hincha reconocido y
emblema.
“El Negro y la muerte”
Por Roberto Fontanarrosa [15]
“¡Y otra que a veces pienso
y escucho cuando la gente dice, eh: que suerte fulano se murió mientras dormía,
creo que es una instancia lo suficientemente importante como para estar
despierto no?, este, pienso que uno merecería ser testigo de, de una
determinación que no le corresponde, que no esta en manos de uno, no?…!”
“Mensaje para el 2050”
“¡Un mensaje para algunas personas que sean
jóvenes en el 2050, podría ser, si es que este mensaje esta encerrado en un CD,
o en algún soporte digital de los que se usan ahora, que cuando me encuentre,
pregunten por mi, por Fontanarrosa, y se acerquen a mi en el 2050, porque para
esa época yo voy a estar empezando a envejecer y posiblemente voy a necesitar
ayuda de los más jóvenes, simplemente eso...!”
El Eterno Adiós…
Este pequeño homenaje es para quien nos hizo y nos
seguirá haciendo reír con su humor y divertirnos con sus cuentos y novelas. ¡Que lo parió, Negro!, fue el último
suspiro de Inodoro ante el irremediable adiós al maestro, que con lágrimas de
tinta lo despiden él y los demás personajes. A este excelente dibujante,
escritor de la puta madre -si se me permite
la expresión, aunque en este caso si fuera por él, con seguridad que sí-, mejor
humorista, invalorable ser humano, incondicional amigo de todos nosotros -sin
que lo hayamos conocido-, inagotable creatividad con la cual supo conquistar el
corazón (y posiblemente, el pensamiento de algunos intelectuales…) de sus
lectores y del público; con esa mente lúcida y
brillante que retrataba mejor que nadie la realidad en clave humorística, tanto
en sus dibujos como en sus escritos. Encerrado en un cuerpo herido, se apagó,
justo en el momento cuando comenzaba a tener un merecido reconocimiento
internacional como escritor. Sin embargo, pudo vivirlo
y disfrutarlo en esos últimos años. Pero nos quedan esas risas que ha sabido
sacar de nosotros, esos personajes con los que hemos entablado un vínculo
entrañable y hasta los hemos adoptado como propios, que lo pervivirán en sus
chistes, sus historias y sobre todo en la memoria colectiva de todos nosotros.
Y esto es importante resaltarlo. Una persona sencilla, que brillaba con luz
propia por su humor, su inmenso talento y esa emoción a la hora “crear” que lo hacía
un autor tan particular. Murió en la suya, y como dijo Boogie “…mi patrón, el Negro, pasó a mejor tinta…”, dejándonos un vacío
difícil de llenar, pero que lo cubriremos con alegría recordando lo que nos supo
brindar: su obra. Irónicamente el
destino quiso que se muriera en vísperas del día del amigo (por algo será…), y hasta
me animo a afirmar con certeza que a los “leprosos” se les habrá escapado alguna
lágrima cuando lo despidieron por última vez. Inodoro tenía razón cuando le
decía a Mendieta: “Nace una leyenda…”
“El Negro” hace rato que no está en este mundo. Quizás
esté en el otro dibujando algo, creando alguna que otra brillantes, típico de
él, junto con otros “grandes maestros” de nuestra historieta como Oesterheld, Solano
López, Breccia, Pratt, “Lucho” Olivera, entre otros tantos clásicos de la
literatura popular argentina a los que siempre recordaremos.
Algo es seguro, al “Negro” se lo quiere y siempre se lo seguirá
queriendo, estando en el corazón de todos nosotros, recordándolo con una sonrisa y del que nos seguiremos “cagando de risa” con ese hermoso legado
que nos dejó y lo ha inmortalizado: el humor. Está de más decir ¡gracias por
todo!, pero cada vez que se cumple un aniversario de su último partido en la
cancha, tenemos el deber de agradecerle todo lo que nos ha dado desde el humor,
el dibujo y la literatura. Con tipos como Fontanarrosa no existe el adiós, sino
un “hasta luego”. No puede haber despedida de alguien que está presente en la
memoria cultural de todo un pueblo. Es el “eterno retorno” en nosotros a través
de su obra, a través de su palabra que lo convoca permanentemente como lo que
es: una parte de nuestra identidad popular.
Referencias:
[1] Roberto Fontanarrosa, “Palabras
iniciales” en suplemento Radar Libros
del Diario Página/12, Buenos Aires,
domingo 20 de Abril de 2003.
[2] Inspirado
en el inolvidable y legendario gol de palomita convertido por Aldo Pedro Poy,
nada más ni nada menos que en el clásico de la ciudad contra Newell´s disputado
en la semifinal del Torneo Nacional jugado en el estadio de River que le daría
el pase a la final al combinado “canalla”, donde luego vencerá a San Lorenzo en cancha
de Newell´s y obtendría de esta manera su primer título en primera división y
el primero para un equipo del interior del país.
[3]
Mariño Gonzáles, “Adiós, Negro” en diario
Milenio, Guadalajara, viernes 20 de
julio de 2007.
[4] En
1994, el humorista es contratado por Clarín para comentar los partidos jugados
por la selección argentina en los Estados Unidos, narrados por el personaje de
la Hermana Rosa, una mentalista que predice los resultados (Biografía Oficial
de Roberto Fontanarrosa: http://www.negrofontanarrosa.com/biografia/fb.asp).
[5] La tira de Boogie se publicó en los diarios La República de Uruguay y El Tiempo de Colombia. En este último adquiere
fama internacional. También se han publicado libros con recopilaciones del
personaje en Brasil e Italia entre otros países.
[8] “Bar
El Cairo: antes y después de un clásico rosarino”
[9] Silvina Friera, “Fontanarrosa y el secreto de las mejores malas palabras” en suplemento de Cultura del diario Página/12, Buenos
Aires, sábado 20 de noviembre de 2004.
[10] Ángel Berlanga, “Lo popular no tiene por qué ser chabacano o barato”. Entrevista a
Roberto Fontanarrosa en suplemento Cultura
& Espectáculos del Diario
Página/12, Buenos Aires, domingo 19 de febrero de 2006.
[11]
Esclerosis lateral amiotrófica es una enfermedad neurológica que le habían diagnosticado en 2003 y que empeoró su
estado de salud. Este problema le impidió seguir dibujando por lo que desde
2006 utilizó frecuentemente una silla de ruedas (http://www.audiovideotecaba.gov.ar/areas/com_social/audiovideoteca/literatura/fontanarrosa_bio2_es.php).
[12] “Fontanarrosa deja el dibujo por una dura
enfermedad” en suplemento de Cultura del diario La Nación, jueves 19 de enero de 2007.
[13] Roberto Fontanarrosa, “Carta a los lectores”,
revista Viva del diario Clarín, Buenos Aires, domingo 14 de enero de 2007.
[14] “Emotivo adiós al Negro Roberto
Fontanarrosa” en diario La Capital, viernes 20 de julio de 2007.
[15] Estos dos mensajes fueron extraídos de una entrevista
televisiva que dio Fontanarrosa a Luis Majul en el programa “Hemisferio
Derecho” transmitido por Canal (à), como parte del homenaje que le realizó
“Televisión Registrada” (Canal 13), el sábado 21 de julio de 2007.
* Ensayista. Integrante del Centro de Estudios Históricos, Políticos y Sociales “Felipe Varela”
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