ARGENTINA Y RUSIA: RELACIONES COMERCIALES Y CULTURALES DURANTE EL PRIMER PERONISMO



 Por Pablo A. Vázquez (*)


A fines del 2007, durante la última reunión de los países miembros del MERCOSUR, el Presidente Wladimir Putin envió un mensaje a los mandatarios suramericanos que se encontraban en dicha reunión a fin de expresar el deseo de la Federación Rusa de estrechar más vínculos económicos y comerciales con la región.

Esa tónica fue incrementándose, con notable intercambio comercial y cultural, al punto que semanas atrás se potenció por la invitación que el premier ruso Wadimir Putin realizó a la Argentina, tras la reunión que sostuvo con la Presidenta Cristian Fernández de Kirchner, de asistir a la reunión del BRICS (Brasil, Rusi, India, China y Sudáfrica) que se realizará en tierras cariocas tras el Mundial de la FIFA.

Antes de su visita a nuestras tierras, Putin definió a la Argentina como el "principal socio en América Latina, la ONU y el G20" de Rusia, a la vez que la propia Argentina ve con interés los acuerdos sobre energía nuclear, la inversión en Atucha III y futuras inversiones eslavas en Vaca Muerta, amén de reafirmar el apoyo a la posición local en la disputa con los "fondos buitres".

Los integrantes del bloque BRICS se reunirán con los países miembros de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Las reuniones de los organismos regionales latinoamericanos se producirá en el marco de la VI Cumbre de los BRICS, que oficialmente comienza en la ciudad brasileña de Fortaleza.

Esto me sirve como disparador para hacer un breve relato de las relaciones diplomáticas entre Argentina y Rusia. Las mismas fueron, durante el Siglo XX, discontinuas y erráticas debido a que nuestra elite gobernante antepuso lo ideológico, imposibilitando la normal fluidez entre ambas naciones unidas por fuertes lazos culturales y artísticos.

Tras la Revolución bolchevique de 1917 la Argentina cortó relaciones diplomáticas con Rusia, al punto de mantener el reconocimiento del representante diplomático de la época del Zar.

La posición de neutralidad sostenida durante la Segunda Guerra Mundial nos valió el aislamiento internacional impulsado EEUU a fin de unirnos - Pearl Harbour mediante - en su lucha contra el Eje. Gran Bretaña fluctuó en desconfiar de nuestras intenciones pro alemanas pero - al mismo tiempo - necesitar las carnes argentinas para alimentarse. En cambio, la suspicacia soviética era absoluta por considerarnos simpatizantes del Tercer Reich.

Sufrimos un duro hostigamiento económico y diplomático por parte de los EEUU; al que se sumó el cuestionamiento - por parte de todos los países americanos - de la posición argentina en la reunión en México que dio origen a las Actas de Chapultepec en febrero de 1945; y hasta los mismos Roosevelt y Stalin - durante la Conferencia de Yalta - pusieron reparos a Argentina para integrar las Naciones Unidas.

Tras el triunfo de Juan Perón en las elecciones presidenciales de 1946 dicho mandatario se propuso reformular el sistema político bajo las ideas fuerza de independencia económica, soberanía política y justicia social; las cuales se efectivizaron en la concepción de Tercera Posición - impulsada por el propio Perón en 1947 - que cambiaron nuestra posición internacional en esos años.


La revisión de Rusia de la posición neutralista de los militares argentinos, sus contactos con el Eje y hasta la difundida versión de la huida en submarino de Adolf Hitler a tierras argentinas - que supuestamente fue investigada durante mucho tiempo por Stalin - allanó el camino para poder reconsideran una relación con Argentina superando falsas versiones y malentendidos.

El primer paso dado por Perón fue entablar negociaciones secretas con la embajada rusa en Uruguay, a través de Yuri Daschkevich (periodista de TASS, miembro del servicio diplomático ruso y agente de inteligencia) para reestablecer contactos con la URSS y anunciarlo al mes de la asunción formal de Perón.

El embajador Benito Llambí escribió que el mismo Perón le pidió privilegiar a la delegación soviética en los actos de la asunción presidencial del 4 de junio de1946, a la vez que afirmó: "Stalin concedió gran importancia a la normalización de relaciones con la Argentina, y procuró basar su crecimiento en el desarrollo de las relaciones comerciales. No obstante, en nuestro país, el partido comunista, bajo la férrea línea de Vitorio Codovilla, no cesaba de actuar contra el peronismo y usaba toda su influencia para entorpecer los planes de un entendimiento Stalin - Perón. (…) Pocos días después del anuncio de Perón, el Daily Express comunicó la novedad bajo el título Stalin y Perón se hacen amigos". (1)

Ese año llegó una misión comercial soviética a cargo del Constantino Schevelev, la cual tuvo magros resultados durante el primer gobierno peronista al no poder concretar ningún acuerdo comercial, a la vez que hubo encontronazos diplomáticos en la ONU debido a la posición - correcta pero intransigente - del delegado argentino el Dr. José Arce frente a la delegación soviética encabezada por el Sr. Vychinsky. Arce, notable médico y hombre de gran cultura, dejó su puesto en 1950 y se retiró del servicio diplomático argentino.

El embajador de la URSS ante la Argentina fue Mijail Grigorievich Sergeieff, quien arribó procedente de Montevideo el 31 de agosto de 1946. A su arribo el embajador leyó una declaración en donde afirmó:

"Mi llegada a la República Argentina como primer embajador de la URSS coincide con el período en que los 21 países que derrotaron a la Alemania nazi y a sus aliados (…) preparan en la Conferencia de la Paz las condiciones sobre las cuales debe ser construida la sólida paz democrática, garantizada la seguridad para los países de las Naciones Unidas y de todo el mundo (…) Defiende la URSS tales principios exigiendo el mundo de posguerra que se realice una política de amplia colaboración entre los países de las Naciones Unidas. En cuanto al establecimiento de relaciones diplomáticas entre su país y el nuestro, hizo notar que ellas llenan de satisfacción a los pueblos de la U.R.S.S, pues tienen importancia positiva, tanto para ambos Estados como para el mundo entero. Seguidamente saludó a los circunstantes en nombre de la Unión Soviética y expresó que alimenta la esperanza de que su tarea inmediata, cuyo objeto es fomentar el desarrollo de las relaciones políticas, económicas y culturales entre nuestro país y el suyo, encontrará el necesario apoyo por parte del Gobierno y del pueblo argentino". (2)

Como contrapartida el embajador argentino ante la URSS fue el líder bloquista de San Juan Federico Cantoni, quien fue asistido por su coterráneo Leopoldo Bravo y por Alejandro Orfila.

Tras una serie de inconvenientes y desencuentros Cantoni renunció y dejó paso al sindicalista Juan Otero, que antes ejerció como agregado obrero en otro destino diplomático, para luego quedar Leopoldo Bravo como embajador definitivo en la URSS:

Al respecto escribió Hipólito Paz - Canciller y embajador en EEUU durante los primeros gobiernos peronistas - que: "Leopoldo Bravo llegó a Moscú el 26 de julio de 1952, día de la muerte de Eva Perón, en un momento crítico de la situación internacional. Stalin lo recibiría en el Kremlin el 7 de febrero de 1953. Era la primera vez que el Mariscal concedía una entrevista a un embajador latinoamericano. Se desarrolló en los términos más cordiales y fue motivo de jugosos comentarios en las cancillerías europeas y en el Departamento de Estado. Las gestiones de Leopoldo Bravo remataron en el primer convenio que la Unión Soviética suscribió con un país de Latinoamérica. A partir de 1950, cuando yo era Canciller, se inició un camino que, con avances y retrocesos, convertiría años más tarde a nuestro país en uno de los más importantes socios comerciales soviéticos en Occidente". (3)

En tanto, los sucesos internacionales se precipitaron y reformularon en parte la estrategia de Perón en materia internacional.

Al estallar en 1950 la Guerra de Correa - primera acción bélica en la "guerra fría" de enfrentamiento indirecto entre EE.UU y la URSS - la Argentina, que ratificó en esos días el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, evaluó la posibilidad de enviar un batallón de voluntarios en consonancia con la decisión de la ONU favorable a los intereses de EEUU en su apoyo a Corea del Sur contra el avance de Corea del Norte. Pero la presión popular adversa por la filtración de dicha medida determinó a Perón abortar el proyecto, pero sin abandonar la idea de un acercamiento con los EE.UU pero manteniendo un campo de maniobra independiente para establecer contactos más fluidos con el sector oriental.

Como prueba el Presidente Perón publicó sus análisis sobre política internacional - bajo el seudónimo de DESCARTES - en el Diario Democracia entre 1951 a 1952. En dichos análisis, aunque Perón siempre expresó un anticomunismo absoluto - pero a fuerza de ser combatido con medidas sociales, políticas y económicas que lo eviten a través de la doctrina justicialista -, señaló duramente los errores de los EEUU y del capitalismo en general como máximos promotores del marxismo internacional al no poder evita las injusticias del sistema de libre mercado. De hecho él no condenó el sistema soviético en Rusia en tanto éste no interfiera con la soberanía argentina y extienda su influencia comunista. De allí la posibilidad de entablar relaciones amistosas sin prejuicios ni ambivalencias.

Perón advirtió de un posible estallido de la III Guerra Mundial entre los estadounidenses y los rusos, hecho que no sucedió y que dio por tierra a los planes argentinos de contar nuevamente con su neutralidad para la provisión mundial de materias primas.

Los Estados Unidos siguieron muy de cerca los acercamientos de Perón a la URSS y dieron cuenta de eso en los informes secretos de inteligencia de la embajada norteamericana informando que:

"los artículos firmados por Descartes, que la embajada de Buenos Aires cree que fueron publicados con el consentimiento de Perón si no escritos por él, siempre defendieron la Tercera Posición, atacando más a los Estados Unidos que a la Unión Soviética. Descartes escribió que la tercera guerra mundial es inevitable porque los preparativos llegaron a una etapa tal que el curso más prudente, el de evitar la guerra la guerra traería aparejado un desastre económico (para los Estados Unidos)". (4)

La Conferencia Económica Mundial que se realizó en Moscú en 1952 concitó en Perón una notable atención(5) - expresada en sus artículos periodísticos firmados como DESCARTES - ya que envió una delegación compuesta por funcionarios e industriales argentinos.

Tras resultados positivos la Argentina decidió enviar una delegación en 1953 con el fin de concretar acuerdos económicos con los países europeos tras "la cortina de hierro" y con la URSS. Como resultado de aquellas negociaciones se firmaron en ese año 10 acuerdos, siendo el firmado con la Unión Soviética el más importante para la Argentina.

El 5 de agosto de 1953 se suscribió con la URSS el Convenio sobre Comercio y Régimen de Pagos. Allí se contemplaba que nuestro país podía enviar lanas, cueros, aceites, carnes y otras materias primas. En tanto la URSS nos enviaría material industrial, petróleo y sus derivados, material ferroviario y diversos productos. Durante el primer año nos proveerían de bienes de capital por un monto 150 millones de pesos de aquella época. Se creó, además, una Comisión mixta consultiva en Buenos Aires para atender los pormenores de dicho intercambio.

En 1954 se intensificaron las visitas de delegaciones culturales soviéticas, tales como una misión cinematográfica que se entrevistó con Perón el 18 de marzo. Al día siguiente, en una audiencia con ajedrecistas rusos, el Presidente expresó que estas acciones y muestras de amistad "nos permitirá a nosotros ir afirmando, cada día más, una colaboración y una actividad integral entre Rusia y la Argentina". (6)

Al inaugurar el 88º período ordinario de sesiones del Congreso de la Nación el Presidente Juan Perón ratificó la relación con la URSS en estos términos:

"Nuestro criterio político internacional, por ejemplo, nos indujo por otra parte, al establecimiento de relaciones comerciales amplias con el mercado japonés, y particularmente con el extraordinario mercado soviético y con los países que forman el bloque económico oriental.

Los convenios firmados en 1953, ya en plena ejecución, significan un intercambio anual de 8.400 millones de pesos. Ello importó asegurar, por medio de tales compromisos bilaterales, la colocación del sesenta por ciento de nuestros saldos exportables. Tales compromisos han sido realizados en forma bilateral, con la seriedad que hemos convertido en una norma en las relaciones comerciales de la República Argentina".

De paso refirmó su temprana iniciativa en relacionarse con la URSS al sostener que "no deseo pasar sobre este aspecto de nuestra economía sin señalar que la República Argentina fue el primer país latinoamericano que entabló negociaciones con el gobierno soviético y el segundo país occidental".

A su turno insertó dichas acciones dentro de su política internacional y su plan de gobierno al resaltar que: "si faltaba una prueba más de nuestra independencia económica, este solo hecho se convierte en la razón incontestable, que solamente la necesidad y la ceguera voluntarias pueden objetar.

En esta forma cumplimos también con el Segundo Plan Quinquenal, aprobado por Vuestra Honorabilidad, y que establece, como objetivo del Estado: Consolidad y diversificar sus mercados de importación y exportación, para actuar con la mayor libertad posible en sus tratativas económicas internacionales". (7)

A esto se suma el acuerdo cinematográfico entre Argentina y la URSS del 3 de septiembre de 1954, la importancia de la presencia de films rusos durante el Festival Internacional de Cine desarrollado en la ciudad de Mar del Plata y la aceptación de los medios intelectuales progresistas del la filmografía soviética exhibida en estas tierras.

En un análisis de Inteligencia Nacional de los EE. UU elevado al Departamento de Estado se examinó que: "Es casi seguro que la Argentina siga manteniendo relaciones diplomáticas con el bloque soviético y trate de aumentar el comercio argentino con dicho bloque, especialmente con la URSS. En la medida en que los objetivos de desarrollo económico argentino no se concreten por medio de la colaboración con los Estados Unidos y otras naciones del mundo libre, Perón probablemente busque una expansión adicional del comercio con el bloque, especialmente si la URSS cumple, dentro de un plazo razonable, por lo menos con la parte de los compromisos que asumió bajo el reciente convenio comercial". (8)

Esa expansión se concretará visiblemente el 2 de junio de1955 en la Exposición Industrial de la URSS que se desarrolló en Buenos Aires., donde Perón escribió en el libro de visitantes:"A los hombres de trabajo nos entusiasma ver como la URSS ha conquistado con esfuerzo y sacrificios los instrumentos de su grandeza. Deseamos seguir esta amistad para un futuro de cooperación y trabajo de Pueblos amigos y hermanos". (9)

Esta unión llevó, años después en tierras españolas, - dentro del contexto del retorno del poder del peronismo a inicios de los '70 - a afirmar de forma provocativa a Perón que: "Si en 1955 los rusos hubieran estado en condiciones de apoyarme yo hubiera sido el primer Fidel Castro del Continente". (10)

Los sucesos posteriores del criminal bombardeo de la aviación naval a Plaza de Mayo con el objeto de matar a Perón el 16 de junio de 1955, que provocó centenares de muertos y miles de mutilados ensombreció no sólo los resultados de la exposición sino el destino del gobierno peronista, produciéndose el golpe de septiembre de ese año y obligando a Perón a exiliarse.

Los gobiernos siguientes obviaron por cuestiones ideológicas establecer contactos importantes con Rusia, con el perjuicio del deterioro de nuestra relación comercial con dichas tierras.


La vuelta al poder del peronismo en 1973, marcó un reinicio de dicha relación.

Pero eso es otra historia…



Notas:


(1) LLAMBI, Benito: "Medio siglo de política y diplomacia (Memorias)", Bs. As, Corregidor, 1997, p. 79

(2) Revista Veritas, 1946, citada en SIEPE, R, MONSERRAT LLAIRO, M. y GALE, N.: "Perón y las relaciones económicas con el Este", Bs. As, Centro Editor de América Latina, 1984, p. 50 - 51.

(3) PAZ, Hipólito: "Memorias. Vida pública y privada de un argentino en el siglo XX", Bs. As, Planeta, 1999, p. 166

(4) Informe: "La actitud argentina hacia las acciones de las Naciones Unidas y la defensa del hemisferio (7/3/1952) (Secreto)", incluido en anexo de RAPOPORT, Mario y SPIGUEL, Claudio: "Estados Unidos y el Peronismo. La política norteamericana en la Argentina: 1949 - 1955", Bs. As, Grupo Editor Latinoamericano, 1994, p. 278.

(5) Ver artículo "La ofensiva económica", publicado en el diario "democracia" el día 3 de abril de 1952, firmado por DESCARTES y publicado en un folleto ese mismo año e incluido en DESCARTES (seudónimo de Juan PERON): "Política y estrategia (no ataco, critico)", Bs. As, s/e, 1953

(6) Revista Mundo Peronista, Bs. As, año III, nº 63, abril 15 de 1954, ed. Mundo Peronista, p. 15

(7) PERON, Juan:"Obras Completas" Tomo XVIII, Volumen 1, Bs. As, Fundación pro Universidad de la Producción y del Trabajo y Fundación Universidad a Distancia "Hernandarias", 2002. p. 232 - 233.

(8) "Probables acontecimientos en la Argentina", evaluación de Inteligencia Nacional, Washington, 9 de marzo de 1954, incluido en anexo de op. cit, p. 292

(9) Revista Mundo peronista, nº 88, año IV, 15 de junio de 1955, p. 36.

(10) GUTIERREZ, Carlos María: "Reportaje a Perón. Diálogo sobre la Argentina ocupada", Bs. As, Schapire editor, 1974, p. 31



* Politólogo; Docente de la UCES; Miembro de Número de los Institutos Nacionales Eva Perón, Rosas y Manuel Dorrego

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