4 DE JULIO DE 1992: MUERE EL ULTRA MÚSICO ASTOR PANTALEÓN PIAZZOLLA

*Por Prof. Daniel Chiarenza

Astor Pantaleón Piazzolla, el músico más grande que ha dado la Argentina, ¿y porqué no, la historia de la humanidad?

Nació en Mar del Plata el 11 de marzo de 1921. Bandoneonista, director, compositor y arreglador.

Astor Piazzolla es el canillita de la película El día que me quieras, grabada en Nueva York, lugar donde vivía.

A los cuatro años el niño Astor viajó con su familia a radicarse a Nueva York. Al cumplir nueve, su padre le regaló un bandoneón de segunda mano que había comprado por 18 dólares. Y el pibe debió estudiar. A disgusto, porque su vocación pasaba por el lado del jazz, y su instrumento no parecía muy adecuado para el swing. Tomó lecciones elementales de solfeo y luego un mínimo de digitación.

Astor y su mayor punto de fusión con el jazz: la Reunión cumbre con Gerry Mulligan.  

Luego de un corto regreso a Mar del Plata, la familia volvió a los Estados Unidos, donde Astor siguió su formación con Terig Tucci, y luego con Bela Wilda. A los trece años dominaba aceptablemente el bandoneón. Tocó en la orquesta que acompañó a Gardel en El día que me quieras, donde también apareció como actor, haciendo de canillita en un brevísimo papel.

Su familia regresó de los Estados Unidos, él permaneció unos meses en Mar del Plata, pero pronto se trasladó a la ciudad de Buenos Aires. Actuó con Miguel Caló y luego fue bandoneonista y arreglador de Aníbal Troilo.

Mientras tanto se perfeccionaba con Alberto Ginastera. En 1944 se desvinculó de Pichuco para dirigir la orquesta que acompañó a Fiorentino como solista. Una vez disuelto su propio conjunto se dedicó a instrumentar para varios directores con los que se sentía artísticamente emparentado: José Basso, Miguel Caló y Francini-Pontier.

En 1954, por consejo de Ginastera, presentó su Sinfonía de Buenos Aires al concurso Fabián Sevitzky. Ganó el premio y la obra fue dirigida por el propio Sevitzky por Radio del Estado, desde el Aula Magna de la Facultad de Derecho. El estreno provocó un escándalo por la inclusión de bandoneones en una presentación “culta”, lo cual, para ciertas sensibilidades anquilosadas, parecía inexplicable.

Ese mismo año viajó a París con una beca y estudió composición con Nadya Boulanger. Antes de regresar, grabó varios temas: Prepárense, Picasso, Imperial, Marrón y Azul y Sens unique: el camino estaba marcado para siempre.

En Buenos Aires convocó a músicos de primera línea y formó el Octeto Buenos Aires, con Enrique Mario Francini y Hugo Baralis en violines, Roberto Pansera en bandoneón, José Bragato en violoncelo, Aldo Nicolini en bajo, Horacio Malvicino en guitarra eléctrica y Atilio Stampone en piano. Algunas de las versiones del Octeto influirán de manera decisiva en la futura evolución del tango, debido a sus novedosas transformaciones rítmicas y contrapuntísticas, apoyadas en el nivel técnico de cada uno de sus integrantes.

En 1960, después de un viaje a Estados Unidos, donde su estilo se denominaba jazz-tango, formó su famoso quinteto, cuyos solistas fueron alternadamente Elvino Vardaro, Antonio Agri, Horacio Malvicino, Oscar López Ruiz, Kicho Díaz, Osvaldo Manzi y Cacho Tirao.

En 1968 compuso su “operita” María de Buenos Aires, con textos del poeta Horacio Ferrer, para recitante, cantantes femenino y masculino y once instrumentos. En 1969, junto con Ferrer, comenzó a escribir temas de mayor sencillez para la voz ronca y sensual de Amelita Baltar. De ese modo se dio el gusto de acceder a la difusión y al éxito masivo, especialmente a través de Balada para un loco.

A la vuelta de un viaje a París, en octubre de 1971, Piazzolla anunció la recomposición del antiguo Octeto. Elaboró temas más largos que los escritos hasta entonces. En ese tipo de experiencias deben anotarse obras posteriores como Muralla china, las cuatro partes de Pulsación y la música de numerosas películas.

En pleno territorio de la improvisación jazzística aparece encuadrada la reunión con Gerry Mulligan, el saxofonista estadounidense, realizada en 1974 y cuya grabación en vivo ha debido ser reeditada varias veces. Asimismo, actuó con señalado éxito en el Festival de Jazz de Montreal, en Canadá.

Durante una de sus giras por Europa, sufrió un derrame cerebral, de resultas del cual murió un año después. Casi todos los músicos de jerarquía que desfilan por Argentina, como cortesía hacia el país, eligen interpretar alguna obra de un creador nativo. La mayoría de las veces, Piazzolla. Ha escrito un enorme número de composiciones, entre ellas Adiós Nonino, Invierno Porteño, Buenos Aires hora cero, Revolucionario, Retrato de Alfredo Gobbi, Kicho, Sideral, Lo que vendrá, Fracanapa, Decarísimo, Calambre, Nonino, Tango del ángel, Contrabajísimo y Milonga loca.

Astor Piazzolla fue el más combatido de todos los músicos de la historia del tango y es difícil que un artista argentino haya acumulado un mayor número de detractores.

A pesar del tiempo transcurrido, y de su muerte, y de que es un de los pocos autores interpretados por músicos cultos de todas las latitudes, al mismo tiempo es silbado por la calle, y aquellos elementos más ortodoxos y ultraconservadores siguen denostando su obra.

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