LA XENOFOBIA, LA INCITACION AL ODIO, LA VIOLENCIA EN LA PRENSA DIGITAL



*Por Hernán Jaureguiber


Cómo desconocedor de la tecnología, por tanto de internet y las modernas redes sociales, todos los días descubro nuevos aspectos. Hasta hace poco no tenía el hábito de leer los comentarios del público a cada nota periodística. Desde que empecé a curiosear estas publicaciones no salgo de mi asombro. Xenofobia, apología del delito, llamado a la sedición, atentados contra el orden constitucional, incitación a la violencia e infinidad de figuras delicitivas consumadas por publicaciones legales que nadie parece controlar.

Yo no voy a polemizar aqui -podría hacerse- sobre los alcances de la libertad de prensa. Pero resulta evidente que los medios de comunicación se escudan en dicha libertad para consumar, tentar o promover conductas tipíficadas por el derecho penal.

No cabría dudas que sería un delito si una empresa periodística sembrara Antrax en sus páginas, o permitiera que terceros lo hagan, de manera tal que el mismo se esparciera entre la población al leerlo. ¿Cual es la diferencia con los delitos que estoy mencionando? ¿Su gravedad?. Podría ser una respuesta.

Es cierto que el límite es la censura previa a la publicación, pero esta garantía democrática y repúblicana no puede por un lado habilitar el dolo o culpa en forma lisa y llana al permitir o no controlar delitos y mucho menos liberarlo de responsabilidades posteriores a esa publicación no censurada.

Además está la responsabilidad, Penal y Civil de la persona que comete estos delitos. Por un lado hay una permisibilidad, expresa y tácita, promovida en orden a las libertades de opinión y el sano debate de ideas. No vale aqui discurrir sobre esos límites. Sencillamente se trata de la directa comisión de delitos, algunos en grado de tentativa, y otros consumados directamente.

Por caso sugiero lo publicado en el día de hoy, 19 de Mayo de 2012, por el diario Clarín. al pié de una nota sobre un posible paro de subterraneos. Pido de antemano disculpas, pero creo importante la transcripción. El comentario suscripto por el Sr. Diego Adrián Roldán, hace referencia a los sindicalistas y textualmente dice:

“…Hijos de mil putas… habria que ponerles un tiro en la frente a cada uno de esos sindicalistas repugnantes, negros de mierda. Porque el Estado no les manda a la Gerdarmeria y los muelen a palos a todos? Donde se vio que unos negros de mierda puedan decidir si funciona o no un medio de transporte publico tan importante?…”

Los internautas expertos, estarán mas acostumbrados, pero es importante resaltar que esta no es una publicación aislada, sino mas bien el común denominador de todas las que se vierten en la red, cualquiera sea el medio periodístico.

Si un periodista firmara la nota, ningún jurista, juez o ciudadano tendría dudas sobre el obrar ofensivo y delictivo del contenido, pero aqui se trata de “comentarios de terceros ajenos al periódico”. Pero tal ajenidad, no debe suponer impunidad, ni del sujeto, ni del que utiliza su anonimato para decir lo que no puede firmar de puño y letra.

Esta claro que el sujeto ampara su delito en el anonimato, aunque publique fotos en su portada.

Pero esto no implica que las autoridades judiciales no deban intervenir para intentar quebrar ese anonimato.

Desconozco la forma probatoria de la identidad del emisor, pero supongo (sólo en esos términos) que tal vez no sea tan dificil e incluso no sea un anónimo sino alguien que se hace cargo de tal delito como el que se consuma con la publicación transcripta anteriormente (Xenofobia, incitación a la violencia, etc).

De resultar así, el sujeto, o los sujetos que cometen tales crímenes, deberían ser investigados y en su caso condenados, civil y penalmente por las conductas desplegadas.

A su vez, el medio que a sabiendas lo difunde, tiene responsabilidad y debe ser juzgado por ello.

Finalmente insisto que no solicito censura previa, sino asumir la responsabilidad por conductas que lejos están de la noticia, el debate o la libertad de opinión.

Sugiero sumar voluntades para promover denuncias e investigación de identidad de los delincuentes para posibilitar que sean llevados a los estrados judiciales y/o ante el Inadi, a que rindan cuenta de un obrar que hasta el momento aparece impune y de una proliferación preocupante.

A su vez, denunciar a las medios (a todos) que reproducen indiscriminadamente las publicaciones.


Buenos Aires, 18 de Mayo de 2012.

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