*Por Eliana Valci
Parte de la sociedad argentina le esquiva al futuro,
continuando enquistada en el pasado, mejor dicho en las pretéritas malas
costumbres que han dado resultados atroces a lo largo de nuestra historia.
Si bien está claro que no se puede estar de acuerdo con
todo, ni oponerse a todo porque sí, sin más argumentos, tampoco es menos
cierto, que tanto algunos ciudadanos como medios de comunicación no tienen tan
nítidos estos conceptos, viéndose esto reflejado en su desproporcionado actuar.
Sabemos que cada persona es única debido a que piensa,
siente y acciona diferente de la otra, lo cual es lógico y aceptable; lo que no
puede concebirse es que se apele impunemente a la agresión (ya sea física o
verbal) para defender determinada postura, para terminar pidiendo disculpas o
solidarizándose hipócritamente en nombre de la libertad de expresión.
Esta cuestión bipolar de mostrarse guiados por las bajas
pasiones por un lado y por otra parte fingir desde un supuesto plano superior
que no se es responsable de lo acontecido, conduce a la traslación de la culpa,
lo que da lugar a la confusión entre quiénes son agresores y quiénes agredidos.
Viejas prácticas, malas costumbres que nos trasladan a
hechos lejanos y no tanto, ocurridos en nuestro país, que sólo recordarán
aquellos a los que don Alzheimer aún no les ha tocado la puerta, sabiendo
además que los primitivos agoreros no resisten el menor análisis.
El País y Latinoamérica avanzan vertiginosamente de cara al
futuro, con transformaciones renovadoras, por ello invito a quienes no han
evolucionado en el cambio, a que leven el ancla del pasado y se sumen a la
Patria Grande que es de Todos, y no de algunos pocos.
*Directora Revista Ida & Vuelta
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