CRISTINA, LA AGENDA QUE TRASCIENDE COYUNTURAS



Simple análisis sobre la dinámica de gobierno hacia una revolución cultural




*Por Santiago Coco Plaza


Muchos sectores de la llamada oposición y críticos en general, al referirse con al modus operandi del silencio y la acción por parte de la Presidenta, no hacen más que una lectura simplista a un estilo que no terminan de comprender. Por tanto, lo que no se entiende se niega, es la forma más cómoda de opinar, oponiéndose, desde la crítica al descrédito, sobre una dinámica ejecutiva que los sorprende, los desborda y no pueden aceptar; otros callan resignados y degluten las sorpresas que les van surgiendo.

El causal que nace de un estilo, acompañado por la inteligencia que lo proyecta y la brillantez con que se instala, marcando tiempos y aciertos, logra un efecto superador y genera los éxitos obtenidos en una gestión sin igual; mucho más aún para los tiempos que vivimos. Si en algún momento, el efecto refleja errores, estos subyacen frente a la relación de fuerzas superadoras por la acumulación de logros de gobierno, que están a la vista desde los inicios de la gestión de Néstor Kirchner. Manejar los hilos de una Nación, como la Argentina en este caso, en el marco de una coexistencia regional, con una conflictiva mundial sin precedentes en su globalización, no es para cualquiera, sino para un o una estadista de peso con todas las letras.

Pues bien, las teorías sobre las formas y métodos de gobierno implican debate y este conlleva al aporte de alternativas superadoras, vengan de donde vengan, más allá de los términos ideológicos desde donde se proyecten. Nunca se visualizó correctamente en opositores y hasta en “tropa propia” este análisis sobre la directriz gestionadora del poder central ante lo sorpresivo de las decisiones en una agenda veloz y puntera sobre las coyunturas, con visión a futuro por el conocimiento de un contexto global de situaciones. Desgraciadamente los sectores opositores, de raíces políticas e intereses económicos pecan de ausencia de alternativas convenientes, simplemente porque muchas veces sus objetivos son otros y la ecuación genera la oposición y trabas a una dirección que no les pertenece ni les interesa, ni les conviene.

Es así que las aguas se separan; un gobierno en el que radica la férrea intención de aplicar sus principios a la justicia social de un pueblo se torna inconcebible para quienes sus objetivos, generalmente, son los intereses de poder de elites corporativas y monopolios empresariales. Estos últimos estadios de poder, subordinan con facilidad y método seductor a la partidocracia mediocre a la que utilizan muchas veces como fuerza de choque; tales son los casos que estamos acostumbrados a ver en las directrices del grupo Clarín y que como dijo Cristina en su discurso de aperturas de las ordinarias legislativas, que cuando nos les sirven los dejan de lado. Allá ellos, pero que no entorpezcan el éxito y los avances en etapas superadoras de gobierno sin el mínimo aporte de alternativas.

Cristina Fernández, no solo marca la agenda en su forma y estilo, sino que puntea muy adelante con ésta; producto de una visión de concepción que muchos no alcanzan a comprender y se desvanecen en lecturas subjetivas por los alcances estratégicos que la mandataria proyecta. Esto ocasiona los vericuetos interpretativos que derivan en lo que en párrafos anteriores se hace referencia. Pero hay más todavía, sorprende a los propios también; no tanto a los peronistas cuya doctrina indica que el que está a la cabeza conduce y los demás acompañan, aunque algún sector patine, por ejemplo, el de la CGT, que se olvidó de esta máxima y recurren al debate de los intereses de posicionamientos internos del movimiento obrero organizado por sobre el contexto que tienen que protagonizar como alianza estratégica. Aunque al decir verdad, no deja de ser una constante en la vida del peronismo y para quien no lo es, se le complican las interpretaciones. Lo lamentable es que estas situaciones no escapan a los medios hegemónicos para el descrédito y la demonización de los protagonistas en cuestión y hacen carne en una población receptiva, que de a poco va adquiriendo politización para poder decodificar mensajes positivos.

El discurso de la jefa de Estado en el Congreso de la Nación en la Asamblea Legislativa con motivo de la apertura de las ordinarias para 2012, no solo enmarca logros de su gestión y del proceso iniciado por Néstor Kirchner, sino que marcan pautas en términos de “bisagra” histórica, poniendo puntos sobre las “ies” y proyectando decisiones claves. Tomemos como ejemplo la regulación y controles sobre las movidas financieras de los bancos a través de una nueva Carta Orgánica del B.C.R.A.; la defunción de la Ley de Convertibilidad y la recuperación de sus resabios trágicos; ponerle coto a los monopolios en el saqueo a la sociedad; y otras muy significativas que hacen a toda una política de Estado que se traducirán en efectos concretos, sin abstracciones ni evaluaciones subjetivas, sobre la masa social. El resultado visible es el camino hacia una transformación social hacia otro paradigma de valores, detonantes para una verdadera revolución cultural concreta. Esto último, es el horizonte del cambio histórico.

plaza.santiago1@gmail.com

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